El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, opinó que las reformas laborales que están implementando algunos países muestran una “transformación del imperialismo” y una “discusión en el seno del capitalismo”.
El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, opinó que las reformas laborales que están implementando algunos países muestran una “transformación del imperialismo” y una “discusión en el seno del capitalismo”.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáDurante un debate organizado por su cartera el lunes 11, el jerarca consideró que Uruguay no debe “transitar caminos que afecten la democracia y participación, y que en pocos días imponen una reforma y otra reforma y otra reforma”.
“Hay una discusión entre quienes quieren un capitalismo salvaje y uno más keynesiano, con un Estado de libertad y bienestar. Esa discusión hay que retomarla”, señaló. “El imperialismo hoy no tiene sede en Estados Unidos sino en las ideas”, opinó, y se mostró preocupado por la reforma laboral en Francia y en Brasil, ya que a su entender provocan un gran retroceso en términos de “trabajo decente”. La brasileña, además, “preocupa por los trabajadores y empresarios uruguayos” a causa de la “competencia desleal” que significa, agregó el ministro.
Del debate participó el abogado laboralista y exministro de Trabajo durante el último gobierno colorado, Santiago Pérez del Castillo, para quien a pesar de que “el uruguayo es un hombre enamorado de la justicia social”, hay una serie de normas laborales “que podrían estudiarse” y modificarse. Propuso la redistribución de la jornada laboral —pero cumpliendo, en promedio, con las 48 horas semanales— y habilitar al sindicato de la empresa en las negociaciones bilaterales si es más representativo que el de rama. Además, apuntó a amortiguar los conflictos laborales e “inmunizar” la decisión de desprenderse de los convenios colectivos contra quejas judiciales por incumplimiento.
El abogado estimó que las reformas laborales deben hacerse “con cordura”, porque no todo puede “atentar contra los derechos individuales”. Agregó que “nadie” puede estar en contra de “mejorar la competitividad de las empresas” que permitan tener un mercado laboral “eficiente”.