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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLeí con atención el artículo del Sr. Adolfo Garcé “¿Ser o no ser? Notas sobre el Partido Colorado” (“Búsqueda”, 9 de febrero, p. 4) que contradice la opinión del Sr. Andrés Danza acerca de que el Partido Colorado podría “estar condenado a la irrelevancia o a la desaparición”.
El Partido Colorado ha sido destruido por sus líderes, muy similar en esto al Partido Nacional y, en menor medida, al Frente Amplio.
Han desatendido radicalmente la formación de “cuadros”.
El último gobernante uruguayo que comprendió la necesidad de los partidos de formar nuevos políticos fue Luis Batlle Berres.
Alrededor del diario Acción atrajo a jóvenes intelectuales al Partido Colorado, a los que se llamó los “jóvenes turcos” que habrían de hacer carrera en política: Manuel Flores Mora, Zelmar Michelini, Julio Sanguinetti, Carlos Queraltó, Teófilo Collazo, Hugo Batalla, Carlos M. Fleitas, Glauco Segovia, Ricardo Capelletti, Juan Carlos Onetti y su hijo, Jorge Batlle Ibáñez.
Sus sucesores, en cambio, no tuvieron su misma visión. No solo no se preocuparon por formar nuevos dirigentes; trataron de impedir, e impidieron, que surgieran.
Un ejemplo fue Jorge Pacheco Areco. Según Jorge Peirano Facio “Tenía siempre el temor de que (Alberto Abdala) ocupara su lugar... Era evidente que temía que Abdala un día lo desplazara... Cuando se iba del país lo hacía por menos de 48 horas, porque si se iba más tiempo tenía que entregar la presidencia a Abdala” (Maiztegui, Orientales, Tomo 3, p. 682).
No hay que ir tan lejos. Si el Partido Colorado hoy no tiene nada mejor que un falso licenciado, es porque Ernesto Talvi cometió el error de ganar la última elección interna y, peor, lucirse en su Ministerio. Se le hizo la vida imposible y renunció.
Saluda a Vd. atte.,
Jorge Arias
CI 461327-7