Destacó, con una imagen futbolística, que los países latinoamericanos “marcaron un triplete, tres goles”: se manejaron con mayor disciplina fiscal que en el pasado, bajaron la inflación y se afianzó la sostenibilidad financiera. Dijo que los altos precios de los commodities (granos, carne, lácteos y otras mercaderías estandarizadas, algunas con bajo valor agregado) y las tasas de interés internacionales reducidas favorecieron la goleada.
Sin embargo, el partido no está ganado. “Las condiciones están cambiando”, con una economía de Estados Unidos (EEUU) que parece afianzar su recuperación, pero con perspectivas “inciertas” para Europa, China y Japón, explicó. Y agregó que este es un contexto que puede hacer visibles en América Latina las “vulnerabilidades subyacentes que no salieron a flote cuando los (valores de los) commodities eran elevados y el financiamiento era barato”.
Madame Lagarde, como se refirieron todos a la espigada francesa, habló de la necesidad de hacer reformas en áreas como la educación, las redes de protección social, la infraestructura de transporte y la inclusión financiera, todo lo cual puede que no dé impulso en el corto plazo “pero le permitiría a la región alejarse de su base primaria que da poco valor agregado” y, además, generar “nuevas fuerzas” para “atender las demandas de una clase media creciente”.
Expresó preocupación por la delincuencia como un factor que “corroe los progresos” económicos y sociales. Y mencionó a Uruguay como uno de los países que atacan el problema con un “enfoque holístico” y aconsejó a los gobernantes “aprender unos de otros”.
Fue crítica con la proliferación de espacios de integración regional, que comparó con un plato de tallarines. Revisar esto sería provechoso en términos económicos y “le ahorraría muchos viajes a la presidenta Bachelet”, afirmó mirando a la mandataria chilena.
Michelle Bachelet habló minutos después y destacó el “aprendizaje” del cual los latinoamericanos pueden sentirse “orgullosos: en los últimos años la gran mayoría de los países pudo crecer y distribuir” al mismo tiempo. Aunque admitió que la desigualdad, no solo de ingresos sino también de oportunidades de acceso a buenos bienes y servicios públicos, aún es elevada.
Observó que en las “épocas de bonanza” como la que disfrutó la región hasta hace poco no se ejerce “presión para hacer reformas. Hoy la situación es compleja. El enfriamiento de la economía de la región es una realidad. Es la confirmación de que debemos emprender reformas con sentido de urgencia”, enfatizó la presidenta.
Justo estos días su gobierno vive momentos tensos —con reproches al interior de la Nueva Mayoría y especulaciones acerca de cambios en el gabinete—, tras conocerse una encuesta del Centro de Estudios Políticos según la cual, a menos de nueve meses de iniciado el mandato, los niveles de aprobación de la gestión se precipitaron hasta situarse en 38%. La clase media es la más crítica con Bachelet.
“Vamos a volver a una tasa de crecimiento como la que vimos previo al boom de los commodities. Necesitamos mucha reforma estructural para promover la productividad de los factores”, compartió el director del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner.
El organismo proyecta que la economía de América Latina y el Caribe crecerá 1,3% en 2014 y 2,2% en 2015, el ritmo más mediocre de los últimos tiempos. Uruguay estaría por encima de ese promedio, con una expansión de 2,8% en ambos años.
Entre los “riesgos” Werner mencionó la desaceleración económica de China que particularmente “afecta al Cono Sur” sudamericano, con Uruguay como proveedor de granos, carnes y otros alimentos.
Huang Halzhou, ejecutivo de China International Capital Corporation, le quitó dramatismo al asunto. “Siempre preocupa que haya un aterrizaje forzoso de la economía china y recibimos muchas llamadas. El último verano fue el primero en que nadie habló del tema y nos dimos cuenta de que la tasa de crecimiento se podía estabilizar y que podíamos estar tranquilos”, relató. Y habló de un crecimiento de 7,3% esperado para 2015 y de una tasa de expansión quizás más alta en los años siguientes. “China va a seguir demandando muchos commodities de América Latina. (…) No creo que el mundo colapse tan fácil”, sostuvo.
Otro mensaje optimista para los latinoamericanos provino de Jeff Currie, director mundial de investigación sobre materias primas del banco de inversión Goldman Sachs: “No pensamos que los commodities vayan a bajar tanto”.
Dinero más caro
Otro novedad del panorama mundial es que el dinero ya no será tan barato como en los últimos años, cuando Estados Unidos (EEUU) llenó de dólares los mercados y fijó su tasa de interés de referencia en niveles de casi 0% buscando apuntalar su economía. El repliegue de estas medidas está en marcha.
“Los fundamentos para una recuperación más fuerte están claramente establecidos. El crecimiento será más sólido que en los últimos cuatro o cinco años”, pero EEUU no va a poder ser el único motor de la expansión global, dijo Nathan Sheets, subsecretario de Asuntos Internacionales del Departamento del Tesoro de ese país. Habló de balances de empresas y familias estadounidenses más saludables, de un desempeño fiscal “ostensiblemente mejor” y un sistema bancario “sólido”. Ese repunte económico de EEUU abre espacio para que suba sus tasas de interés; la duda es cuándo lo hará.
“Aun un aumento modesto de la tasa en un momento en que los commodities se están debilitando, después de una bonanza de flujos de capital y donde los fundamentos (macroeconómicos) están más débiles, debe ser un factor de preocupación para los formuladores de políticas”, alertó Carmen Reinhart, una profesora de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard. “Incluso para países que han hecho las cosas bien hay un nivel de vulnerabilidad que no había antes”, dijo a Búsqueda cuando le preguntó si su mensaje también aludió a Uruguay.
