Pedro J. Ramírez deja la Dirección de “El Mundo” por decisión de sus dueños, que atribuye a la influencia de “las fauces del poder”

“No niego que en muchas ocasiones —y especialmente durante estos durísimos años de crisis económica y putrefacción política— he tenido la sensación de estar atrapado por el deber de actuar en contra de mi propia conveniencia. Pero si eso era una cárcel de agobios y tensiones, yo quería cadena perpetua. No por ambición ni afán de poder —de sobra ha quedado demostrado que son los domadores de tigres de papel quienes prevalecen en España— sino porque, como explicaba Arthur Miller, ‘un periódico es una nación hablándose a sí misma’ y ni uno solo de esos casi 12.000 días he dejado de sentir la preocupación por mi país, la adrenalina de los titulares y el cierre, el hormigueo de la información exclusiva, la pasión cívica por transmitir a los lectores cuanto se les oculta y les concierne. Lo he dicho siempre: el periodismo es una forma de vida que adquiere valor en sí misma. La forma de vida más digna y emocionante a la que cabe dedicar el tiempo de cada uno sobre esta tierra”, afirmó.

Luego se refirió a “la secuencia de los acontecimientos” que involucró las revelaciones del ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, sobre la financiación ilegal en ese partido y “los sobresueldos de sus jefes”. Recordó que el presidente Mariano Rajoy llegó a acusar a “El Mundo” de “manipular y tergiversar las denuncias de un delincuente para generar una calumnia” y sostuvo que el gobierno demostró que “quien había ‘manipulado y tergiversado’ había sido él”. También criticó que “el gobierno y la cúpula del PP en pleno boicotearan con ostentación e infamia un acto del significado de la entrega de los Premios Internacionales de Periodismo —con Mario Vargas Llosa entre los receptores—, instituidos en memoria de tres compañeros que dieron la vida por la libertad de prensa”. Por eso concluyó que “el poder había convertido a ‘El Mundo’ en un apestado y las grandes empresas del Ibex —salvo honrosas excepciones— actuaron en consecuencia”.

“Nunca sabremos si yo continuaría siendo el director de ‘El Mundo’ de no haber sucedido todo esto y de no haberse entreverado tales episodios con los de Botsuana, Corinna, Urdangarin y la Infanta. Debo admitir que lo anómalo no es que el propietario de un periódico decida cambiar al director, sino que haya mantenido durante 25 años al mismo. De ahí mi gratitud hacia los sucesivos dirigentes del grupo RCS”, reconoció.

Ramírez evaluó que “todo administrador debe velar por los intereses de sus accionistas y es innegable que las relaciones con el gobierno y las demás instituciones del Estado forman parte del marco en el que desarrolla su actividad una empresa periodística”

Según el periodista, el gobierno “podía haber tomado medidas que paliaran el impacto del desmoronamiento de una inversión publicitaria que (...) ha caído en los periódicos desde los más de 2.000 millones de 2007 a los apenas 700 de 2013”.

“En lugar de ello se nos ha obligado a pagar el error administrativo del anterior gobierno en la adjudicación de las licencias de la televisión y se mantiene el IVA del 21% para los diarios digitales frente al 2,5% de Francia. Está claro que Rajoy apuesta por el mito de ‘un gobierno sin periódicos’ —en realidad sueña con un gobierno sin país— y ha optado por convertir la crítica y la denuncia en una mercancía cada vez más onerosa para los editores. No es extraño que en Unidad Editorial la cuerda se haya roto por mi cintura”, afirmó.

Hacia el futuro, Ramírez coincidió con el diagnóstico de Miguel Ormaetxea en su blog Media.tics: “No hay mejor garantía de supervivencia para una empresa periodística que conseguir que en el plazo de tres años el 50% de sus ingresos sean digitales”.

El ahora ex director escribió que está “fieramente orgulloso” de haber sido “fiel a los principios fundacionales de ‘El Mundo’”, de no servir “jamás a otro interés que el del público” ni usar “la información como elemento de trueque u objeto de compraventa en el turbio mercado de los favores políticos y económicos” y, en cambio, publicar “toda noticia de cuya veracidad y relevancia” estuvieran “convencidos”.

Ramírez dijo que apoyó el nombramiento de Casimiro García-Abadillo como nuevo director de “El Mundo” y adelantó que el 2 de marzo reanudará sus “cartas dominicales”, preparará su próximo libro, se ocupará de la revista “La Aventura de la Historia” y dedicará “algo más de tiempo” a Twitter.