Las nuevas tecnologías siguen revolucionando el periodismo y sus mecanismos de producción.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáAunque los debates entre investigadores y expertos sobre la incidencia de Internet, de las redes sociales y de otros programas en la calidad del periodismo parece conducir a una discusión inagotable, se acepta mayoritariamente que los nuevos formatos han cambiado la forma de hacer periodismo.
Ahora, el periodismo digital está cambiando la categorización del consumidor o lector de noticias. En la era preinternet el público lector era un consumidor final. La noticia se publicaba y ese era el fin del artículo hasta una nueva edición que podría recoger repercusiones, rectificaciones o ratificaciones de la nota.
Hoy los programas virtuales han cambiado esa concepción y la sociedad progresivamente se ve menos como “usuario final” y más como una fuente generadora de contenidos. Ahora los usuarios pueden investigar codo a codo con los periodistas, colaborar y comentar la elaboración de una nota, señalar aspectos importantes en extensos documentos y agilizar el trabajo de los reporteros.
Esta incidencia del consumidor en los artículos periodísticos, que se ha dado en denominar “periodismo participativo”, es empleada por diarios como el estadounidense “The New York Times” o el británico “The Guardian”, así como renombrados sitios web de investigación como “ProPública”.
Esto es posible gracias a los programas conocidos como “Generador de Contenidos” (UGC por su sigla en inglés). Mediante la utilización de modernos programas tecnológicos, se colocan en la red contenidos (ya sean notas o borradores) y se permite que la gente comente, agregue información, ratifique o desmienta datos.
Este tipo de programas se empezó a utilizar en 2005 aunque se ha hecho popular recién en los últimos dos años luego de que varios sitios de renombre y diarios de primer nivel lo adoptaran como parte su metodología de trabajo.
Los UGC también se utilizan en las administraciones públicas de algunos países para garantizar una mayor transparencia en la elaboración de normativas y leyes, en las que se habilita el comentario y crítica directa de la ciudadanía. Por lo general estos programas están controlados por administradores que previenen sobre el contenido “ofensivo” como respecto de infringir los derechos de autor.
El diario británico “The Guardian” ha sido uno de los pioneros en instalar este tipo de UGC. De hecho, quieren que esa metodología se transforme en la insignia del periódico en versión digital.
El editor jefe del “The Guardian”, Alan Rusbridger, lo llama “periodismo abierto”.
“Impulsa a los lectores a iniciar el debate, nosotros (el medio) podemos hacer el seguimiento así como liderar, y les involucramos en la fase previa a la publicación”, dijo Rusbridger al respecto en una nota al diario “El País” de Madrid.
Si uno entra a la página web del diario hay una sección denominada “periodismo abierto”. En la pestaña que explica qué es para el rotativo ese concepto, Rusbridger abunda en la idea de “total transparencia” y contrasta a su medio con otros que ponen sus contenidos “detrás de muros de pago”.
“Estamos desarrollando una idea de diario muy diferente a los otros”, dijo el editor en jefe de “The Guardian”: “Nuestra aproximación —agregó— reconoce la importancia de situar al periódico en el corazón de la estructura abierta y gratuita de la información y de esa manera escuchar las diferentes campanas y conectarse con un sinfín de nuevas fuentes”.
“Estamos cosechando las recompensas de romper y salir del viejo estilo y mentalidad del periodismo. Entendimos que ahora podemos aprovechar, agregar, reconstruir y reportar, que es un modelo distributivo del periodismo que tiene una gran riqueza y diversidad de contenido”, agregó.
“The Guardian” fue elegido por la Asociación Británica de Medios como el medio del año dada su cobertura de temas claves del 2011 como fueron los cables de “Wikileaks”, el escándalo del espionaje del tabloide británico “News of The World” y otras noticias locales.
Otro programa muy utilizado por los medios es el “Document Cloud”, un proyecto de la Fundación Knight que patrocinó en 2009 esta iniciativa con financiación por dos años.
A nivel más básico, el Document Cloud es un programa que permite subir documentos en los que las fechas, nombres de personas y organizaciones mencionados se conectan con la información que haya sobre ellos en la red. Es una herramienta ideal para los periodistas y de hecho es utilizada ampliamente por los profesionales, en especial cuando están trabajando en equipo con colegas en diferentes partes del mundo.
El programa también permite resaltar lo más relevante de cada texto. Eso ha funcionado a la maravilla para muchos medios en esta era donde los especialistas hablan de la “sobreabundancia” de la información.
En determinados momentos los medios apelan a sus lectores on line para que los ayuden a descifrar y jerarquizar información en documentos extremadamente extensos.
El diario estadounidense “The New York Times” lo usa regularmente. En 2011 y luego de varios pedidos de acceso a la información, el periódico colgó las 25.000 páginas de correos electrónicos de la ex candidata presidencial y gobernadora de Alaska, Sarah Palin, y les pidió a sus lectores de todo el mundo que ayudaran a los periodistas a ver cuáles eran relevantes.
Por su parte, el sitio web de periodismo de investigación “ProPública” (ganador del Premio Pulitzer en 2010) creó una nueva aplicación para el “Document Cloud” denominada “DocDiver” que funciona como un “buceador de documentos”.
Con esta aplicación, los lectores pueden hacer anotaciones y comentarios de sus propios “descubrimientos”. Los periodistas del sitio pueden luego consultar estos hallazgos etiquetarlos como elementos “clave” y luego usarlos en el marco de la elaboración de una investigación.