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El miércoles 7, el antropólogo Daniel Vidart cumplió 95 años. Él esperaba festejarlo con el discurso de inauguración de la biblioteca que llevaría su nombre en el Fortín de Santa Rosa, pero el edificio aún no existe y no hay fecha precisa de inicio de las obras. En enero de 2014, Vidart había acordado con Marcos Carámbula, ex intendente de Canelones, donar su colección particular de unos 15.000 volúmenes, además de numerosos objetos de valor antropológico y miles de fotografías, para una biblioteca que construiría la Intendencia en el Fortín, donde vive con su esposa Alicia Castilla.
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Según contó Vidart a Búsqueda, la idea de la donación fue tomada con entusiasmo por Carámbula y rápidamente se pensó no solo en una biblioteca sino en un “polo cultural” para la zona. “La propuesta consistía en que yo dirigiera la biblioteca en forma gratuita y que cada 15 días diera una charla sobre temas antropológicos, de identidad, sobre el gaucho, el indio, el negro, etc. También que se hicieran visitas guiadas y que la gente tuviera un lugar donde reunirse y hacer talleres”, comentó.
Se llamó entonces a un concurso de proyectos para la construcción del edificio, que se haría en un terreno de la Intendencia lindero a la casa de Vidart y que también incluiría la hostería del Fortín. De esta forma, el antropólogo podría continuar consultando el material para sus investigaciones. Por eso decidió poner a la venta su casa de Montevideo donde hoy está la inmensa biblioteca. “La pusimos en venta porque nos habían asegurado la construcción de la biblioteca”, aseguró Vidart.
Al concurso se presentaron 40 proyectos, y en febrero de 2015 se premió al ganador, que estaba a cargo de los arquitectos Mariana Cecilio, Santiago Hernández, Martín Robaina, Mauricio Riera, Juan Ignacio Peyro y la bibliotecóloga Erika Velázquez.
La futura Biblioteca Daniel Vidart tuvo, en su momento, difusión en los medios de comunicación, y la pareja Vidart-Castilla recibió varias propuestas de donaciones. Entre otras obras, les ofrecieron la colección completa del semanario Marcha y varios títulos de literatura, como las obras completas de Borges y de García Lorca. También la familia del sociólogo César Aguiar, fallecido en 2011, ofreció donar su biblioteca, que se conserva en una casa de Punta del Este y que también está a la venta.
Pero los meses pasaron y no hubo movimientos que indicaran el inicio de las obras, por lo tanto, ninguna de estas donaciones se han hecho efectivas. “Ni siquiera limpiaron el terreno. Carámbula nos dijo que había destinado unos 500.000 dólares para la obra y después que dejó la Intendencia nos confirmó por mail que el dinero estaba y que la obra se iba a hacer. Incluso le dijo a Daniel que fuera preparando el discurso de inauguración para el día de su cumpleaños”, comentó Castilla a Búsqueda.
Actualmente, hay una persona haciendo un inventario de la biblioteca compuesta principalmente por libros de antropología, historia, geografía humana, ciencias sociales y arte. Esta tarea se pagó con un dinero del Ministerio de Educación y Cultura que destinó el ex ministro Ricardo Ehrlich. “Tuvieron ese dinero retenido meses en la Intendencia de Canelones y le tuvimos que pagar nosotros a la persona que está haciendo el inventario. Ahora sí nos pagaron, pero como si fuera una concesión. Nombraron además una bibliotecaria de la Intendencia, pero nunca vio los libros”, aseguró Vidart.
El antropólogo está molesto por el retraso en el inicio de las obras y también siente que utilizaron su imagen en la campaña electoral para la Intendencia de Canelones, porque lo filmaron varias veces hablando sobre la biblioteca y después subían esos videos y fotos a los canales institucionales. “Me usaron a mí, al Pepe (Mujica) y a la gente que se acerca al Fortín y pregunta por la biblioteca. En una oportunidad pidieron la oficina del Pepe y me filmaron y sacaron fotos con él. Incluso fue a Atlántida un día que se tenía que ir a Brasil, y habló sobre el avance del libro digital y la importancia del libro en papel. En definitiva: jodieron al Pepe y me jodieron a mí”.
