• Cotizaciones
    sábado 21 de junio de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Con el diario del lunes

    Marianella Morena dirige a la Comedia Nacional en una versión libre de Barranca abajo

    A mediados de junio se estrenó en Buenos Aires una versión de No daré hijos, daré versos, de la uruguaya Marianella Morena, sobre la tragedia de Delmira Agustini, montada en Montevideo en 2014. El plan era solo por un fin de semana, en el marco de un festival de nuevas dramaturgias en la sala Timbre 4, pero el éxito fue tal que cuatro meses después, la puesta de Francisco Lumerman sigue en cartel. De hecho, el lunes 10 se presentó un combo con las dos versiones, con la uruguaya como número de fondo.

    Morena (Sarandí Grande, 1968) ha enfocado su obra en asaltar figuras o hechos del pasado y despojarlos del mármol y las telarañas para dejar a la vista su esencia. Lo hizo con Sófocles, con Shakespeare, con el mito de Don Juan y con Florencio Sánchez. En obras como Demonios, del sueco Lars Norén, o Clandestina, se sumergió en el mundo privado de las relaciones de pareja. Morena hace un teatro intenso, que además de plasmar imágenes e ideas de gran potencia, exige de los actores un fuerte despliegue corporal. Con casi dos décadas de trayectoria, es en la actualidad la artista teatral uruguaya de mayor proyección internacional. Además de este segundo éxito en Argentina (años atrás lo logró con Las Julietas), su relato de la poeta uruguaya asesinada por su ex marido ha girado con buena repercusión por América y España. Su unipersonal Trinidad Guevara, retrato de la pionera de las actrices orientales con notable trabajo de Cecilia Cósero, ha sido aplaudido en México, España, Francia y Estados Unidos.

    Ahora, Morena vuelve a la figura fundacional del drama moderno rioplatense, diez años después de Los últimos Sánchez, en la que se metió con su mundo privado. Lo hace con uno de los pilares de su obra, la historia de una familia agobiada por las deudas donde la figura paterna se derrumba. Esta versión libre —libérrima— de Barranca abajo es uno de los 13 títulos que la Comedia Nacional propone en esta temporada dedicada íntegramente a los autores nacionales.

    La puesta está dividida en dos partes radicalmente diferentes. Y es bueno saberlo de antemano. La primera mitad está intervenida desde lo contemporáneo. Tanto en la ubicación tiempo-espacio como en la teatralidad, ilustrada con atino mediante una escenografía (Gerardo Egea) que fusiona la iluminación (Ivana Martínez) y un puñado de canciones —puntazo para la música original de Malena Muyala— a modo de un moderno y nada meloso musical.

    Don Zoilo (Juan Antonio Saraví) es ahora un viejo comunista de la vieja guardia; sus hijas, Robustiana (Lucía Sommer) y Prudencia (Stefanie Neukirch), son una sindicalista de línea dura pero no tanto como su padre, y una chica sexy menos politizada. Un trío de hombres trajeados (Fernando Dianesi, Daniel Spino Lara y Luis Martínez) actúa como un coro griego, representando las fuerzas que despojarán a Zoilo de sus bienes y de su honor. Completan el cuadro el joven pretendiente Aniceto (Fernando Vannet) y Dolores, la madre, otro gran trabajo de Roxana Blanco en la Comedia. Los personajes hablan con el diario del lunes. El machismo imperante cien años atrás es acribillado desde el presente. Y no hay drama con eso.

    El problema es el exceso de metateatralidad, algo que suele repetirse en el teatro uruguayo del siglo XXI. Personajes que se desdoblan en voces discursivas del autor, que reflexionan sobre los mecanismos de representación en el escenario actual y sobre los intrincados resortes de la palabra y el lenguaje, entendidos como tradiciones culturales. La oralidad se complejiza tanto que todo resulta bastante confuso. Llega un momento en que la propuesta se agota y se hace imperioso el retorno al texto original.

    Está bien adaptarlo, aggiornarlo, contemporaneizarlo. En ocasiones es indispensable. Ahora bien, es deseable que la historia prevalezca sobre las reflexiones o implicancias que puede disparar. Morena defiende la opción estética de que el discurso cuestionador del creador —sea este autor, director o incluso el propio actor— invada la dramaturgia. Es entendible que lo haga en sus propias obras, y no está mal que estos recursos aparezcan, pero en una versión de un clásico requieren de la dosis adecuada. Es bienvenido y saludable que el autor contemporáneo se apropie de los clásicos y los haga dialogar con su tiempo. Pero es imprescindible un equilibrio entre el texto y los múltiples subtextos. Y en esta primera parte, Morena está cerca de desbarrancar.

    Pero no lo hace, porque justo a tiempo llega la escena del Pericón y en adelante aparece Sánchez con todas las letras, representado con un código actoral y escénico sumamente moderno y atractivo. Vemos una Barranca abajo fresca, con sus virtudes que la mantienen vigente. La traición, la desdicha, la depresión, la pérdida de los puntos de referencia, el abandono, la desolación y la decisión más drástica que una persona puede tomar consigo misma. Y allí ocurre un verdadero festival de actuación, donde Blanco demuestra su potencia y versatilidad, Neukirch vuelve a hacer gala de su magnetismo, Saraví despliega su fibra de actorazo, y Vannet y Sommer se afianzan como nuevos puntales del elenco público montevideano.

    Barranca abajo, de Florencio Sánchez. Versión y dirección: Marianella Morena. Sala Zavala Muniz, viernes y sábados, 21 h, domingos, 19.30. Hasta el 4 de diciembre. Entradas: $ 150 y $ 75 (viernes), en Tickantel. Duración: 75 minutos.