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En su infancia fue un niño pobre, bien pobre, de esos que no recibían juguetes en Reyes porque la plata no alcanzaba. Su madre le contagió la pasión por el cine, y desde pequeño se encerraba en su cuarto para reproducir las voces de los personajes de las películas que veía. Así nació la carrera de actor, imitador y humorista de Eduardo D’Angelo, quien murió el sábado 18 a los 75 años.
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Fue un niño solitario, hijo único, al que no le gustaba mucho estudiar, pero que leía con avidez revistas de historietas. Y era tan entusiasta del cine que había inventado un proyector con una caja de cartón. “Le hice un agujero y por ahí pasaba las escenas de una película totalmente dibujada por mí mismo en un rollo de papel higiénico. (...) Cuando la pasaba con una manijita haciendo girar el papel, hacía las voces de los personajes y los ruidos ambientales”, le contó a César di Candia en 1989, en entrevista para Búsqueda.
A los 14 años participó en La revista infantil, un programa que conducía Miguel Ángel Manzi en Radio Carve. Allí imitó a Luis Sandrini y tuvo tanto éxito que consiguió su primer trabajo en radio. También consiguió un apodo, porque por un buen tiempo lo llamaron “Sandrinito”.
Luego vino la televisión donde fue un pionero. En 1957 trabajó en el programa Viejo café del Centro, de Carmelo Imperio, en Canal 10. “Hacía un personaje llamado Pedrito que era medio tarado. Algo parecido a Jerry Lewis. A mí se me había pegado mucho el estilo de Jerry Lewis”, le dijo a Di Candia. Esos personajes bonachones lo acompañarían durante toda su carrera y marcarían un tipo de humor medio ingenuo, sin malas palabras y sin maldad: “A mí me gusta mucho el personaje del pobre tipo, del infeliz, del medio idiota”.
Con los libretos que había dejado Wimpi, al que consideraba un gran libretista, hizo el programa El mundo de Wimpi. Por su capacidad para imitar voces y el inglés de los actores de cine, se lució en El hombre del doblaje y El show de las mil voces de Eduardo D’ Angelo.
Pero su popularidad llegó con los sucesivos programas televisivos. En 1962 formó parte del equipo de Telecataplum, de Canal 12, junto con actores, músicos y humoristas uruguayos que hicieron televisión en Uruguay, Argentina y Chile. Decalegrón, Hupumorpo, Jaujarana, Comicolor e Hiperhumor, fueron algunos de los programas más recordados, donde integró elenco con figuras como Enrique Almada, Ricardo Espalter, Gabriela Acher, Berugo Carámbula, Julio Frade, Andrés Redondo, Raimundo Soto y Henny Trayles.
Algunos sketches hicieron verdadera historia en la televisión, como el de Las Rivarola, donde D’Angelo, Espalter, Soto y Frade desplegaban todo su histrionismo.
En 2010 puso en escena Con ellos en el recuerdo, un espectáculo en el que rindió homenaje a los humoristas uruguayos que pasaron por la televisión desde los años 60 hasta inicios de los 2000. Este año, en el Teatro Stella había estrenado El mayordomo y la dama brillante.
“Cuando sea viejito y tenga tiempo me pasaré viendo las películas de cuando fui niño o los videos de las cosas que he hecho”, dijo con nostalgia en 1989. Y con esa misma nostalgia y cariño lo recordarán quienes crecieron riendo con el Jerry Lewis uruguayo.