En momentos de alta volatilidad internacional, y con una normativa que hace más costosa la emisión de deuda ofreciéndola públicamente en los mercados formales, las empresas en Uruguay buscan caminos paralelos a la Bolsa para financiarse.
En momentos de alta volatilidad internacional, y con una normativa que hace más costosa la emisión de deuda ofreciéndola públicamente en los mercados formales, las empresas en Uruguay buscan caminos paralelos a la Bolsa para financiarse.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn el último año los escritorios de corredores bursátiles han estructurado emisiones para empresas agroexportadoras, de servicios e incluso en el campo de la vivienda social, pero que no pasan por las Bolsas —ni son controladas por el Banco Central (BCU)— sino que se negocian mano a mano entre el emisor, el agente de bolsa y la cartera de inversores de éste. Según corredores consultados por Búsqueda, se trata de operaciones por entre U$S 5 y 10 millones, montos “importantes” para lo que usualmente manejan esos intermediarios de valores.
No hay registros de estas operaciones.
Un escritorio bursátil informó que se encuentra estructurando una emisión para una empresa del sector de servicios, y que otra en el campo de la energía eólica “está circulando” entre los corredores. Está orientada a personas físicas, los “clientes habituales” de cada escritorio.
“Nos gusta más que sean públicas. (…) Pero las aprobaciones que se necesitan en el BCU hacen que el proceso sea largo”, dijo un corredor.
Esto ocurre especialmente luego de la normativa que emitió en febrero esa institución —que tiene entre sus cometidos regular y controlar el funcionamiento del mercado de capitales— y que incorporó disposiciones relativas al gobierno corporativo para las empresas emisoras de títulos. Algo que ya está agregando costos en algunos balances empresariales (ver Búsqueda Nº 1.728).
“Yo veo las empresas, las pocas que quedan cotizando en Bolsa, los requisitos que tienen que presentar de gobierno corporativo, y no entiendo cómo siguen en el mercado”, señaló una fuente. Hay una “sobrerregulación” que “ahoga” a los emisores, agregó otra fuente.
Este año, mediante oferta pública en la Bolsa, colocaron obligaciones negociables (ON) Conaprole, UTE e Industrias Sulfúricas, mientras que Union Agriculture Group abrió su capital accionario. Por su parte, la empresa Farm & Forrestry Management y la Intendencia de Canelones emitieron fideicomisos financieros.
“Que existen, existen y van a seguir existiendo”, opinó en diálogo con Búsqueda el corredor Luis Rospide (hijo) acerca de las colocaciones privadas. “Quien puede emitir un volumen grande y es una empresa bien calificada, va a buscar el beneficio por el lado de las administradoras de ahorro previsional. Pero una empresa chica que tenés que calificar su riesgo por un monto chico, de repente le conviene” estructurar una emisión privada, explicó.
En 2012 el escritorio Rospide armó una emisión de deuda privada —que luego fue de conocimiento público— para el Hotel Carrasco, por U$S 15 millones.
“Se toma contacto con la empresa, se analiza si tiene un proyecto a financiar, se ve qué tipo de garantías puede poner. Luego nosotros tenemos una cartera de clientes a quienes se lo vas a ofreciendo”, agregó el corredor.
Los autores de un estudio presentado en las recientes Jornadas Académicas de la Facultad de Ciencias Económicas y de la Administración señala que la emisión de oferta privada presenta “algunas ventajas como fuente de financiamiento alternativa”, como la “agilidad” en el proceso, “menores costos” de emisión y la no obligatoriedad de publicar los balances e información de la empresa, algo que sí se requiere en el caso de las ofertas públicas.
“Algunos operadores manifestaron que han intermediado en emisiones de oferta privada y que estas están en aumento”, agregan. “Las empresas que recurren a la emisión de oferta privada suelen ser las más riesgosas, y no están lo suficientemente dispuestas y/o preparadas como para hacerse públicas. No obstante, se aprecia que las ON de oferta privada son una fuente de financiamiento poco significativa en el mercado local”, agrega su autor.
Al negociarse mano a mano y no entrar en el mercado secundario de las bolsas de valores, es más difícil desprenderse de este tipo de papeles. Por eso algunos escritorios prefieren no manejarlos.
“Mis clientes quieren la seguridad de tener un mercado donde poder salir (es decir revender públicamente el título). Si bien tienen las mismas garantías que la pública, no tenés mercado”, explicó el corredor Jorge Di Matteo.
Aunque en los últimos meses, ante la volatilidad del mercado bursátil, escasean las emisiones privadas de oferta pública en el mercado local como en el internacional.
“Las empresas saben que si salen a captar fondos en un momento de suba de tasas quizás no estén en condiciones de pagar los intereses que les pide el mercado. O que no haya demanda y eso juega en contra de su prestigio. El mercado corporativo brasilero, que es el más conocido, hoy no está afín a salir al mercado”, comparó Di Matteo.