El PIT CNT y los talleres para niños

Como teni´a tiempo me detuve a conversar con algunos padres pensando que estari´an coordinando la juntada de juguetes para regalar en las pro´ximas fiestas.

Pero grande fue mi sorpresa al conocer la intencio´n verdadera del espi´ritu del desarrollo del tema.

La memoria no era la que yo estaba valorando. Era la “Memoria en la infancia en el tema derechos humanos”.

¡Ah…, bueno! ¿Y co´mo es eso?, pregunte´.

Y alli´ conoci´ que se desarrollan encuentros llamados fogones y que han dado excelentes resultados.

Se van a seguir extendiendo por varios barrios, comentaban. Se desarrollan situaciones y hechos que pasaron en la dictadura…

Interesado al extremo y con cierta ignorancia, escuche´ absorto que creaban cuentitos como, por ejemplo, este que puedo recordar:

“Una mama´ contaba el de la maestra Elena Quinteros que integraba un partido llamado Por la Victoria del Pueblo. La buscaban, la apresaron, huyo´ y cuando ya se encontraba en la propia entrada de la Embajada de Venezuela, entraron unos milicos —deci´a— y se la llevaron presa... En el forcejeo perdio´ un zapato, y entonces hicimos el cuentito del zapatito perdido…, y despue´s el regreso a buscar el zapatito por el otro... y la esperanza y la solidaridad, etc.”.

Bueno, me alcanzo´. Esta buena sen~ora y preocupada mama´ ¿sabra´ lo que fue el partido PVP? ¿Sabra´ que esa organizacio´n tambie´n robo´ y no solo la bandera de los Treinta y Tres Orientales, original, del museo en el cual se encontraba y nunca ma´s la devolvio´?

¿Pero que adema´s secuestro´ mucha gente con fines poli´ticos y tambie´n econo´micos?

No es el tema. Eso es “historia reciente”, y es lo que le preocupa a ellos.

Lo que me preocupa a mi´, y seguramente a muchos, es la actitud desembozada que hoy, aprovechando por extensio´n el campo fe´rtil creado durante 40 an~os, hay gente que sigue sembrando en la mente de los jo´venes y, peor, en la de los nin~os y, peor au´n, en los de la primera infancia ideas contrarias a la imagen necesaria de felicidad, de amor, de valores y de educacio´n formal positiva que lo inicie en forma inteligente en beneficio de un futuro crecimiento venturoso.

Yo —abuelo—, que vivi´ aquellos an~os duros soportando la agresio´n fi´sica y psicolo´gica constante protagonizada por organizaciones guerrilleras, nunca apalabre´ a mis hijos con consideraciones poli´ticas que pudieran generar desconfianza y odio hacia sus semejantes, por equivocados que estuviesen, cuando con bandas armadas aduciendo ideas roma´nticas repletas de guin~adas y firuletes mi´ticos queri´an llegar al poder en plena democracia, mediante la lucha armada.

Siguen profundizando una actividad poli´tica que no les dio resultado, que vimos con nuestros hijos y hoy con nuestros nietos, en los programas liceales y escolares, que au´n no han sido corregidos.

Y ahora vemos que, adema´s de lo sufrido, tenemos por agregado intelectual la suma de una clara intencio´n de “trabajar” tambie´n la mente de los nin~os, segu´n constate´ a partir de los 7 an~os.

Seguira´ Gramsci desde el ma´s allá sonriendo y disfrutando del genocidio que ronda las organizaciones sociales de mi pai´s con su idea de que la mejor forma de cambiar el sistema democra´tico es “afectando” la cultura en todas sus formas y por tanto la educacio´n de su pueblo.

Sen~ores responsables de este gobierno: nos hemos acostumbrado a vivir relegados por una minori´a que, al decir de Lenin , cualquier medio sirve para alcanzar el objetivo.

Si el objetivo es la mente de nuestros jo´venes y hoy de nuestros nin~os, tengan en cuenta que el camino ya esta´ libre…

Caminando por esa vereda y despue´s de escuchar a esas madres transformadas en su psiquis por la penetracio´n, una penetracio´n ideolo´gica sin li´mites, pienso:

¿Que´ puedo hacer que no hice antes para librar esta lucha que vivo en mi interior ante el caos que se avecina?

Quiza´s transferir esta inquietud a los que tengan y quieran amortiguar siquiera sus efectos antes de que sea demasiado tarde.

Rodó