Así empieza la historia. A la persona se le toma una muestra del tumor y en el momento en que se define (por anatomía patológica) que es cáncer, empieza a circular dentro de Montevideo. Va a un primer laboratorio en donde le hacen un estudio, luego a otro para un análisis diferente, y luego a otro. La muestra se hace cada vez más pequeña y a veces no alcanza para todo lo que hace falta estudiar. Es un problema que ocurre tanto en el sector privado de la salud como en el público.
“Hoy los estudios se hacen en distintos laboratorios financiados por las empresas que venden drogas, eso hace que la muestra, que es muy preciosa, muchas veces se hace muy pequeñita. Necesita muchos estudios seriados y se va agotando. Para los últimos análisis a veces ya no queda muestra y el paciente se queda sin diagnóstico”, explicó Nora Berois, investigadora en el Instituto Pasteur con trayectoria en diagnóstico molecular.
Ahora la propuesta es contar, por primera vez, con un lugar único en donde a partir de setiembre se harán todos los estudios. El laboratorio, que será en el Hospital Maciel, permitirá “racionalizar la muestra que se va perdiendo” y reducir las demoras. “El tiempo es vital en cáncer de pulmón”, destacó Osinaga.
Diego Touya, jefe del Servicio de Oncología en el Hospital Maciel, explicó a Búsqueda que el recorrido a veces demora un mes mientras la muestra va “migrando por diferentes laboratorios” y se obtiene un resultado. En el Hospital Maciel estiman que ahora llevará 10 días.
En setiembre comenzará a funcionar el Laboratorio de Oncología Molecular, que trabajará junto con el de anatomía patológica y permitirá un cambio en la forma de trabajo en Uruguay. Tendrá el apoyo del prestigioso centro estadounidense MD Anderson, que depende de la Universidad de Texas.
“Tener el laboratorio de biología molecular en el mismo recinto que el laboratorio de histología nos permite cuidar el material y distribuirlo mejor para las diferentes técnicas”, y así hacer un “diagnóstico acertado”, destacó Touya. Harán el estudio de los tejidos y las cinco pruebas de biología molecular con intención de identificar si les sirve alguna de las cinco terapias dirigidas.
Trabajarán “todos juntos”, destacó Touya: el oncólogo, el endoscopista, los neumólogos, cirujanos de tórax y los profesionales de laboratorio, los anatomopatólogos y quienes hacen biología molecular. “Es apostar a más, incorporar horizontes nuevos de diagnóstico y racionalizar los tiempos para estudiar a los pacientes de cáncer de pulmón. Se va a hacer algo que acá todavía nadie hace”, destacó Osinaga.
Esto se hará en el marco de un trabajo de investigación en el que participa también el Instituto Pasteur y con financiación de un laboratorio internacional por dos años para los pacientes de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE). El equipo también apunta a vender servicios, ya que el sector privado tiene el mismo problema y al enviar la muestra al Maciel podrían beneficiarse de las ventajas. En el proyecto participan Berois y Osinaga por el Pasteur y lideran en el Maciel Touya y Laura Bódega, anatomopatóloga.
Revolución
El análisis de los tejidos (por anatomía patológica) permite dividir al tumor en unos cinco grandes grupos. El avance de la ciencia permitió descubrir que además cada tumor tenía características específicas, moleculares. Así, se abrió un campo nuevo.
“Hace años que la oncología debe necesariamente tener el diagnóstico de histología pegado al diagnóstico molecular”, opinó Touya.
Todo ha cambiado “mucho y muy rápido. Ahora interesa conocer qué tipo de cáncer de pulmón es y qué cambios moleculares tiene, qué mutaciones, para poder indicar el tratamiento”, explicó Osinaga.
“Hace que ya no tengamos cuatro o cinco diferentes tipos de tumores sino que tengamos cien tipos diferentes, con distintas características moleculares”, dijo Touya. Para esa variedad tan grande hay diferentes tratamientos, y esa información la brindan los estudios moleculares. Existe la quimioterapia tradicional, pero también hay cinco tratamientos específicos, terapias blanco e inmunoterapia, dirigidos a algunas mutaciones puntuales. Si la persona tiene esos tipos de cáncer para los que existe terapia dirigida y la recibe, “da mucho mejor resultado que la quimioterapia tradicional”, explicó Touya.
