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La lechería es uno de los sectores más golpeado por la baja de los precios internacionales de las materias primas. En Uruguay, este año cerraron sus cortinas las empresas internacionales Schreiber Food y Ecolat, mientras las industrias locales bajaron el precio pagado a sus remitentes, que en algunos casos llegó a reducirse a valores inferiores a $ 4 el litro.
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Sin embargo, la cooperativa Coleme parece ser una excepción a la regla. Esta empresa de Melo fue fundada en 1932 y es la más antigua del país en su rubro.
Actualmente, coloca su producción en Melo y distintos centros poblados de Cerro Largo y, a diferencia de otras cooperativas del sector, su futuro parece auspicioso. Al menos, así opinan quienes están al frente. “Hoy estamos bien porque estamos vendiendo todo lo que producimos”, dijo a Campo el presidente de la empresa, Pablo Gómez Peluffo. “Creo que es la que está pagando el mejor precio en Uruguay y no tiene deudas, lo que no es poca cosa”, valoró este tambero que dirige la compañía hace 40 años.
“Siempre fui honorario, nunca cobré un vintén, ni para el gasoil de la camioneta. Hasta pago para dirigirla”, comentó Gómez Peluffo, un poco en broma, un poco en serio.
Actualmente, Coleme paga un promedio de $ 8 el litro al entorno de los 60 remitentes que trabajan para la empresa. La cooperativa recibe alrededor de 40.000 litros diarios de leche, de los cuales 15.000 son colocados en Melo y el resto en otros puntos del departamento. “Por ahora tenemos el mercado asegurado” y “prácticamente el monopolio” en Cerro Largo. La leche industrializada y convertida en diferentes tipos de quesos, en tanto, es vendida a Conaprole. “Eso permite tener un precio promedio muy bueno”, resumió Gómez Peluffo.
La cooperativa, sin embargo, supo enfrentar sus dificultades en la década de 1990, cuando debían préstamos del entorno de U$S 800.000 al Banco República. Fue por el año 2000 que sus directivos decidieron vender a la Intendencia de Cerro Largo 21 de las 23 hectáreas que tenían en esa zona y, de esa manera, lograron saldar la deuda. La planta siguió funcionando en las dos hectáreas restantes.
Esa tierra había adquirido un valor importante porque si bien en un principio estaba lejos de la ciudad, a medida que Melo fue creciendo y aproximándose a la zona, las hectáreas fueron aumentando de precio. “Hoy estamos cerca de la ciudad y habrá que salir más lejos todavía porque, como uno ve, en poquitos años la planta fue abrazada por la población”, describió Gómez Peluffo.
El empresario también atribuye el éxito de Coleme a la población de Cerro Largo. De hecho, recuerda que han intentado instalarse otras empresas en el departamento, pero que no tuvieron éxito porque sus clientes mantuvieron la fidelidad. “El pueblo fue muy solidario con nosotros”, valoró Gómez Peluffo, que con sus 76 años sigue con la actividad lechera, continuando con el legado que dejó su padre 60 años atrás, cuando empezó con el tambo.
En 2014, un año antes de morir y con 103 años, su padre visitó la Expo Prado para ver los mejores animales de las cabañas nacionales. Trabajó en el medio rural hasta los 97 años, cuando vendió sus últimos campos en Cerro Largo.
“Uno siente algo por las cosas del departamento y, mientras pueda, voy a estar custodiando en la vuelta”, aseguró Gómez Peluffo.
Proyecto
En los próximos meses se prevé que Coleme comience a administrar un establecimiento de 400 hectáreas, con el apoyo del Instituto Nacional de la Leche (Inale), la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
La cooperativa arrendará esa tierra, en donde funcionaba un tambo que remitía leche a Coleme, pero que está atravesando dificultades financieras y está considerando cerrar.
Para encarar el proyecto y evitar el cese de ese tambo, Coleme arrendará la tierra, adquirirá los animales y la maquinaria necesaria.
El proyecto surgió tras un pedido que realizó la cooperativa al MGAP para “fortalecer los servicios hacia los productores y de esta forma lograr una mejora en la producción y como consecuencia un aumento en el procesamiento de leche”, consignó la página web del Inale.
Esta iniciativa se encuentra dentro de un proyecto más abarcativo llamado “Apoyo a la lechería familiar”, en el cual el Inale y la OPP buscan generar propuestas para “trabajar en la intensificación y diversificación del sistema de producción del campo de recría”, y que incluye la mejora en el suministros de maquinaría a productores.
El programa apunta a impulsar modalidades innovadoras de “amplio alcance” y que están orientadas a “dinamizar” las cuencas no tradicionales.