Cuando Tabaré Vázquez recorrió el departamento de Artigas pidiendo el voto para su segunda Presidencia, uno de los reclamos que más tuvo que escuchar fue por el mal estado de las rutas.
Cuando Tabaré Vázquez recorrió el departamento de Artigas pidiendo el voto para su segunda Presidencia, uno de los reclamos que más tuvo que escuchar fue por el mal estado de las rutas.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáMientras viajaba por Artigas, Vázquez llamó por teléfono al entonces vicepresidente Danilo Astori y le dijo: “Danilo, decile al negro Pintado (Enrique, ex ministro de Transporte y actual senador) que arregle la ruta 30, que es un desastre”.
El episodio fue relatado a Búsqueda por el diputado oficialista y actual candidato a la Intendencia Departamental de Artigas Silvio Ríos.
La situación de las carreteras norteñas, que afectan las comunicaciones y el desarrollo del departamento, es un tema permanente de conversación en Artigas, cuyos habitantes se sienten abandonados. Durante una de las recorridas en campaña del ahora presidente Vázquez, cerca de la localidad de Baltasar Brum, un camión iba delante de la caravana tapando los enormes pozos.
Tres de los siete candidatos a intendente comienzan la campaña con mayores chances de resultar electos. Ellos son Patricia Ayala y Ríos, por el Frente Amplio, y Julio Silveira por el Partido Nacional.
En el Frente se presentó también el ex diputado Carlos Maceda, mientras que Pablo Caram será el candidato de Alianza Nacional. Los colorados, con pocas chances de ganar en el que fue su bastión durante décadas, presentan al ex intendente Carlos Signorelli por el batllismo y al edil Renato Sambucetti por Vamos Uruguay.
Ayala, que es la primera intendenta mujer en la historia del departamento y además rompió con la primacía de colorados y blancos, lanzó el lunes 9 su campaña a la reelección, dejando en su lugar a la comunista Anaí Riera.
Silveira fue intendente durante el periodo 2005-2010 y perdió su reelección con Ayala en momentos en que José Mujica comenzaba su gobierno nacional. Ahora apuesta a seducir a un sector del electorado colorado, el pachequismo de la familia Riani, para “sacar al Frente Amplio”.
La victoria de Ayala en 2010 causó consuelo y sorpresa en el Frente Amplio: en esa misma elección de mayo perdió Salto, Paysandú, Florida y Treinta y Tres y casi nadie lo esperaba.
Tan bajas eran las expectativas, que Gabriel “Onito” Ayala, padre de Patricia y en ese momento secretario de la comisión del interior del Frente Amplio, habló con los encargados de finanzas de la coalición de izquierda y les pidió, sin éxito, que destinaran más recursos.
“No embromes, en Artigas no tenemos chances, vos lo decís porque sos el padre” fue la respuesta que obtuvo.
La fonoaudióloga y edila recibió apoyo de Mujica y su esposa Lucía Topolansky y su votación duplicó al ex director del hospital de Artigas, Silvio Ríos.
Ríos había quedado muy dolorido porque fue desplazado del hospital por el nuevo gobierno encabezado por Mujica, pero el pasaje por ese cargo, al final de su carrera como médico, terminó decidiendo su candidatura política.
El ahora diputado del Frente Líber Seregni (FLS), al que en Artigas todos conocen como Perico, había hecho, entre otras cosas, una campaña pública para comprar un tomógrafo. Juntar los 250.000 dólares y adquirir el equipo para que los traumatizados no tuvieran que ser trasladados a Salto, Tacuarembó o Montevideo, fue una de una de sus primeras batallas políticas.
Mientras que la titular de la hasta ahora única intendencia fuera de Montevideo gobernada por el Movimiento de Participación Popular (MPP) fue incluida también en el Senado, Ríos obtuvo la diputación gracias a su prestigio, los apoyos políticos y a diferencias entre los aliados de Ayala, entre ellos Lidio Paniagua, su ex pareja, que pertenece a la lista 711 y que tenía expectativas electorales.
Mientras Ríos es de origen comunista, Ayala venía de la militancia política en el MPP y había sido empleada de la gremial médica que dirigía el ahora diputado. Su padre estuvo preso en la cárcel de Libertad por tupamaro y Mujica se aloja en su casa cada vez que viaja a Artigas.
Junto a la victoria, Mujica le dejó a Ayala un presente griego: el alcalde de Bella Unión, William Cresseri.
La relación entre Ayala y Cresseri fue muy mala. Luego de fuertes diferencias, el alcalde y dos de los concejales regresaron al Partido Nacional, por el mismo camino que antes había tomado el entonces senador Jorge Saravia, y este año Cresseri se postula para ser reelecto en las listas de Julio Silveira.
Salvo la actual intendenta interina Riera y, antes de la dictadura, Atilio Ferrandis, los jefes comunales del departamento no fueron nunca de Bella Unión u otras localidades, sino de la capital departamental, la vieja San Eugenio del Cuareim.
El intendente que surja en mayo no escapará a esa regla: ninguno de los candidatos proviene de la ciudad cañera, a pesar del enorme peso electoral del oficialismo en esa localidad, cuyo colegio aporta el 25% de los alrededor de 50.000 votantes del departamento.
Artigas y Bella Unión tienen dos realidades bien diferentes y fuerte rivalidad; el mal estado de la ruta 30, que conecta las dos ciudades a unos 130 kilómetros de distancia, dificulta aún más la integración, que en Artigas es mejor con Brasil.
