Tres exposiciones para visitar en el MACA

La muestra da inicio a la celebración del 150° aniversario del nacimiento de uno de los personajes más notables que ha dado nuestro país. Se trata de un amplio y documentado proyecto expositivo, producido por el museo, con la curaduría de Aimé Iglesias Lukin y Cecilia Rabossi, quienes mediante una exquisita selección de obras plantean un acercamiento contemporáneo a la complejidad del pensamiento del artista. La exhibición pone el foco en el rol que tuvieron los viajes en el periplo emocional y mental de Torres García, permitiéndole entender, digerir y replantear una nueva idea de modernidad a través del universalismo constructivo.

Bruno Munari: El artista

Es la primera vez que la obra de Bruno Munari (1907-1998), prolífico artista italiano, se presenta en nuestro país. La muestra concebida por el MACA cuenta con la curaduría de Marco Meneguzzo, uno de los mayores expertos en el artista. Diseñador, artista, pedagogo, grafista y agitador cultural, Munari es conocido por haber contribuido a permeabilizar las fronteras entre lenguajes artísticos que durante el modernismo se consideraban académicamente separados. Desde hace algún tiempo su fama ha crecido y hoy es una figura apreciada en países donde no vivió, precisamente por su carácter y su capacidad intelectual para recorrer diversos territorios lingüísticos.

La muestra es acompañada por un catálogo bilingüe español/inglés, con una amplia antología crítica e imágenes de todas las obras expuestas. 

Adam Jeppesen: El paso de la lumbre

Se trata de la primera gran exposición del artista danés en Sudamérica. La muestra se sumerge en la filosofía wabi-sabi, una estética japonesa que encuentra la belleza en la imperfección y la fugacidad. A través de sus obras, Jeppesen desafía la obsesión moderna por el progreso constante, llevándonos a reflexionar sobre la sabiduría de aceptar y encontrar la belleza en lo que ya existe. La exposición, que despierta la reflexión y la contemplación sobre la existencia humana y el mundo que habitamos, cuenta con obras emblemáticas como El gran filtro, una instalación que explora la mortalidad y la naturaleza efímera de la vida, y El estanque, que utiliza marismas danesas como metáfora para examinar la evolución de la sociedad y la naturaleza humana.