En los últimos tres años los uruguayos debieron convivir con niveles de inflación del entorno del 8%, un guarismo que las autoridades económicas quisieran que fuera menor pero que de todos modos no ven como un desestabilizador.
En los últimos tres años los uruguayos debieron convivir con niveles de inflación del entorno del 8%, un guarismo que las autoridades económicas quisieran que fuera menor pero que de todos modos no ven como un desestabilizador.
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn diciembre el Índice de Precios del Consumo (IPC) registró un descenso de 0,53%, debido principalmente a la baja en el costo de la electricidad por el descuento del plan “UTE Premia” y en los gastos comunes. Teniendo en cuenta esa variación, el aumento del IPC frente a un año atrás fue de 8,26%, informó el lunes 5 el Instituto Nacional de Estadística (INE). Eso supuso una ligera moderación de la inflación respecto a 2013, cuando la suba del IPC había sido de 8,52%. En 2012 el registro fue algo menor, de 7,48%.
Otra vez la inflación estuvo por encima de lo que pretende el gobierno, que es que se sitúe en torno a 5% (aunque como objetivo maneja un rango de 3-7%).
El rubro que más se encareció durante el año pasado fue “Educación” (14,25%).
De vacaciones, las autoridades del Ministerio de Economía y del Banco Central no hicieron comentarios públicos sobre el dato anual.
Días antes, el ministro Mario Bergara había vuelto a dar la idea de que el combate a la inflación es una prioridad para el equipo que encabeza aunque le quitó dramatismo a un guarismo mayor al rango.
“(...) Llevamos más de una década con una inflación de un dígito, lo cual en un Uruguay que tuvo más de medio siglo inflaciones de dos y tres dígitos de manera ininterrumpida, no deja de ser un mal menor. Además hay un tema de marco de estabilidad, porque la inflación es un problema cuando su nivel y su volatilidad afectan las decisiones económicas. En Uruguay una inflación en un rango de 5%, 6%, 7%, 8% –obviamente, preferimos una inflación más baja– no afecta sustancialmente las decisiones económicas, como podría pasar en otras economías. Una inflación de 8% en Estados Unidos tiene un significado diferente del que tiene en Uruguay”, afirmó el titular de Economía entrevistado en radio El Espectador. Y agregó que “no hay que bajar los brazos, porque la inflación baja muy dificultosamente”.
En Estados Unidos aún no se divulgó la medición del IPC al cierre de 2014, pero las cifras a noviembre sugieren que habría aumentando en torno a 1,8%. En otros países avanzados el registro será todavía más bajo, cercano a un 1,3% en Reino Unido, 0,9% en Alemania y 0,5% en Francia.
América Latina fue históricamente una región con alta inflación, si bien el problema tendió a controlarse en varios países en años recientes. No obstante, Argentina y Venezuela figuran entre los más inflacionarios del mundo, con tasas cercanas a 40% (según la medición de algunas consultoras privadas) y 64%, respectivamente.
Lluvias y medidas
En Uruguay, el 2014 fue un año en que la inflación amenazó con quedar por encima de 10%, lo que llevó al gobierno a ponerse en pie de combate.
El año había empezado con abundantes lluvias que afectaron los cultivos e hicieron escasear algunas frutas y verduras, provocando su encarecimiento.
Cuando en marzo se supo que el IPC en períodos de 12 meses a febrero había escalado hasta 9,82%, el gobierno tomó medidas heterodoxas pero no innovadoras, ya que tiempo atrás se había recurrido a acciones similares.
Por un lado, con vigencia retroactiva desde el 1º de marzo se redujo el IVA sobre el cargo fijo de los servicios de electricidad de UTE y de la telefonía fija de Antel. También bajó ese tributo para la importación de ciertas frutas y verduras frescas (papas, morrones, zanahorias y cebollas), una medida que tuvo vigencia desde abril a junio inclusive.
Además, elevó el subsidio a la cuota mutual.
El costo fiscal de estas medidas fue estimado por las autoridades en U$S 100 millones anuales.
“No es una cuestión que vaya a combatir la inflación de manera estructural, pero sí puede afectar el registro del IPC y la inflación en el corto plazo, y evitar que entonces factores coyunturales —como el impacto de las inundaciones, etcétera— se integren a las expectativas de una mayor inflación a futuro”, alegó el ministro de Economía, Mario Bergara, cuando se anunció ese paquete de medidas.
Paralelamente, Bergara alentó un acuerdo con almaceneros, supermercadistas y otros sectores empresariales para congelar o reducir temporalmente los precios al público de ciertos productos básicos. El compromiso rigió inicialmente hasta el término de mayo (pero luego fue extendido por un par de meses más para algunos artículos).
Desde el PIT-CNT se apoyó el plan de lucha contra la inflación, aunque la central obrera reclamó “actuar sobre algunas cadenas económicas” que podrían estar funcionando bajo condiciones de “dominancia u oligopólicas”, entre otras medidas. El empresariado y los analistas en general vieron con cautela los anuncios, en el entedido de que no afectaba las razones estructurales de la aceleración de la inflación.
En julio UTE bajó 5% la tarifa residencial y también hubo un alivio para las empresas.
Ya desde junio la tasa anual del IPC empezó a registrar bajas.
Otro factor que favoreció esa tendencia fue la reducción de la alícuota del IVA para las compras por hasta ciertos montos efectuadas con tarjetas de crédito (dos puntos) o débito (cuatro puntos) que entró en vigor el 1º de agosto. Ese alivio tributario tuvo una incidencia de –0,2% en el IPC de dicho mes, según el INE.
Franco Uccelli, analista del banco de inversión J.P. Morgan, indicó en un comentario circulado ayer miércoles 7 a sus clientes que la “elevada” inflación sigue siendo un “desafío clave” para Uruguay y opinó que en el corto plazo la nueva administración que se instalará en marzo no logrará atacar con éxito las causas del problema,“en particular el sistema vigente de indexación de los salarios”. En consecuencia, prevé que la inflación se modere ligeramente en 2015 y se ubique en 8%, otra vez superando el rango meta.