Conciertos inmersivos en los que imágenes digitales envuelven en una cápsula al artista y su público. Experiencias sonoras de distintos ritmos que invitan a bailar, conversatorios sobre NFT y la industria creativa, talleres de diseño o producción musical. Exposiciones de artistas jóvenes que trabajan con la fotografía, la escultura, el arte digital y otras prácticas. Iniciativas en las que la gastronomía, a cargo de chefs o restaurantes del momento, hacen sinergia con el arte visual y el sonoro. Eso es algo de lo que sucede hoy en la escena cultural de Montevideo. Gracias a espacios multidisciplinarios, donde colaboran todo tipo de artistas y creativos, la ciudad se enriquece cada vez más de proyectos conceptuales y experimentales que trascienden las iniciativas tradicionales del arte y la cultura.
Con una impronta vanguardista y osada, estos espacios desdibujan los límites de las prácticas creativas e invitan a todas las disciplinas a hacer sinergia. Algunos, con una pata en el universo digital y otra en el físico, otros, completamente híbridos y lúdicos, son, al mismo tiempo, estudios de fotografía, tienda o galería de arte, sala de conciertos, feria de indumentaria o espacio de taller.
Los ventanales de Hungry Art, en la esquina de Reconquista y Juan Carlos Gómez, atraen a cualquiera que pase caminando. Son gigantes, y en su interior posan obras del artista uruguayo Glitchdo que miran hacia la calle. Desde otro de los vidrios se ven revistas de arte, unas apiladas en otras, luminarias de colores y esculturas redondas. Una vez adentro, lo que más atrae de este espacio es una gran pared en la que cuelgan fotografías y otras piezas de arte visual que la cubren hasta el techo. Son obras de artistas uruguayos, argentinos y mexicanos, que la fundadora y curadora de Hungry Art, la fotógrafa Cecilia Gervaso, selecciona para exponer y vender.
Al principio el negocio funcionó de manera exclusivamente online, con un e-commerce que sigue en pie, hasta principios de este año, cuando se abrieron las puertas de su local. Fundado en 2020, este espacio de exposición, y ahora también de eventos de arte, es el resultado de las ganas de Cecilia de agrupar, convocar, elegir y curar artistas que llaman su atención. Una idea que nació en Barcelona, donde vivió de 2009 a 2018, y que se nutrió de los recorridos que hizo por museos y galerías alrededor del mundo.
El local de Hungry Art abrió este año, pero el proyecto funcionó de manera online desde 2020. Foto: Lucía Durán. Foto: Lucía Durán “El propósito es darles la posibilidad a artistas emergentes para que puedan mostrar sus obras”, comenta ella. “Que sepan crear no significa que se sepan vender, y hoy en día los artistas tienen más herramientas para poder vivir del arte. Considero que yo soy un puente para que eso suceda. Yo también soy artista y me incluyo en el proyecto; me doy cuenta de que a mí también se me hace más fácil vender mis obras al ser parte de Hungry Art. Es un puntapié para darse a conocer e ir creciendo con el tiempo”. El espacio busca alejarse del concepto tradicional de galería de arte, a la que solo acceden artistas consagrados y no se caracteriza por ser cálida ni un lugar que invite a entrar.
La fotógrafa Cecilia Gervaso es la fundadora de Hungry Art. Foto: Lucía Durán Foto: Lucía Durán. Dentro de los artistas que forman parte de la curaduría de Hungry Art se encuentran Antonio Carrau, Camilo Nuñez, Julia Saldain y Salvador Munca; y el abanico abarca fotografía, arte plástico, cerámica, diseño industrial y textil. Si bien este último integra el universo Hungry, no significa que la indumentaria también. “Aunque haya un vestido pintado, será para colgar del techo, no para guardar en el ropero”, explica la fundadora. A la hora de elegir artistas para sumar al repertorio, Cecilia no solo tiene en cuenta la obra, sino también a la persona detrás. La personalidad, la historia, el detrás del trabajo artístico y la manera de trabajar del autor es lo que fascina a esta fotógrafa.
Inmersión digital
Magma Futura tiene una sala inmersiva en donde se llevan a cabo eventos musicales, exposiciones y charlas. El espacio es una tienda de objetos y también un espacio cultural. Foto: Mauricio Rodríguez En Parque Rodó, específicamente en Pablo de María 1011, hay una nave que lleva a sus pasajeros a explorar el diálogo entre el arte y la tecnología. Junto con una tienda-galería de objetos y muebles coloridos diseñados en Uruguay y el exterior, la nave forma parte de Magma Futura. Impulsado por los fundadores de la tienda multimarca Espacio Magma, Alex Saúl y Elianne Litwin, y con una propuesta cultural liderada por la fotógrafa Sabrina Srur, este espacio desafía el futuro del retail al ser una tienda y un espacio de arte al mismo tiempo.
