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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáDesilusión. Analizando algunosde los últimos resultados electorales en América del Sur nos hablan de una “desilusión por izquierda” que se viene dando en nuestro continente.
La derrota en las urnas de las proyectos gubernamentales en Argentina, Bolivia, Venezuela, Perú y Brasil nos sugieren que el “barrio” está cambiando.
Los modelos que se han practicado en las últimas décadas parecen estar agotados.
Esa idea de repartir un poco, de “adueñarse” del voto de los pobres, de dividir a la población, de echarles las culpas a otros, de puja constante por el poder, de mala gestión, de prepotencia gubernamental, de falta de respeto por el que piensa distinto, de tener prácticas asociadas al clientelismo con escasa transparencia y mucha corrupción, tiene los días contados.
El cambio de gobierno en Argentina, con corrupción y prepotencia por donde se la mire, el “No” a Evo Morales en un referéndum que buscaba su habilitación para un cuarto mandato, el triunfo aplastante de la oposición en Venezuela en las elecciones parlamentarias, la votación en Perú donde la candidata de izquierda no logra pasar a la segunda vuelta electoral, el proceso de “impeachment” de Dilma que tuvo su “día D” y deja a la mandataria y a su gobierno al borde del abismo, en fin, hechos inequívocos que muestran claramente el hartazgo de la gente con gobiernos que no han sido solución para los problemas de la sociedad.
América del Sur ha pasado por varias experiencias gubernamentales: democracias, dictaduras militares, gobiernos liberales y neoliberales, retornos a la democracia, nacionalismos, izquierdas, y populismos, y entre ellas y concomitante con ellas, las crisis.
Las elecciones pasan, los modelos, gobiernos y candidatos se suceden y repiten y los problemas de las personas continúan, y lo que es peor, no se nota un rumbo certero, atinado, que tenga por norte la educación, el trabajo y el bienestar de las personas.
Uruguay no es una isla. Ese cambio que se aprecia en el “barrio” va a llegar a nuestras costas y debemos estar preparados. Debemos hacer las cosas necesarias y suficientes para acumular fuerzas. Es evidente que la oposición debe articular un proyecto alternativo y superador al actual modelo de conducción que nos gobierna.
Hoy en día la revolución debe ser “cultural”. El “relato” se inicia al decir estas cosas.
Tenemos el enorme desafío de convertirnos en una alternativa de gobierno creíble y viable, con renovación en la forma de hacer política y de gestionar la cosa pública.
José Luis Bringa
CI 1.780.180-1