El problema es que solo dos de estos cinco tratamientos específicos para cáncer de pulmón son cubiertos por el Fondo Nacional de Recursos (FNR).
Touya explicó que quienes necesitan tratamientos que no cubre el FNR suelen recurrir a la Justicia y que ha habido fallos a favor del paciente incluso para inmunoterapia, un tipo de tratamiento que en el mundo comenzó a difundirse en 2015.
“Estamos viendo la punta del iceberg, mañana van a ser 10 más y pasado van a ser 100, hay que tratar de encontrar una solución”, opinó Touya. Este es un problema en el mundo y Uruguay no escapa a él. Si bien “está a la vanguardia con otros países de Latinoamérica”, no es suficiente. En cáncer de pulmón el avance ha sido “revolucionario en los últimos cinco años” y promete seguir. De hecho, en Uruguay se hacen los estudios moleculares para estos cinco subtipos de cáncer de pulmón que tienen terapias dirigidas pero en el mundo ya se habla de la incorporación de más estudios para otros subtipos. Por eso se espera la llegada de nuevas terapias blanco e inmunoterapias. “Los recursos de amparo no son la solución” para el vertiginoso avance científico, opinó Touya.
Es un tema “profundamente complejo”, prosiguió, y la responsabilidad de los médicos es poner a disposición del paciente toda la evidencia científica disponible y para eso los estudios moleculares son clave para definir los tratamientos apropiados.
Investigación clínica
El nuevo laboratorio en el Maciel será “el puntapié inicial” para realizar investigación básica y clínica, destacó Touya. Existe una percepción bastante extendida entre los médicos de que la investigación clínica en Uruguay es reducida y que no ha cobrado fuerza en los últimos años. Touya coincide y asegura que la forma de trabajo del servicio que dirige en el Maciel es “proactiva” y apunta a “demostrar” que allí se puede hacer.
Cuentan con investigadores básicos y clínicos en el equipo y un laboratorio preparado para hacerlo. Integrantes del equipo incluso se han formado en investigación clínica y en inglés técnico en los últimos meses con miras a esta oportunidad de investigación en el futuro.
Touya destacó además que es una oportunidad para los pacientes. Es que quienes están enrolados participando en una investigación clínica no pagan el tratamiento y eso permite que personas que no podrían costearlo, igualmente accedan.
La investigación es “la joya de todo esto” y una “herramienta fundamental en la oncología hoy”, agregó. Por otra parte, el cáncer de pulmón es solo el primer paso ya que apuntan a trabajar en otros tipos de cáncer a futuro.
Lo mejor
Hace unos dos años que el Hospital Maciel funciona como centro de referencia para ASSE en cáncer de pulmón.
“Nos planteamos hacer una oncología de excelencia en cáncer de pulmón, tenemos que hacer lo mejor”, señaló Touya. En busca de esa excelencia es que “faltaban eslabones que había que completar”, opinó.
Uno es el laboratorio que empieza a funcionar en setiembre y el otro es la tecnología Ebus, que recibe su nombre por Endoscopía Bronquial por Ultrasonido, un equipo que no existe en Uruguay y que llegará en 2019 a instalarse en el Maciel. La fibrobroncoscopía con la introducción de una cámara permite llegar a los pulmones para poder sacar una muestra del tejido y estudiarlo (biopsia).
Ahora el Ebus suma ecografía a este trabajo y facilita muchísimo. Cuando el tumor no se detecta a simple vista, con la cámara se debe realizar una “biopsia transbrónquica que se hace a ciegas porque no lo ves, pensás que está del otro lado del bronquio pero no lo podés identificar”, y ahora el Ebus viene a iluminar estos puntos ciegos y hacer “una biopsia mucho más directa”, explicó Touya. En el mundo hace años que se usa esa tecnología.
Los profesionales del Hospital Maciel que operarán el Ebus se capacitaron en el MD Anderson. Otro eslabón necesario para el equipo ha sido lograr el vínculo con ese centro estadounidense de primera línea en el mundo para mantenerse actualizados con las novedades. “Lo que pasa en el MD Anderson nosotros lo queremos en Uruguay”, aventuró Touya, quien desde 2012 mantiene vínculos con el centro.
Salud, Ciencia y Ambiente
2019-08-08T00:00:00
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