Almagro en Cuba

Las declaraciones del canciller Almagro no sorprenden, pero tampoco dejan de impactar. Antes de opinar, creo conveniente hacer una breve reseña histórica sobre las relaciones del régimen cubano con Uruguay. En 1967, por ejemplo, se llevó a cabo en La Habana la reunión de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), a la que concurrieron representantes de los partidos de izquierda de América Latina, bajo la consigna “contra el capitalismo y el imperialismo”. Por Uruguay, concurrieron a dicha reunión Rodney Arismendi (Partido Comunista; presidió la delegación), Ariel Collazo (Movimiento Revolucionario Oriental) y José Díaz (sí, ese. El que fue ministro del Interior y junto con el ex presidente Vázquez largaron a todos los presos para que lo roben, rapiñen, violen y asesinen; para castigarlo a usted y su familia, por capitalistas. Díaz era entonces secretario general del Partido Socialista). En esa reunión de la OLAS, donde concurrieron todas esas alhajas, se decidió la revolución y la socialización del continente latinoamericano por medios violentos. Cabe recordar, además, que Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos, de la que aún se mantiene fuera. El MLN Tupamaros, que existía como tal desde mucho antes y tuvo su primera acción armada en 1963 con el robo de armas al Club de Tiro Suizo, no participó de la reunión. Pero en una muestra de esa generosidad de la que habla Almagro, el régimen cubano entrenó a los tupamaros en Cuba para asesinar uruguayos por la espalda en Uruguay. El solidario régimen cubano de Fidel Castro entrenó uruguayos en la lucha subversiva para derrocar la democracia existente en el país e instalar por la fuerza una dictadura de izquierda, marxista-leninista, como la que existe hoy en Cuba. Por ende, Cuba fue uno de los principales causantes y coautores del golpe de Estado que hubo en Uruguay en junio de 1973. Por lo tanto, uno tiene que pensar que cuando el canciller Almagro agradece a Cuba la solidaridad con los uruguayos durante la dictadura que sobrevino en el país, se refiere a la solidaridad con los sediciosos que volvieron a casa, o que escaparon y quedaron ahí. En noviembre de 1971, cuando se aproximaban las elecciones nacionales, Fidel Castro se trasladó a Chile para esperar con el presidente Allende el resultado de las elecciones uruguayas, augurando un triunfo del Frente Amplio, creado en 1971 para participar en dichas elecciones y del cual participaban el Partido Comunista, el Partido Socialista, el Partido por la Victoria del Pueblo, el Partido Demócrata Cristiano (que prestó el lema PDC), el Movimiento Revolucionario Oriental y el Movimiento 26 de Marzo (brazo político del MLN Tupamaros). Se tuvo que volver a Cuba sin pena, ni gloria, don Fidel, ya que el pueblo uruguayo, en elecciones libres y democráticas votó masivamente por el gobierno de Pacheco Areco, contra el marxismo y la sedición. Continuando con la historia, fue el Partido Colorado quien, bajo el primer gobierno del presidente Sanguinetti, restableció las relaciones diplomáticas con Cuba. Es más, en su segundo mandato presidencial, el presidente Sanguinetti extendió una mano generosa a Cuba y para colaborar con la integración de la misma a la sociedad internacional y sacarla del bloqueo al que la tenían sometida los Estados Unidos, invitó al Uruguay a Fidel Castro, quien estuvo en Montevideo unos días y luego volvió a la isla para seguir torturando y oprimiendo a su pueblo.