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Me pregunto si Twitter es una red que protege a los nazis en Uruguay. Al menos parece operar como cómplice. Este fin de semana me pasó algo curioso e inquietante. Encontré en esa red la cuenta de un usuario que le contestaba a una prestigiosa médica, afirmando que el esfuerzo para controlar la pandemia en Uruguay era una falsedad. Pero no solo eso: defendía la muerte de las personas añosas debido a esa enfermedad, y calificaba los esfuerzos del gobierno con varios calificativos.
Hasta ahí la libertad de opinión.
El usuario decía ser de una localidad de Rocha.
Le consulté si esa era una postura “nazi” de su parte, por sus ideas supremacistas y neomathusianas que defendía, y para mi desconcierto el usuario comenzó a contestarme que yo lo “amenazaba”, usando frases poco inteligentes y acompañadas de nuevas descalificaciones hacia mi persona.
Para ese usuario, Hitler fue “un patriota”, que había sido descalificado “por holivud” (sic).
Le retruqué: “Yo no amenazo… Te aviso que en Uruguay defender a Hitler y al nazismo es un delito penado por ley…”.
En medio del diálogo, que ya parecía inconducente, revisé la cuenta del usuario y descubrí que en la misma, efectivamente, se hacía apología de Hitler y hasta mostraba un colgante navideño lleno de cruces esvásticas.
Era un neonazi en serio.
Luego el diálogo se volvió absurdo y resolví bloquearlo respecto de mi cuenta.
Para mi azoro, una hora después encontré que Twitter había inactivado temporalmente mi cuenta por considerar que el aviso al neonazi, de que en Uruguay defender a Hitler era un delito, constituía una violación de las reglas de Twitter, y la inactivación de la misma respondía a que yo practicaba “amenazas”.
Si aceptaba el veredicto omnipotente del “señor Twitter”, hubiera recuperado mi cuenta a las 12 horas de la sanción, pero decidí apelar a una resolución unilateral e injusta, y envié los descargos a Twitter, como indicó en una parte de la página.
La contestación de la empresa fue que si borraba el tuit de marras (“Yo no amenazo… Te aviso que en Uruguay defender a Hitler y al nazismo es un delito penado por ley…”) podía recuperar la cuenta en el plazo establecido, pero en caso contrario debería esperar lo que el “señor Twitter” considerara adecuado para darme una respuesta, en inglés, que enviaría cuando sus técnicos lo entendieran conveniente, a mi mail personal.
Han pasado más de 12 horas del incidente y mi cuenta sigue bloqueada por aclararle a un neonazi que hacer apología de Hitler era un delito en Uruguay, y el “señor Twitter” no me ha contestado por qué cometió ese abuso contra mi persona.
Creo, además, que Twitter debería explicar el motivo de su complicidad con neonazismo.
