El Partido Nacional toma distancia del senador Gustavo Penadés y crece en la interna la opción de solicitarle la renuncia

escribe Federico Castillo 

Todo fue escalando rápido. Primero, la denuncia mediática de la militante blanca Romina Celeste Papasso, la acusación desde las redes sociales y sus inmediatas salidas en distintos medios de prensa para apuntar al senador blanco Gustavo Penadés como un presunto abusador y explotador sexual de menores. Todo rápido. Al otro día, la respuesta del legislador: una conferencia de prensa en el Palacio Legislativo donde el acusado se presentó para acusar. Dijo que todo era una “infamia” y que haría una denuncia ante la Justicia por difamación e injurias. Aseguró que iría hasta “últimas consecuencias”. Penadés negó “rotundamente” cualquier responsabilidad y cuestionó a los que lo acusaban de pedófilo por tener “otra orientación sexual”. Y siguió yendo al Senado mientras se fueron sumando casos en su contra. La Fiscalía actúo de oficio e inició una investigación. Ya no era algo aislado y envuelto en la estridente parafernalia de la primera denuncia. El Consultorio Jurídico de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República tomó las riendas y empezó a centralizar los casos.

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