La conversación familiar durante la cena había girado en torno a los chats de Astesiano y las revelaciones aclaratorias nunca formuladas por Leal en su cita con la fiscal Fossati el jueves de la semana pasada.
La conversación familiar durante la cena había girado en torno a los chats de Astesiano y las revelaciones aclaratorias nunca formuladas por Leal en su cita con la fiscal Fossati el jueves de la semana pasada.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáFortunato sostenía que se trata de un faroleo casi indecente, en el que ambos personajes compiten por la atención de la opinión pública, a través de chats revelados con cuentagotas en uno de los casos, y de anuncios de conferencias de prensa con sorpresas, por el otro. Su esposa no intervino en el intercambio, porque estaba con dolor de cabeza, pero uno de sus hijos le discutió a su padre la postura radical ante sucesos de relevancia pública, y otro preguntó más de una vez quiénes son Astesiano y Leal, arriesgando a afirmar que él creía que eran jugadores de la Sub20 que habían perdido la final con Brasil en Colombia, pero nadie le contestó.
Con su copita de vino por la mitad, Fortunato se instaló frente a la tele para ver el informativo de cierre. Obviamente, el tema era el mismo que el de la cena.
El periodista arrancó haciendo una revisión de los delitos y/o irregularidades que le endilgaban al preso, desde los pasaportes truchos para los rusos, hasta el relevamiento de los teléfonos y direcciones de alumnos y profesores del liceo 41, pasando por el espionaje a Carrera y Bergara, la persecución informática de los pasos del Turco Abdala el día que se pasó de copas y chocó varios vehículos, sus conexiones con la cúpula policial, la propiedad de un hogar de ancianos no regularizado, así como de una empresa de seguridad a nombre de un testaferro.
— Le tiraron con más de un código — reflexionó para sus adentros Fortunato —pero se lo merece, por boca abierta y malandro— concluyó en su introspección.
— Por su parte — continuó el informativo — el caso Leal ha tenido menos aristas complejas, pero tiene la particularidad de enroscar a la dirigencia frentista en fuertes discusiones internas, poco conocidas, pero igualmente relevantes. A ello se agrega que creó una gran expectativa el jueves pasado, cuando prometió que, tras la entrevista con la fiscal, iba a aclarar su caso en una conferencia de prensa que contendría una sorpresa, pero terminó alejándose de la fiscalía a gran velocidad por una puerta trasera sin hacer declaraciones, tras haber pasado de testigo a imputado en menos de diez minutos.
Fortunato se estaba quedando dormido, porque lo que escuchaba no era sino la reiteración de todo lo que se sabía hasta entonces. Cuando sus párpados se entrecerraban, creyó escuchar al informativista con algún dato más, pero no estaba seguro.
En algunas investigaciones que lleva a cabo la fiscalía, ha trascendido que Astesiano estaría asimismo vinculado con la fuga de Rocco Morabito de la Cárcel Central, por cuya gestión habría cobrado 100.000 dólares, donando el 50% al Comité de Base al que asistían él y toda su familia, de honda tradición frentista. Lo insólito del caso — prosiguió el informativista — es que Leal agrega ahora en un chat que no revelaron ni la diaria ni TV Ciudad, pero que ha circulado en las redes, que su intención al ir a hablar con la familia Astesiano era la de reclamar que se concrete ese 50%, ya que Astesiano habría entregado solamente el 30%, prometiendo ponerse al día lo antes posible, pero no había cumplido con su palabra. Y como Astesiano está preso, él creyó que era del caso reclamárselo a sus familiares. La fiscal Fossati investiga asimismo una posible conexión de Astesiano con la banda de los que volaban y robaban cajeros automáticos, ya que se aseguraba que nunca hubiera policías en la zona de las explosiones, así como posteriormente con las firmas que pintaban los billetes de colores, lo que permitió terminar con estos hurtos, pero aquí aparece también una conexión con Leal, que habría acordado con Astesiano la exclusividad de contar con esa información, la que aparecería en un próximo libro de su autoría, intitulado “Operación Double Speech” –expresó el informativista.
Fortunato dormía a pata suelta, y se perdió algunas informaciones adicionales del noticiero, como que en el libro de Leal aparecerían también las gestiones de Astesiano en la interna policial, con la finalidad de conseguir votos para las elecciones internas del Frente Amplio, así como la desviación de alimentos para las ollas populares durante la pandemia, siguiendo las instrucciones que Leal le daba para que se orientaran a las ollas de los compañeros frentistas y sus familiares.
Como sea, no hay duda de que estos dos personajes se sacan chispas en esta dura competencia por la notoriedad en episodios de dudosa transparencia, prestándose para una serie de especulaciones, a cual más ambigua y confusa, desviando la atención de los verdaderos problemas que preocupan (o deberían preocupar) a la sociedad, que sigue este tema como los episodios de una serie policial de Netflix, o, peor aún, como la evolución de los enredos de la Casa del Gran Hermano.
Hizo bien Fortunato en dormirse más temprano.