En un departamento donde la tasa de desocupación casi triplica a la media nacional, en la ciudad de Artigas los habitantes son funcionarios (municipales, militares, policías y otros), productores rurales, empleados de comercio o bagayeros que viven de cruzar el Cuareim con carretas cargadas de mercadería desde o hacia Quaraí.
Bella Unión, así llamada por estar en la triple frontera con Brasil y Argentina (Barra de Quaraí y Monte Caseros) tiene, además de precios más baratos por el contrabando, una tradición de lucha gracias a la producción de caña de azúcar, al trabajo del entonces procurador Raúl Sendic y al fuerte lobby de los “gringos” (productores de caña) que lograron recursos de los militares y de la democracia para alejar el peligro de otra guerrilla.
Un pequeño busto de Sendic, fundador de la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA) y luego del MLN-Tupamaros en la década de los 1960, recuerda ese pasado a todos los que llegan a la ciudad. Frente a la estatua del ex guerrillero hoy hay un free shop de gran porte, uno de los orgullos del ex alcalde y ex aduanero Cresseri.
Nicolás “Colacho” Estévez, uno de los sobrevivientes de la guardia vieja de UTAA, aunque ya no integra el Frente Amplio, reconoce que el trabajo de la intendencia de Ayala fue muy importante a nivel de viviendas para vecinos de Bella Unión.
“Nunca se hicieron tantas obras de infraestructura en Bella Unión como en estos años; en Las Láminas, barrio Progreso y otros”, explicó.
Estévez, sin embargo, es muy crítico con Mujica y con el ministro de Ganadería, Tabaré Aguerre, productor de caña de Bella Unión.
Estévez dijo que Aguerre apenas cumple con las condiciones mínimas para sus empleados: “Trabajan 20 horas y los explota al máximo, él, que es el mayor plantador de caña y arroz. Que se deje de joder. Es un cañero al viejo estilo. A los trabajadores los mira así por arriba del hombro”.
En oposición, el presidente de la Asociación de Plantadores, Djelil Brysk, defendió al ministro.
A pesar de las diferencias políticas en el oficialismo, el Frente Amplio superó ampliamente a la oposición en Bella Unión en las elecciones de octubre de 2014 y se espera que, a caballo de la siempre gravitante y polémica gestión de Alur, el resultado se mantenga.
En la interna frentista, a pesar de que detrás de Ayala está la alianza entre el MPP, el Partido Comunista (PCU) y Compromiso Frenteamplista, encabezada por el ahora vicepresidente Sendic, los seguidores de Ríos mantienen esperanzas de capitalizar el descontento y el desgaste que produce el ejercicio del gobierno, máxime cuando un líder natural como Luis “Gordo” López, un “peludo” ex presidente de UTAA, se apartó del sector encabezado por Sendic y creó su propia lista, la 712, que apoya al candidato del FLS, con el respaldo, por ejemplo, de gente con el prestigio y trayectoria de militancia tupamara como la médica María Elena Curbelo y el peludo Walter “Cholo” González.
Para Ayala, la victoria del Frente Amplio, si bien se basa en Bella Unión, no sería posible sin otras pequeñas localidades del departamento.
La intendenta apostó al desarrollo productivo en los sectores lechero, hortícola, avícola y ovino. Una de las obras que deja el Frente es una microdestilería de etanol y una planta pasteurizadora de leche.
El candidato fuerte de los blancos es Silveira, un comerciante y productor con fuerte arraigo en algunos barrios de la capital.
Silveira tiene como líder nacional a Luis Lacalle Pou, cuyo prestigio a nivel departamental no se compara con el del senador Jorge Larrañaga, al que todos reconocen una fuerte influencia en Artigas.
La situación de los blancos se compensa: por un lado tienen a un candidato con trayectoria y cierto prestigio pero que cuenta con menor respaldo nacional y por el otro a un político nuevo, menos conocido, el productor rural y comerciante Pablo Caram (primo del ex diputado Rodolfo Caram), pero respaldado por el peso de Larrañaga. El sector de Larrañaga ganó la diputación por medio de Mario Ayala, un productor ligado a la Federación Rural.
El ex intendente Signorelli está convencido de que los colorados pueden ser gobierno otra vez en Artigas. Signorelli gobernó Artigas entre 1998 y 2004. Sus obras están a la vista. Sin embargo, cuando su suplente dejó paso a Silveira, el panorama era desolador: cheques devueltos, municipales ocupando por salarios impagos y una serie de irregularidades que terminaron con los dos ex intendentes y un numeroso grupo de jerarcas presos.
El propio Signorelli perdió los fueros como diputado (había sido electo en el tercer escrutinio) pero se rehizo. Según relató a Búsqueda, apuesta a “la rebeldía colorada” y subraya que sus votos no irán para Silveira, a quien guarda especial rencor porque fue quien llevó su caso ante la Justicia. A nivel popular, a Signorelli y sus compañeros se les conoce como “los sietemesinos”, porque estuvieron siete meses presos.
El edil Sambucetti no tiene una larga trayectoria política, e igual que Caram entre los blancos apuesta a la renovación de su partido.
Es el único candidato que llama la atención sobre el hecho de que, aun reparando a nuevo la ruta 30, se condena a Artigas a un acceso secundario al puerto de Montevideo por ruta 5, que insume a los productores pagar 100 kilómetros más de servicios de transporte.