Consultado por Búsqueda, Casaravilla dijo que el directorio “está analizando los planteos” y que celebra que el sindicato de UTE (AUTE) “ahora tenga receptividad para llevar adelante la reestructura”. Es algo que “hasta hace poco tiempo no encontrábamos”, afirmó.
El jerarca evitó hacer más comentarios por entender que el proceso “sigue en negociaciones”. Consultado sobre por qué ha llevado tantos años implementar la reestructura, el presidente de UTE dijo que “los cambios culturales en una empresa no son sencillos”.
“Uno tiene que pasar de un modelo de gestión a otro y eso requiere un proceso de aceptación que no es sencillo. No estamos de brazos cruzados, venimos trabajando todos estos años, pero lleva tiempo”, añadió.
UTE tiene 6.700 empleados divididos en unos 1.500 puestos, distribuidos en 12 grados. El grado más alto es el uno y corresponde al gerente general. Su sueldo base ronda los $ 230.000. Un funcionario recién ingresado a la UTE tiene un sueldo mínimo aproximado de $ 28.000.
Grave riesgo.
El miércoles 21, en medio de un paro de AUTE para reclamar que se cumpla con la reestructura y los convenios, una delegación de funcionarios del ente le hizo llegar una carta al directorio firmada por 565 empleados.
La misiva, a la que accedió Búsqueda y que fue enviada con copia al presidente de la República, sostiene que la empresa llevó adelante una reestructura administrativa que “insumió cinco años y un costo del orden de los US$ 10 millones”, pero que “hoy se pretende proveer cargos mediante encomendaciones y/o comisiones, lo que lleva sin duda a precarizar el desempeño”.
“A iniciativa del presidente, Ing. Casaravilla, se han procesado cambios en algunos puestos, removiendo funcionarios y promoviendo a otros sin una clara fundamentación. Esto ha generado un creciente descontento en todos los niveles”, añaden.
La carta advierte que varias de estas remociones son “sin fundamento técnico ni jurídico” .
“Resulta inentendible este accionar, cuando aún no ha finalizado la implementación total de los cambios aprobados por el directorio en el marco del proyecto Bambú”, agrega.
Así, los firmantes alertan del “grave riesgo” que conlleva para la empresa “insistir con estas prácticas”.
El Mesías.
“Nuevamente campea en UTE la desconfianza e incertidumbre. Se dice que hay una lista de personas prescindibles. Deben ser removidos para dejar lugar a ‘gente de confianza’. En esa versión aparece usted como ‘el Mesías’ salvador de la UTE, que necesita hacer estos cambios para darle un giro a la gestión”. Así comienza la carta a Casaravilla que el sindicato de profesionales y mandos medios de la empresa (Aprom UTE) difundió ante su malestar por la demorada reestructura y los convenios incumplidos.
“Necesitamos que se cumplan los compromisos, que se implemente la movilidad de las bandas, que se cumpla el código de ética, que sostenga su palabra sin más excusas ni dilatorias”, señala la carta.
Fuentes del gremio consultadas por Búsqueda dijeron que hay una “sensación generalizada” de que estos cambios “a dedo” son “una movida por parte de Casaravilla para quedarse en el cargo otro período más”.
En su carta, advierten que una empresa como UTE “no se puede llevar a impulsos” y que la idea de sustituir varias decenas de personas en puestos estratégicos por “personas de confianza del presidente de turno” busca “descabezar la UTE”, cortando la carrera administrativa y la movilidad.
Consultado por Búsqueda, el director de UTE, Walter Sosa, dijo que “nada de lo que allí (en la carta) se afirma es correcto”.
“Sé de la existencia de ese rumor de remover gente, pero es infundado. UTE siempre analiza cómo mejorar la gestión y eso incluye analizar la estructura. En mi opinión todos los cargos gerenciales actuales deben proveerse por proceso competitivo”, afirmó.
Trabajadores de paro.
“Recortando y privatizando están destrozando la UTE”. La frase en letras blancas está escrita en 100 metros de asfalto de la calle Paraguay y se lee desde todos los pisos del Palacio de la Luz.
La escribió el sindicato de UTE, AUTE, que ayer miércoles volvió a la carga con un paro de 24 horas ante el profundo descontento y malestar sobre cómo se está llevando adelante la reestructura.
Los trabajadores entienden que el directorio, luego de un año y medio de negociaciones y tras alcanzar un acuerdo preliminar, ahora “pone palos en la rueda” y “no quiere implementar cabalmente” la reestructura Bambú porque “no le da plata”.
¡Basta de pisotear acuerdos!, fue la proclama del paro con movilización frente al Palacio de la Luz, en referencia a este tema.
Según Leticia Betarte, secretaria general de AUTE, en el ente “hay una situación de locos: nosotros los trabajadores queremos llevar adelante una reforma de gestión por competencia y que nos evalúen anualmente y el directorio ahora se da cuenta de que no le dan los números para hacer lo que prometió”.
“Fuimos con una voluntad negociadora enorme, estuvimos más de un año negociando y cuando por fin logramos un consenso el directorio echa por tierra nuestras condiciones esenciales”, dijo a Búsqueda Betarte.
El acuerdo alcanzado marca un cambio importante en la forma en que ascienden los funcionarios en UTE y podría ser visto como un precedente “muy positivo” para el resto de la administración pública, coinciden jerarcas y trabajadores.
Actualmente, para lograr un aumento salarial un funcionario debe cambiar de grado, algo que se logra mediante antigüedad y un concurso. En el nuevo modelo, toda la estructura de UTE se divide en 12 grados con cinco bandas en cada uno.
En ese sistema el funcionario no cambia de grado, sino que se mueve entre las bandas: un funcionario recién ingresado entra en la banda uno. Para pasar de banda deben someterse a evaluaciones, cumplir con niveles de presentismo y no haber sido sancionado.
De la banda 3 a la 5 se requieren más años en cada escalón, y además de los requisitos mencionados, el empleado también hace una autoevaluación y una evaluación del jefe.
Todas las evaluaciones son anuales, por lo que un funcionario tiene que “pasar” todos los años para que cuando alcance la antigüedad necesaria se active su pasaje de banda.
Sin embargo, para AUTE algunos puntos fundamentales para aplicar la reestructura tienen que ver con aplicar retroactividad a los puestos inferiores y la contemplación especial para los funcionarios que están cerca de jubilarse. Según afirman, el directorio “firmó convenios acordando tener en cuenta” estos puntos y ahora “dicen que presupuestalmente no hay capacidad”.
Pero el punto más complicado tiene que ver con cómo ascienden los funcionarios de banda: mientras para AUTE es claro que tienen que ser todos los que cumplan con los requisitos y evaluaciones, desde el directorio se plantea que “podría estar sujeto a la disponibilidad presupuestal”.
“¿Si lo atamos a la plata entonces cuál es la motivación para el funcionario de cumplir con todas las evaluaciones si luego no hay cupos para él?”, insistió.