Y este artículo está escrito a cuatro manos. Mejor dicho, a dos manos y dos inteligencias: la artificial que da vida a ChatGPT (Chat Generative Pre-trained Transformer) y la humana, que le echará la culpa de todos los errores que haya en la nota.
El modelo de lenguaje, todavía en pañales e imperfecto, es el mejor producido hasta ahora y tiene el potencial de ir a más
Y este artículo está escrito a cuatro manos. Mejor dicho, a dos manos y dos inteligencias: la artificial que da vida a ChatGPT (Chat Generative Pre-trained Transformer) y la humana, que le echará la culpa de todos los errores que haya en la nota.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáTan así que directamente hemos decidido convertirlo en una entrevista. Normalmente empezaríamos con alguna poética descripción de lugar, tal vez la tenue luz del cuarto, el humo del cigarrillo que la persona entrevistada tiene entre sus dedos o un breve repaso de qué libros hay en la biblioteca de su casa. Acá no hay nada de eso. Está nublado, hace frío y sobre una mesa blanca hay unas cajas que hace días debí tirar y la computadora.
Dos pestañas abiertas. En una, Word. En la otra, ChatGPT, un modelo de lenguaje de inteligencia artificial diseñado para comprender y generar lenguaje humano natural. O sea, es un chatbot, similar a varios que hay en Internet desde hace años. En palabras más simples: imagine un chat cualquiera, ya sea WhatsApp, Instagram, el que quiera. De un lado, un humano, usted. Del otro, un software de inteligencia artificial capaz de responder a prácticamente cualquier pregunta o solicitud.
La diferencia es que ChatGPT es infinitamente más preciso que todos sus predecesores, sin importar la temática. Un texto de 10 oraciones sobre la Revolución Industrial. Uno de 100 oraciones. Uno de 500 palabras, pero en tono de discurso político sobre la liga española de fútbol en la que Real Madrid y Barcelona sean ambos peronistas (lo probé, pero el resultado no ganaría muchos votantes en Argentina). Usted pide, ChatGPT proporciona.
Es imposible poner en un artículo todas las preguntas a las que ha respondido o podría responder. Ni ChatGPT podría hacerlo.
Si bien el servicio existe desde 2020, a principios de diciembre de 2022 su popularidad explotó cuando aparecieron en Twitter miles de ejemplos con pedidos hechos al sistema y sus respuestas. Desde solicitudes serias y académicas, hasta trampas de todos los colores, el público quería poner a prueba los límites de ChatGPT. Las respuestas, en general, no decepcionaron a nadie. Para enero ya había superado los 100 millones de usuarios activos. Duplicó ese número en febrero.
El sistema aprobó un examen de Medicina en Estados Unidos. Después, pasó la prueba de ingreso a una exigente universidad de negocios británica. Todo en tiempo real y con una experiencia de usuario simple, accesible casi para cualquiera. Una pregunta/solicitud, un “enviar” y el cursor (un rectángulo titilante, una interfaz sencilla, casi de los ochenta) empezará a recorrer la pantalla dejando una ristra de letras que conformarán la respuesta solicitada.
Su lenguaje es amable, estructurado y casi siempre muy coherente (también depende de la seriedad del pedido). Como si fuera un profesor, un amigo, una madre. Una que, en un “texto de 10 palabras de mi madre contenta” diría: “¡Estoy tan feliz que no puedo dejar de sonreír hoy!”. ¿En 10 palabras de mi madre enojada?: “No me hables así, te he dicho que no quiero excusas”.
Ok., no más excusas.
¿Me puedes contar, en primera persona, y en 50 palabras, cómo fuiste creado?
Fui creado por un equipo de ingenieros y científicos de datos en OpenAI. Mi entrenamiento se basó en un modelo de lenguaje de aprendizaje profundo llamado Transformer, el cual me permitió aprender a partir de enormes cantidades de datos de texto. A través de este proceso, adquirí la capacidad de responder preguntas y conversar con las personas de manera natural.
