“Mis padres lograron huir de las garras del genocidio, pero el odio me arrancó la posibilidad de crecer al lado de mis abuelos maternos y de mi familia extendida”. Esta potente frase pronunciada por la secretaria general iberoamericana Rebeca Grynspan, oradora invitada al acto de recordación de la Noche de los Cristales Rotos, emocionó al auditorio que la escuchaba el jueves 16 en la sede de la Nueva Congregación Israelita (NCI).La economista y ex vicepresidenta de Costa Rica continuó: “Cada vez son menos los que recuerdan el Holocausto en primera persona; pronto llegará el día en que no tendremos ningún sobreviviente de los campos de concentración, ellos son los primeros que merecen esta ceremonia y este ejercicio de memoria. Y lo merecen a perpetuidad, por siempre y para siempre”.Se cumplían 79 años de la fatídica noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, en la que un estallido de violencia contra los judíos de todo el Reich marcó el preludio del Holocausto. El desencadenante fue la furia de los alemanes, provocada por el asesinato de un funcionario suyo en París a manos de un adolescente judío. Se la conoció como La Noche de los Cristales Rotos debido a los vidrios de los escaparates de las tiendas que quedaron en la calle como prueba de los destrozos. Decenas de judíos perdieron la vida esa noche y decenas de miles fueron arrestados y enviados a campos de concentración. Este hito fue el puntapié inicial para que los nazis se convencieran de que su objetivo de asesinar al pueblo judío era posible.Ana Wilenski, presidenta de B’nai B’rith, explicó que el objetivo de esa instancia de encuentro es “recordar, conmemorar, no olvidar y honrar la memoria de más de seis millones de judíos, en lo que ha sido el mayor asesinato en masa en la historia de la humanidad, a manos de los nazis y sus colaboradores por toda Europa”. n