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Un estofado rápido de pollo y zanahorias con orejones y muchas variantes
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Empieza la rutina, las viandas y la organización del hogar. Esta receta es superfácil, rápida y deliciosa. La podés hacer con muchas variables. Cambiar la proteína por cerdo, carne vacuna tierna, alguna legumbre tipo garbanzo o porotos. También podés sumar otros vegetales o sustituirlos. Lo más importante es el proceso y la combinación de sabores que se logra con los orejones (pueden ser pasas, dátiles), las especias que uses y el fondito de cocción que queda después. Lo podés comer con arroz, cuscús, una ensalada, pasta o solo. Ideal para mandar en una vianda.
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2 pechugas de pollo 1 cucharada de harina de garbanzo o cualquier harina Harissa (salsa picante de Oriente) o las especias que tengas 2 zanahorias grandes 1 cebolla grande Sal Laurel Agua 100 g de orejones de durazno o cualquier fruta deshidratada Hierbas frescas (ciboulette, perejil)
Procedimiento Pelar las cebollas y las zanahorias. Cortar las cebollas en pluma gruesa y las zanahorias en sesgo fino. Cortar las pechugas de pollo en cubos, colocar en un bowl, agregar una cucharada de harina de garbanzo (o la que tengas), sal, las especias y mezclar bien. En una olla amplia a fuego fuerte colocar aceite mezcla, dorar las cebollas y zanahorias junto con el laurel, agregar el pollo pasado por harina, dejar dorar un poco revolviendo cada tanto. Todo esto te tiene que quedar bien dorado y rico. Agregar agua (hirviendo en lo posible) hasta cubrir la preparación. Bajar el fuego y cocinar hasta que el pollo esté cocido (aproximadamente 20 minutos). Testear que esté bien rico de sabor y corregir de ser necesario. Apagar el fuego y dejar descansar cinco minutos. Mientras, cortamos los orejones en juliana y deshojamos las hierbas. Servimos con los orejones por arriba y las hierbas al final. Le podés agregar algún fruto seco, una provenzal, ¡lo que quieras!
Del libro En tu casa, Editorial Grijalbo, Penguin Random House.