“Está claro que cuando se normalice la política monetaria de EEUU las condiciones financieras van a cambiar” y los flujos de capitales hacia las economías emergentes podrían ser menores o incluso revertirse, vaticinó Olivier Blanchard, consejero económico y director del Departamento de Estudios del FMI en una de las charlas. Uruguay fue uno de esos países que captaron esos flujos en abundancia en los últimos años.
El funcionario fondomonetarista estimó que una suba de las tasas de interés en EEUU empezará en junio de 2015 o quizás un poco después, pero en cualquier caso “va a ser suave” y los movimientos de capitales no serán repentinos.
La “normalización de tasas podría darse antes” y las autoridades monetarias de América Latina deben “estar más que listas”, comentó por su parte Agustín Carstens, gobernador del Banco Central de México.
“No se me ocurre un cambio de política tan anunciado en toda la historia”, afirmó su colega de Chile, Rodrigo Vergara. Si bien un alza de las tasas en EEUU “ya está incorporada” por los agentes de los mercados, reconoció que cuando estos cambios “ocurren, hay volatilidad” financiera. El presidente del Banco Central de Brasil, Alexandre Tombini, coincidió.
“El mundo (que se avecina) no es muy promisorio para los mercados emergentes”, aseguró en tanto José de Gregorio, un ex presidente del Banco Central chileno que moderó un panel sobre estos temas.
Según consultas efectuadas por Búsqueda, en el gobierno uruguayo, en transición hasta marzo, se descarta que el esperado encarecimiento del financiamiento genere complicaciones porque el país logró prefinanciarse y además cuenta con líneas de crédito contingentes pactadas con organismos internacionales. Y no se constató hasta ahora un repliegue de los capitales desde el país, dijo una fuente.
Clase media y crecimiento
Lagarde instó a los gobernantes latinoamericanos a tomar más en cuenta el peso del género femenino en la economía, como está haciendo Japón al crear guarderías u otras infraestructuras para favorecer su inserción laboral. “En el mundo entero, el 70% de las decisiones de consumo son realizadas por la mujer, sean computadoras, alimentos o automóviles. ¿Ustedes creen que están comprando el auto? No, es la mujer la que decide”, desafió a un auditorio lleno de testosterona en traje y corbata.
Luis Alberto Moreno, titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), intervino el viernes 5 en un panel sobre los “desafíos económicos y sociales” en la región y se refirió a la coyuntura actual como un “punto de quiebre”.
Él y otros panelistas hablaron de una clase media que se amplió.
“Es cierto que hay una cantidad de gente que dejó la pobreza, pero no por eso llegó a la clase media” y la mitad de la población de la región aún vive con unos pocos dólares al día, discrepó el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza. Y planteó que la desigualdad “limita el crecimiento”, que el acceso a la educación está garantizado pero no es de calidad, lo mismo que los servicios de salud y hasta la seguridad pública. “En países de Centroamérica hay un policía cada cinco guardias privados”, ilustró.
“Por primera vez en la historia hay más gente en la clase media que pobres” en América Latina, señaló Jorge Familiar, experto del Banco Mundial, en un plenario sobre la productividad y el crecimiento.
Luego afirmó que en la región hubo “enormes avances” en materia de acceso a la enseñanza primaria, que alcanzó una cobertura total. “Claramente, el tema es la calidad de la educación. Estamos muy lejos”, sentenció, y agregó que en donde nace un niño latinoamericano determina cómo va a ser su vida, mientras que en Corea del Sur eso “no tiene nada que ver” gracias a que la educación favorece la movilidad social.
Según Nora Lustig, profesora de Economía de América Latina de la Universidad de Tulane, la reducción de la desigualdad de los ingresos en la región en los años recientes obedeció en gran medida a la mejora de los salarios, especialmente del trabajo no calificado. En el mismo panel, el economista del BID Santiago Levy opinó que esa compresión de la brecha con las remuneraciones respecto a los trabajadores calificados “no es una buena noticia” porque indica que la productividad “está estancada”.
Alejandro Foxley, ex canciller, ex ministro de Hacienda y actual presidente de la Corporación de Estudios para Latinoamérica, subrayó que se triplicó la matrícula en la educación terciaria en América Latina, pero un ingeniero comercial o una psicóloga “termina atendiendo una caja en un supermercado” porque no se generan empleos de calidad. Las expectativas de esa clase media emergente genera tensiones políticas y, a su juicio, la única salida es “llevar adelante reformas de segunda generación, explicarle a la gente que estas van a llevar mucho tiempo, pero que les darán oportunidades a él y a su familiar. Esto no ocurre sin levantar la calidad de la política”.
Ya en el final del foro Jeffrey Sachs, director del Instituto Tierra de la Universidad de Columbia, desgranó un decálogo de consejos como parte de una “agenda pos 2015” para América Latina. Entre otras cosas, sugirió invertir en ciencia y en energías renovables, que la región se suba a la ola de las tecnologías de la información que está revolucionando la productividad, que desarrolle un polo industrial sudamericano —a partir del eje Río-Minas Gerais-Buenos Aires—, que termine por ganar la guerra contra el narcotráfico y que apueste al crecimiento económico con equidad y sin descuidar el medioambiente.
“Todos precisamos respirar hondo después de estas reflexiones”, dijo Lagarde en una intervención de clausura a toda carrera porque perdía el vuelo.