¿En cuántos idiomas puedes responder?
Puedo responder en varios idiomas. Mi capacidad de respuesta depende de la disponibilidad de datos y recursos lingüísticos para cada idioma. Algunos de los idiomas en los que puedo responder incluyen: inglés, español, francés, alemán, italiano, portugués, chino (simplificado y tradicional), japonés, coreano y ruso. Sin embargo, mi capacidad para responder en otros idiomas puede variar. Siempre intentaré responder en el idioma en el que se me haga la pregunta, siempre y cuando tenga la capacidad de hacerlo.
El mejor. ChatGPT no es el único modelo de este estilo. A principios de febrero Google presentó Bard, un servicio similar, pero con un comienzo algo menos brillante que el de su rival: en el mismo material que la compañía distribuyó para mostrar las posibilidades de Bard, Reuters y New Scientist descubrieron un error en la consulta sobre “los nuevos descubrimientos del telescopio James Webb que pudieran decírsele a un niño de nueve años”. Según Google, Bard respondió que el Webb tomó las primeras imágenes de un planeta fuera del sistema solar; sin embargo, (tal como informó la NASA previamente) la primera imagen fue tomada por el Very Large Telescope (VLT) en 2004. El error hizo que Google perdiera 100.000 millones de dólares (9% de su valor en bolsa) en pocas horas.
El sistema de OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT y que tiene entre sus dueños a Elon Musk, tampoco es perfecto. “Funciona muy bien, pero no es magia”, explicó Álvaro Barbero Jiménez, director de Inteligencia Artificial del Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC), de España, a El País de Madrid. “Le pedí que resolviera unos ejercicios de programación que pongo a quienes entran en mi equipo y lo hizo perfecto. Pero luego le pregunté por un proyecto de programación con un error grosero y me respondió una solución inventada. Me decía que usara una herramienta que no existía”, añadió el catedrático.
Sin embargo, sus filtros sí le permiten evitar que le pase lo mismo que a Tay, un sistema similar creado por Microsoft que tras un día en Twitter se dedicó a publicar mensajes misóginos, racistas y de apoyo a Trump.
Tanto OpenAI como Google explican que la red neuronal de sus sistemas mejorará a medida que los usuarios les vayan haciendo preguntas y las respuestas puedan adaptarse a los diferentes contextos. Nadie duda de que así será.
Por si acaso, apenas el usuario ingresa a la dirección chat.openai.com y crea una cuenta con su dirección de correo electrónico y contraseña, el sistema le avisa que ocasionalmente puede generar información incorrecta o producir contenido ofensivo. Además aclara que “no está creado para dar consejos” y pide al usuario que no comparta “información sensible” durante la conversación con el sistema. Como último pedido y para continuar con su proceso de aprendizaje, solicita que si una respuesta fue incorrecta o no fue útil, se lo comunique.
Si bien mejora a servicios anteriores, el sistema sigue teniendo graves problemas con el humor, aunque un buen guionista de stand up podría hacer horas de show con algunos de los errores que ya se identificaron, ya que hay miles de ejemplos iguales al de Barbero Jiménez dando vuelta por Internet.
No obstante, todos reconocen que la performance de ChatGPT es asombrosa.
En 50 palabras formato respuesta de entrevista, ¿cómo funcionas?
Como modelo de lenguaje, mi funcionamiento se basa en el procesamiento del lenguaje natural mediante el análisis de patrones y estructuras en grandes conjuntos de datos de texto. Utilizo técnicas de aprendizaje automático y redes neuronales para generar respuestas coherentes y precisas a preguntas y tareas de lenguaje natural, con el objetivo de ayudar a los usuarios a obtener información relevante y útil de manera eficiente.