El actual intendente de Canelones, Yamandú Orsi, dijo a Búsqueda que el monto total para la obra aún no está presupuestado. “Esos 500.000 dólares no estaban en el presupuesto anterior en el que yo mismo trabajé. Ahora estamos elaborando el presupuesto para el próximo quinquenio y lo tendremos en cuenta. Pero no tenemos 500.000 dólares sobrantes”. El intendente aclaró que sí se pagó el premio del proyecto ganador y que hay 40.000 dólares para el proyecto ejecutivo. También destinarán entre 60.000 y 70.000 dólares a la compra de “aulas-bibliotecas”, una especie de contenedores para que Vidart pueda guardar sus libros allí cuando venda su casa.
“El compromiso firmado por Vidart no tenía fecha. No tiene sentido que comencemos a limpiar el terreno porque eso se hace cuando se está por comenzar la obra, y no quiero hacerlo para llenar el ojo”, aseguró Orsi. El intendente piensa que la obra podría estar pronta en un año, pero no quiso arriesgar una fecha.
Por su parte Carámbula, hoy senador frenteamplista, dijo a Búsqueda que dejó “encaminado” antes de dejar su cargo de intendente la cobertura para el proyecto ejecutivo y una primera parte para comenzar la obra. “Nunca dijimos que estuvieran los 500.000 dólares porque ese monto implicaba apoyos del Ministerio de Educación y Cultura o áreas de cooperación internacional que pudieran complementar lo que la Intendencia tenía dispuesto para la obra”.
Vidart tomó algunas iniciativas para conseguir apoyos. El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, de quien es vecino, ofreció poner al servicio de la Intendencia de Canelones reclusos que son carpinteros o albañiles. “Así se abaratarían en un 70?% los costos de la obra. Se lo comenté a Carámbula y le dije que se pusiera en contacto con Bonomi, pero nunca lo llamó”.
Carámbula dice que no quiere confrontar con Vidart, por quien siente un gran afecto y respeto. “Hicimos el llamado a concurso y ahora se está en la fase del proyecto ejecutivo. La última vez que lo visité a Vidart le comenté mi deseo de que en octubre, cuando fuera su cumpleaños, la obra pudiera estar iniciada, pero nunca hablé de una obra terminada porque es un proyecto importante”. El senador fue enfático en negar que se hubiera usado la figura de Vidart para la campaña electoral.
Hace una semana, Vidart envió una carta documento a la Intendencia de Canelones en la que pedía una fecha de inicio de las obras, pero aún no ha recibido respuesta. “Pienso que Carámbula cuando me visitó varias veces fue sincero. Tal vez es en la propia Intendencia que hay trabas. No quiero hacer una acusación ni elevar un memorial de agravios, sino manifestar mi desilusión y la frustración que siente mucha gente que esperaba la biblioteca”, dice.
Antropólogo, historiador, ensayista y docente, Vidart trabajó para la Unesco, habla varias lenguas y le quedan muy pocos países por conocer. “Solo de China tengo mil fotos”, dice para explicar la dimensión de su acervo. Actualmente está trabajando en un libro sobre el Islam. Su biblioteca tiene libros de su abuelo y de su padre, algunos fechados en 1700. “Pero mi biblioteca no es un museo arqueológico porque la he ido actualizando”, aclara.
Ayer, miércoles 21, Vidart y la ingeniera Ida Holz recibieron un homenaje del Correo Uruguayo que lanzó dos nuevos sellos en su serie Personalidades Destacadas de Uruguay. Es uno de los tantos homenajes que Vidart ha recibido en su vida, como el Premio Bartolomé Hidalgo a la trayectoria en 2014. Lo que le falta ahora es que se concrete la biblioteca en el Fortín. “Es la razón del artillero: tengo 95 saludables años, pero no creo que me quede mucho más y me gustaría dirigir la biblioteca”.