—La ley referida a los llamados “cincuentones” introdujo un tope a las comisiones que cobran las AFAP a sus afiliados. ¿Estuvo de acuerdo con esa medida o terminaron ganando los que pretenden eliminar esas administradoras?
, regenerado3—La ley referida a los llamados “cincuentones” introdujo un tope a las comisiones que cobran las AFAP a sus afiliados. ¿Estuvo de acuerdo con esa medida o terminaron ganando los que pretenden eliminar esas administradoras?
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá—Se nos había pasado esto. Surgió como consecuencia de un clima de estudio, de búsqueda de acuerdo.
Hoy (por el viernes 29) estuve reunido con la asociación de AFAP y tuvimos una muy buena reunión, excelente. Y nos decían algo que nosotros también lo padecimos: una especie de detención, de renuencia, a abordar un tema que había que abordar sí o sí. Ante la observación de que se está interviniendo en un mercado fijando precios, o que se están alterando las reglas de juego, lo que hay que tener en cuenta es que en los mercados competitivos hay fallas. Y las fallas hay que corregirlas mediante mecanismos regulatorios. También hay fallas del Estado, obviamente, que también deben ser corregidas. Acá estamos ante fallas evidentes de un mercado, que no puede funcionar competitivamente con una dispersión de 165% entre la comisión más barata y la más cara, y al mismo tiempo diferencias tan abismales en la rentabilidad patrimonial de una AFAP respecto a las demás. Hay diferencias de rentabilidad patrimonial de entre 20% y 30% para AFAP República; ¡es tremenda rentabilidad en cualquier negocio del mundo! ¡20% sobre el patrimonio! Y el resto de las AFAP oscila entre 60% y 70%. Repito: algo anda mal y hay que corregirlo. Eso pretendimos al establecer el tope, que no debería ser, ni mucho menos, el fin de la corrección de esta falla. Estamos haciendo un seguimiento muy minucioso de los números de todas las AFAP. Tenemos que trabajar juntos y convinimos eso: hay una falla que hay que corregir en beneficio de la salud del sistema. Porque a nosotros lo que más nos importa es que el sistema no se deteriore, no se erosione, porque el sistema mixto de seguridad social es el único posible en Uruguay dada la realidad. Y que si no se hubiera adoptado en 1996 el país hubiera colapsado, absolutamente colapsado. ¿Cómo puede entenderse que sea sostenible una situación como la actual en la cual el Estado vuelca al Banco de Previsión Social todos los años siete puntos de IVA —US$ 1.400 millones—, más US$ 600 millones de asistencia financiera y toda la recaudación del IASS arriba? Y si además agregamos la asistencia a la “caja militar” de entre US$ 400 millones y US$ 500 millones, es absolutamente insostenible. Es como renunciar al gasto público como herramienta de política económica. Por eso, Uruguay necesita una profunda reforma de la seguridad, en la cual, nuevamente, el sistema mixto, va a ser la base fundamental.
—¿No teme que, al haber topeado sus ganancias, alguna AFAP privada decida irse?
—No. En absoluto percibí eso ni directa ni indirectamente en la reunión. Al contrario, vi gente dispuesta a reconocer que acá hay un problema y a trabajar juntos para mejorar la situación.