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Para muchos clientes de Custodia de Valores Mobiliarios (CVM), el 2019 y el 2020 fueron años muy buenos y tuvieron ganancias de 20% o incluso más, dicen desde esa sociedad de bolsa uruguaya.
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Pero el panorama para ese grupo de inversores que dio un “mandato de libre administración y perfil de inversión agresivo” cambió cuando, desde fines del 2021, el precio de las acciones cotizadas en el mercado estadounidense Nasdaq tuvo una fuerte caída. Frente a esa situación, la presidenta y accionista principal de CVM, Sara Goldring Waisbiot, asumió personalmente pérdidas mayores a US$ 25 millones e hizo aportes en efectivo con fondos propios para darle liquidez a la cartera administrada, informaron a Búsqueda fuentes vinculadas a la compañía.
Como regulador, el Banco Central (BCU) fue notificado del problema y lo sigue de cerca. En una comunicación realizada por la sociedad bursátil el viernes 17, Goldring indicó que el “colapso en el precio de las acciones” en los mercados que se inició en noviembre del 2021 “afectó severamente el valor de la cartera de inversiones que CVM ha venido realizando por cuenta y riesgo de los clientes con mandato de libre administración y perfil de inversión agresivo”. El lunes 27, la compañía presentó a la Superintendencia de Servicios Financieros del BCU un detalle de los saldos en las cuentas reflejando las pérdidas de los clientes, quienes están siendo informados.
Caída “devastadora”
En su página web CVM Corredor de Bolsa S.A. se presenta como una empresa autorizada y controlada por el BCU desde el 2003, si bien integra un “grupo financiero” con “más de tres décadas de actividad bursátil en Uruguay”; además de Goldring Waisbiot (57%), Martín y Daniel Cukier Goldring figuran como dueños (40% y 3%, respectivamente). A escala local opera en la Bolsa de Valores de Montevideo y su escritorio está en la Ciudad Vieja.
CVM tiene unas 450 cuentas, la mayoría uruguayos. Según la fuente, para el 80% se había conferido un mandato de libre administración de fondos e instruyó seguir una estrategia de inversión agresiva. Bajo esa orden, la corredora de bolsa canalizó fundamentalmente las inversiones en derivados financieros y la venta de opciones sobre acciones de alta volatilidad a través de bancos intermediarios internacionales de primera línea y regulados por la Comisión de Valores estadounidense, explicó la fuente. Las ventas de opciones sobre acciones de alta volatilidad (venta de puts) permiten lograr ganancias extraordinarias pero que, al mismo tiempo, están expuestas a “riesgo ilimitado” y a importantes pérdidas, acotó la fuente. Los clientes de CVM son “debidamente informados sobre el alcance de esta estrategia”, que declaran aceptar. Relató que el “derrumbe violento” en el valor de las acciones cotizadas en el Nasdaq provocó “pérdidas importantes” en las opciones puts otorgadas a partir de este activo subyacente, lo que ocasionó “efectos ruinosos en la cartera administrada” por CVM. La pérdida de cada cliente depende de la situación del mercado en el momento en que entró al negocio; por ejemplo, respecto al valor máximo de la cartera, en junio de 2021, podría superar el 90%. Pero el saldo de la cuenta se determina en el momento de la valuación de la cartera, que varía a diario.
“Paliar” pérdidas
Entre el repliegue monetario en Estados Unidos y la incertidumbre por la guerra en Europa del Este, el índice Nasdaq Composite cayó desde unos 16.000 puntos a mediados de noviembre, a cerca de 11.200 al inicio de esta semana (–30%).
Frente a esa situación extraordinaria, según la fuente, por varios meses y hasta mayo, cuando se produjo una ejecución masiva de puts, Goldring buscó “paliar la situación de la cartera de opciones aplicando recursos propios”, tratando de mitigar el perjuicio para sus clientes. Acotó que la presidenta de CVM hizo eso sin estar obligada y que asumió personalmente pérdidas por US$ 25,6 millones por los puts que se iban ejecutando. “Se trata de una caída en el mercado absolutamente devastadora” y “persistente”, señaló a Búsqueda la ejecutiva en una declaración por escrito. “Como en otras ocasiones, en el pasado, buscamos cubrir transitoriamente las pérdidas de los clientes, esperando la recuperación del mercado. Esto no ocurrió”, añadió.
La notificación al BCU dejó “expresa constancia” de que la cartera de CVM “no afectada” —es decir, las inversiones de aquellos clientes que no dieron un mandato de libre administración— puede “seguir operando con normalidad”. Desde hace dos semanas el regulador está “monitoreando diariamente la operativa de CVM” y el proceso de imputación de pérdidas de la cartera a las cuentas de los inversores, indicó la fuente. Eso, a su vez, está siendo auditado por contadores independientes. El BCU confirmó a Búsqueda que está siguiendo ese proceso, “sin perjuicio de también atender la situación de forma más amplia en el ámbito de sus competencias”.