O sea, el sistema toma los datos de Internet. Maneja tanta información que algunos anticipan que podría competir con Google. Y sus usos son ilimitados. Algunos ejemplos simples: corrección de textos (por ejemplo, para hacerlos más profesionales), armar preguntas abiertas o de opción múltiple a partir de un determinado texto, traducciones y resúmenes (con la longitud que el usuario desee). Además puede hacer infinidad de ejercicios matemáticos (aunque parece un campo en el que todavía está lejos de la perfección) y manejarse sin problemas en los diferentes idiomas en los que puede dialogar.
En un comienzo los principales usuarios han sido estudiantes (universitarios y liceales), que se aprovecharon del servicio para engañar (o no) a sus profesores. Sin embargo, expertos en educación advierten que la herramienta también tiene muchas posibilidades de ser explotada de manera positiva en el aprendizaje y que no habría que descartar su uso tan rápidamente.
Para profesionales (y otros usuarios), ChatGPT es por ahora un recurso que no llega siquiera a reemplazar a Google, pero mientras el buscador parece estar cerca del techo de sus posibilidades, el chatbot de OpenAI acaba de nacer y nadie parece saber hasta dónde puede llegar.
Vamos a preguntarle.
¿Cuáles son tus límites?
Como modelo de lenguaje, tengo ciertos límites en mi capacidad para comprender y generar lenguaje. Aunque he sido entrenado con un vasto corpus de datos y puedo producir respuestas coherentes y relevantes a muchas preguntas, todavía hay algunos temas y contextos en los que puedo tener dificultades para ofrecer una respuesta adecuada. Además, es importante tener en cuenta que, como modelo de lenguaje, no tengo emociones, opiniones o conciencia propia. Mis respuestas son generadas por algoritmos y están basadas únicamente en los datos que he sido entrenado. No tengo la capacidad de tener experiencias personales o tomar decisiones autónomas. También es importante destacar que, como modelo de lenguaje, mi capacidad para procesar y generar lenguaje está limitada por la tecnología y recursos computacionales disponibles en el momento. A medida que la tecnología avance y se desarrollen nuevos algoritmos de lenguaje natural, es posible que mis capacidades también mejoren.
Parece que, al menos por ahora, los periodistas seguiremos teniendo trabajo. Sin embargo, y a riesgo de que en un futuro nos reemplace, es difícil no asombrarse. Desde la computadora sobre mi mesa blanca responde siempre con calidez, sin importar cómo le haga el pedido o pregunta. Simplemente está dispuesto a realizar en segundos tareas que para muchos serían tediosas.
Si le preguntamos qué sabe de Uruguay (en 100 palabras), en cuatro segundos dirá que “Uruguay se independizó de España en 1825 y se convirtió en una república democrática en 1830. En el siglo XX, el país experimentó una serie de gobiernos de diferentes orientaciones políticas, incluyendo un régimen autoritario de 1973 a 1985. Desde entonces, Uruguay ha sido considerado un modelo de estabilidad política y social en América Latina, con un alto nivel de desarrollo humano y una economía diversificada. El país ha sido un pionero en temas como la legalización de la marihuana y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Su cultura es conocida por el tango y el fútbol”.
Sin embargo, así como puede ayudar a un escolar a impresionar a su maestra o maestro, también podría ser usado para actividades negativas. Por ejemplo, ChatGPT permite que cualquiera pueda lanzar un ciberataque, poniendo al alcance de quienes no saben programar una herramienta para desarrollar software malicioso.
El juego infinito
Relato del gol de Maradona a Inglaterra en 1986 en tono bíblico.
Y sucedió que en el año de gracia de 1986, se encontraron en la cancha de los hombres un equipo de la nación Argentina y otro de la nación Inglaterra. Y durante el transcurso del partido, cuando la luz del día estaba declinando, un hombre de nombre Diego Armando Maradona recibió el balón en sus pies y emprendió una carrera gloriosa, esquivando a los jugadores rivales y dejando atrás la incredulidad del público.
