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    A cuatro años del cierre, no hay reformas en Villa Dolores

    Nada cambió desde que salió el último visitante en 2014. Es posible notarlo al recorrer las instalaciones del viejo zoológico de Villa Dolores. El tigre que llegó de un circo hace unos 18 años sigue solo, en la misma jaula pequeña con piso de cemento. El hipopótamo toma sol junto a la piscina a medio llenar y la hiena ni siquiera hace el esfuerzo de abrir los ojos ante el llamado de los cuidadores. Si bien los animales parecen estar saludables, el ambiente de tristeza es innegable. Hay demasiado silencio, pese a que allí viven alrededor de 400 animales.

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    Tres jaguares que se acercan hasta el borde de la malla, avestruces y venados de campo que conviven en el mismo espacio, flamencos que no encuentran un lugar alejado para proteger a sus crías y un viejo lobo marino con cataratas que se mantiene casi inmóvil en la orilla de su pequeño estanque.

    Según Carmen Leizagoyen, directora técnica del Sistema Departamental Zoológicos de Montevideo, las carencias son las mismas que hace cuatro años, ya que desde el cierre solo se realizaron obras de mantenimiento. “Por ahora tenemos la urgencia de transformar los espacios de varios animales para que estén lo mejor posible, cambiarles el entorno y hacerles ambientes que estén acordes con las normas y los acuerdos internacionales”, explicó a Búsqueda. Esto se debe a que actualmente el recinto no cumple con los estándares establecidos por la Asociación Latinoamericana de Parques Zoológicos y Acuarios (Alpza), informó.

    En ese sentido, las autoridades prevén desarrollar un proyecto para la remodelación total de Villa Dolores, que en una primera etapa abarcará unas dos hectáreas de las seis que ocupa el establecimiento, sobre todo el área de grandes felinos y de aquellos animales que se encuentran en situaciones más críticas. “Estamos convencidos de que un zoológico del siglo XXI es una herramienta para la conservación de la naturaleza, no el zoológico de Villa Dolores así como está. Por eso lo que planteamos fue hacer un lugar acorde con el mundo en que vivimos, donde lamentablemente hay 40.000 especies en peligro de extinción”, explicó Leizagoyen.

    El arquitecto Marcelo Rapetti, uno de los encargados de desarrollar el proyecto, dijo a Búsqueda que la iniciativa responde a un proceso iniciado en el período de la exintendenta Ana Olivera, en el que se propuso unificar los zoológicos de la capital del país. Sin embargo, debido al cambio de gobierno, tuvieron que empezar de cero y adaptar todo al presupuesto actual, que asciende a unos $ 70 millones.

    La primera fase del proyecto comenzará este año y se prevé que finalice en 2019. La idea es recrear un monte indígena o selva sudamericana, para lo cual se dejarán en Villa Dolores todos aquellos animales que no puedan ser trasladados, sobre todo por motivos económicos, al Parque Lécocq. “La idea es no reponer a los animales grandes (el de mayor porte que mantendremos será el jaguar) ni a aquellos que estén fuera de la premisa. No queremos juntar figuritas, los animales tienen que estar acá por un motivo”, dijo la profesional.

    Igualmente, la idea es mejorarles la calidad de vida el tiempo que les queda, por lo que dentro de las reformas se prevé construir un espacio verde para el hipopótamo, con piscina y sin escalones, así como trasladar al tigre a un recinto abierto mucho más amplio.

    Además, la exposición será más controlada y las personas no podrán rodear a los animales como hasta ahora.

    Se prevé que los avestruces, el dromedario, la cebra macho y los ciervos sean trasladados al Parque Lécocq y para eso ya se encuentran en marcha licitaciones para la construcción de los diferentes recintos. Eduardo Tavares, director del Sistema Departamental de Zoológicos de Montevideo, comentó a Búsqueda que en general los animales “están en perfectísimas condiciones, tanto en la parte sanitaria como en la alimenticia”.

    Un mismo zoológico.

    Villa Dolores es un sector de un zoológico conformado además por 120 hectáreas ubicadas en el Parque Lécocq, donde conviven actualmente 750 animales de 35 especies diferentes.

    Es uno de los referentes en el país, con su formato moderno, espacios amplios y a cielo abierto. Este centro de conservación animal se enfoca en fauna nativa y selva africana; alberga un león y 12 cebras, como animales de gran porte. La especie insignia que ha logrado reproducir y conservar es el antílope addax, especie en peligro crítico de extinción, y también es posible apreciar monos hamadryas, ciervos axis y muflones.

    Una zona del parque se encuentra en reformas y se mantiene cerrada al público. El fin es ampliar los espacios, pero mientras tanto, los animales que allí se encuentran (gato montés, coatí, mão-pelada y coendú) deben esperar.

    De todas maneras, el día a día no es fácil para nadie en el Parque Lecocq, debido a la poca cantidad de funcionarios que trabajan en el lugar: alrededor de 12 personas, entre cuidadores, capataces, veterinarios y pasantes.

    ?? El zoológico está hoy “muy mal visto”; en Uruguay varios cerraron y decenas se enfrentan al desafío de reconvertirse en bioparques