La Nave, como la llaman, es una cápsula enorme dentro de la tienda y funciona como sala inmersiva para exposiciones, charlas, talleres, conversatorios, conciertos sonoros y visuales, cenas temáticas, prácticas de movimiento del cuerpo y presentaciones de marcas. Su interior es oscuro, su piso espejado y sus paredes son pantallas que, según el evento que se lleve a cabo, reproducen visuales de distinto tipo y autoría.
Las actividades de Magma Futura siempre se conectan con la tecnología y el arte. Desde junio del año pasado, cuando abrió sus puertas, Magma Futura recibe a creativos y artistas de distintas disciplinas. Las productoras de música Helen Olhausen y Phoro, el productor y músico Santiago Marrero, las artistas visuales Manuela Vilanova y Sofía Córdoba, la coach Brenda Cohen, el fotógrafo JP Bonino, así como la chef Erika Valecillos Spinetti y su estudio de cocina Kino Studio, y el sello discográfico Little Butterfly Records fueron protagonistas en este espacio contemporáneo.
Sabrina Srur es la encargada de la propuesta cultural. Foto: Cecilia Gervaso Foto: Mauricio Rodríguez Magma Futura explora la tecnología como elemento creativo en cada una de sus experiencias, que se vinculan con el arte visual, los libros, la música, la danza, la moda y la gastronomía. “Observamos que las nuevas tecnologías proponen y cuestionan nuevas formas de relacionarnos con el mundo”, dice Sabrina Srur. “Desde las experiencias de compra hasta nuestra relación con la naturaleza, la mediación de lo digital transforma nuestra visión del mundo, y es por eso que queremos experimentar, a prueba y error, de qué forma puede la tecnología ayudarnos a generar nuevos puentes para conectarnos”.
Un lugar híbrido
Universal es anfitrión de propuestas artísticas y de ferias de ropa second hand. Foto: Camila Montenegro Pitetta Desde diciembre de 2021, en un antiguo depósito de Ciudad Vieja se comenzaron a cultivar diversas propuestas culturales. Tanto es así que se convirtió en uno de los hotspots de Montevideo. De techos altos, paredes desgastadas y ventanales que dan hacia la calle Piedras, Universal comenzó como un estudio de fotografía, que sigue funcionando, y fue mutando hasta convertirse en un espacio de la cultura y el arte contemporáneo. Fundado y dirigido por el emprendedor Ignacio Artensztein, el espacio responde a las ganas de generar más actividades culturales en la ciudad. “Queremos cambiar la forma en que la gente ve a Montevideo”, explica Ignacio. “En general se la ve como un lugar en el que no pasan cosas, pero nosotros creemos que cada vez suceden más y más actividades. Nos encanta eso. En Uruguay hay un talento increíble y queremos generar espacios que incentiven la colaboración entre varias disciplinas, recibir a nuevos proyectos y nuevas voces”.
Ignacio Artensztein está a cargo de Universal, lugar que abrió en 2021. Foto: Camila Montenegro Pitetta La fotografía, la moda, la música, la arquitectura, el diseño, los tatuajes y la gastronomía tienen su lugar en este espacio multidisciplinario. La transformación y adaptabilidad, tal como comenta su fundador, están en el ADN de Universal. Es por eso que puede alojar desde una exposición de fotografías o una performance en vivo hasta talleres de distintas disciplinas creativas y ferias de ropa second hand. Feria Universal y Drop, dos proyectos de Universal que hacen foco en la ropa de segunda mano, reúnen alrededor de 30 tiendas de este tipo para que, de manera itinerante, vendan sus prendas en el espacio. Pronto se llevará a cabo la próxima.
Kioskos fue una propuesta que integró gastronomía, tatuajes, arte visual, diseño independiente y vinilos. Foto: Sofía Córdoba Foto: Sofía Córdoba Los artistas Fernando López Lage, Sofía y Pablo Córdoba y la holandesa Susette Kok son algunos de los que desarrollaron actividades en Universal, así como el taller argentino Leer para Diseñar (LPD). El Museo Histórico Cabildo se unió a la exhibición de Kok en Universal al exponer parte de su instalación. En ella, se invitó a los espectadores a observar las cerámicas de la artista, ubicadas en Universal, para luego caminar hasta el Cabildo a ver la segunda parte de la obra. Por otro lado, los restaurantes De Morondanga, Sometimes Sunday y el argentino Fifí Almacén fueron protagonistas de propuestas de Universal, en las que la gastronomía dialogó con el arte.