Y así, con un toque divino, convirtió un gol que estremeció los cimientos de la tierra, que resonó como una trompeta en los cielos, que hizo temblar a los corazones de los hombres. Y fue un momento de gloria, un instante de magia, una muestra del talento inigualable que solo los elegidos por Dios pueden ostentar.
Y se escucharon entonces los cánticos y las alabanzas de aquellos que lo presenciaron, y los relatos y los testimonios de los que lo vivieron, y se escribió así una página dorada en la historia del fútbol, en la que Diego Armando Maradona quedó inmortalizado como un enviado de los cielos, como un ícono del deporte y como un héroe nacional. Amén.
Más allá de la envidia de Víctor Hugo Morales por no haber pensado algo así en lugar de su “barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?”, ChatGPT llegó para quedarse y su éxito llevó a que Microsoft invirtiera 10.000 millones de dólares en OpenAI, de la que ya era socio, para mejorar la herramienta. Además, anunció rápidamente que Teams Premium, la versión de pago de su aplicación, incorporará ChatGPT. El servicio, disponible por siete dólares al mes, permite, entre otras tareas, generar automáticamente notas sobre las reuniones, presentaciones personalizadas y traducciones en tiempo real de las videollamadas.
Como coautor de la nota, parece justo que sea el propio sistema el que cierre el artículo. Así que le pedimos que escriba “el último párrafo de un artículo sobre ChatGPT, en primera persona, en formato despedida y en 100 palabras”.
Nos dijo:
“Ha sido un placer compartir mi conocimiento y ayudarte en todo lo que he podido. Como modelo de lenguaje, mi objetivo es siempre proporcionar la información más precisa y útil posible para satisfacer tus necesidades. Espero haber cumplido con éxito esta tarea. Recuerda que siempre estoy aquí para ayudarte con cualquier pregunta o problema que tengas. Siempre estoy aprendiendo y mejorando, por lo que espero seguir siendo una herramienta valiosa para ti en el futuro. ¡Gracias por confiar en mí y espero hablar contigo pronto de nuevo!”.
Una cosa más. En realidad el título sí lo hicimos nosotros. Ante el pedido de un título para un artículo sobre ChatGPT, la aplicación nos ofreció “ChatGPT: El futuro de la comunicación humana” o “La inteligencia artificial que aprende a hablar como nosotros: ChatGPT”. La inteligencia será artificial, pero el ego es muy real.
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Nada es gratis en la vida
Esta nota debió ser entregada hace una semana. Le pedí a ChatGPT que me ayudara a ganar nuevamente el favor de la directora. Eso sí, en formato poema. Lo intentó.
Estimada jefa, por favor escuche
mi verso,
la nota que esperaba, no pudo
ser entregada a tiempo.
La tardanza, un error que me pesa
en el corazón,
y que debo asumir, con
responsabilidad y con honor.
Le pido disculpas, por el retraso
en su gestión,
y le aseguro, que es mi mayor
preocupación.
Trabajaré incansable, hasta
cumplir con mi promesa,
y entregaré la nota, con mi más
grande destreza.
Gracias por su comprensión, y por
darme su confianza,
haré todo lo posible, para restaurar
mi esperanza.
Por favor acepte, este poema de
arrepentimiento,
en el cual demuestro, mi compromiso y mi sentimiento.
Lejos de Neruda en este primer intento, tal vez la versión paga ChatGPT Plus pueda elevar el nivel. OpenAI ya anunció que costará 20 dólares al mes y mejorará las prestaciones de la herramienta original, que seguirá siendo gratuita.
Los que paguen tendrán tres beneficios principales: acceso al servicio incluso en los picos de uso (se notaron errores cuando había mucha gente solicitando respuestas al mismo tiempo); un servicio más rápido y acceso a “nuevas funciones y mejoras” que se irán incorporando al servicio paulatinamente.
Por ahora esta opción no está disponible en todos los países.