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El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn el día de hoy, 9 de noviembre, he leído en la prensa que se conmemora un aniversario más de la muerte del general Charles de Gaulle. No voy a hacer la historia de este notorio general y político francés, cuya importancia para Francia fue de trascendencia, incuestionablemente, y es lógico que allí se le recuerde como corresponde. En lo que no estoy muy de acuerdo es en que haya sido tan trascendente para el resto del mundo. Porque, seamos realistas, más allá de su alocución a los franceses en junio de 1940 y más allá de la Résistance, sin el apoyo anglonorteamericano ninguno de sus logros hubiese sido posible. Ni siquiera liberar su patria.
Quiso revivir la grandeur de Francia, pero no lo logró. A lo sumo consiguió tener cierta influencia en zonas del África subsahariana, pero en el norte de África debió aceptar la entrega de Argelia. Quiso convencer al canciller Konrad Adenauer de Alemania occidental a ampararse detrás de la force de frappe nuclear francesa, pero el alemán, sabiamente, prefirió seguir bajo el paraguas norteamericano. Y esto no es de extrañar, puesto que después de la Segunda Guerra Mundial toda Europa declinó, incluida Gran Bretaña, en favor de Estados Unidos al otro lado del Atlántico y la Unión Soviética, país euroasiático. En otras palabras, el Gral. De Gaulle y Francia en el aspecto internacional no pudieron pesar como durante siglos antes. En otras palabras, llegaron tarde.
Y en su deseo de hacer retornar a Francia a un pasado irrepetible y convertirla en líder de una supuesta tercera posición, cometió un grueso error, en las humildes palabras de quien esto escribe. Obligó a la OTAN —organización decisiva para prevenir un avance soviético en Europa— a salir de Francia, por lo que, quiérase o no, la debilitó. Felizmente, a los soviéticos no se les ocurrió aprovechar tal contingencia.
Por tanto, en tren de recordar algo que sí fue importante para todo el mundo un 9 de noviembre, me quedo con la caída del Muro de la Vergüenza, de la cual se cumplen 31 años.
Dr. César Eduardo Fontana CI 1.060.462-0