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Atraso cambiario, elevado precio del gasoil, aumento del gasto, alza de los impuestos e inoperancia del Ministerio de Ganadería. En marzo de 2008, con Tabaré Vázquez en el inicio de su cuarto año en la presidencia, los gremios rurales y los productores agropecuarios se quejaban ante el gobierno al colocar esas proclamas en carteles por todo el interior uruguayo. Diez años después, Vázquez comenzó el cuarto año de otra gestión con los mismos reclamos desde el campo y otras dificultades que también se repitieron en aquel lejano, pero muy similar, arranque de 2008.
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Entre ellas está la necesidad del Poder Ejecutivo de insistir en la búsqueda de tratados de libre comercio (TLC) debido a la fuerte resistencia interna en sectores del oficialismo. “Conversamos sobre la experiencia de Vietnam en tratados comerciales y en especial el acuerdo de comercio bilateral con Estados Unidos. Para nosotros, una lección. Por su capacidad de abarcar pasado, presente, futuro, principios y pragmatismo”, señaló Vázquez en noviembre de 2007 tras reunirse con el presidente vietnamita, Nguyen Minh Triet, durante una gira por Oceanía y el Sudeste Asiático (Búsqueda Nº 1.433).
Una referencia directa al TLC que el año anterior, por la oposición dentro del Frente Amplio, su gobierno no logró cerrar con Estados Unidos. Y un mensaje similar al que en esta administración el presidente y su Cancillería han repetido en procura, por ejemplo, de que el Parlamento ratifique el demorado TLC con Chile, visto con recelo por legisladores frenteamplistas. “Está en juego la reputación de Uruguay”, presionó la semana pasada el canciller Rodolfo Nin Novoa en rueda de prensa sobre la necesidad de sellar el acuerdo ya firmado en octubre de 2016 por el Poder Ejecutivo.
“Aunque el pueblo siga empobrecido”.
“Hay otros que reclaman y no tendrían que reclamar porque fueron los privilegiados de siempre, que ahora en los últimos años han ganado muchísimo dinero”. Las palabras de Vázquez, pronunciadas en noviembre de 2007, iban dirigidas a los productores agropecuarios que pedían al gobierno intervenir con más firmeza en el precio del dólar y disminuir sus costos de producción, entre otras demandas. “Quieren ganar más aunque el pueblo siga empobrecido y no lo vamos a permitir”, retrucó Vázquez durante una minigira por el norte del país para cerrar el año (Búsqueda Nº 1.434).
Unos meses después, en abril de 2008, el presidente de la Federación Rural, Rodrigo Herrero, realizaba al gobierno un reproche casi idéntico al que los “autoconvocados” mantienen hoy: “No queremos más discursos: son gobierno y esperamos que haya algún cambio”.
Sin embargo, al contrario que en la situación actual, allí Vázquez no fue tan receptivo con los gremios y los productores, al no darles posibilidad de debatir soluciones conjuntamente en una mesa de trabajo. Su postura más confrontativa también se trasladó a las acusaciones de corrupción que recibía su gobierno al inicio de 2008, una reacción muy distinta al silencio o la autocrítica que en el presente Vázquez tuvo ante el pedido de procesamiento de Raúl Sendic, las irregularidades en ASSE y la recomendación de la Junta de Transparencia y Ética Pública sobre la labor de su consuegro como chofer oficial.
En un encuentro que mantuvo en diciembre de 2007 con sus ministros en la residencia de Suárez (Búsqueda Nº 1.438), el presidente afirmó que su administración era objeto de una campaña para afectar su imagen, en alusión al procesamiento del exdirector nacional de Casinos Juan Carlos Bengoa y del exdirector de Loterías y Quinielas Orestes González, y a denuncias sobre tráfico de influencias del entonces vicepresidente Nin Novoa.
La actitud más provocadora de Vázquez podía entenderse por números favorables tanto en lo económico como en lo político: en marzo del 2008 Equipos publicó que su gestión tenía 45% de aprobación y apenas un 20% de desaprobación. “El presidente logró, por primera vez en muchos años, que los uruguayos vean el futuro con optimismo”, afirmaba la encuesta (Búsqueda Nº 1.449). La situación contrasta bruscamente con la actual: esta semana, Equipos divulgó que el 25% de los uruguayos aprueban la gestión del gobierno y el 48% la desaprueba.
Frente a aquella coyuntura positiva de inicios de 2008 el presidente se tomó vacaciones más largas en la estancia de Anchorena, haciendo su primera aparición pública del año durante la inauguración de un tablado junto a Francisco Casal, Juan Salgado y los hermanos Eddie y Enrique Espert. El contexto le permitió ya para el 1º de marzo desprenderse de buena parte de su gabinete al cambiar a seis ministros y cinco subsecretarios, dándole al Poder Ejecutivo un perfil menos político y más técnico que quedara al margen de la lucha electoral de 2009.
Eso sí, a la hora de opinar sobre las candidaturas del Frente Amplio, en aquel momento Vázquez fue entrevistado por El Observador y, sin apellidos, brindó exactamente la misma opinión que se le escuchó pocos meses atrás: “Ha llegado el momento de darles paso a las nuevas generaciones”.
