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    El difícil relacionamiento de Tiger Woods con sus colegas y gente del golf emerge tras cruce de declaraciones con el español Sergio García

    La particular definición que tuvo el Players Championship dos semanas atrás en el campo de juego de TPC Sawgrass, Florida (Estados Unidos), puso de manifiesto nuevamente las complejas relaciones que mantiene el número uno del ranking mundial, Tiger Woods, con algunos de sus colegas. En el caso con el español Sergio García.

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    Luego de un incidente menor ocurrido en la tercera ronda, García y Woods intercambiaron comentarios ofensivos, lo cual destapó una antigua enemistad personal.

    Sergio García

    El incidente puso de relieve los problemas que ha tenido Woods con algunos colegas y con gente del ambiente. Hasta el caso García ninguno había provocado cruces de declaraciones públicas, no obstante la prensa especializada ya había revelado algunos episodios de “Tiger vs. …”.

    La rivalidad-enfrentamiento entre García y Woods tiene sus años. Hace 15 años la explosiva aparición de “El Niño” García pareció reservarle el lugar de convertirse en el gran rival de Tiger, por entonces dominador absoluto del golf. Con los años, el español no confirmó con su juego esos pronósticos, mientras que Woods seguía su racha triunfal, ganando Majors y consolidándose en la cumbre del ranking mundial.

    Después llegó el escándalo matrimonial, seguido de una larga nómina de damas que dijeron haber intimado con Woods, y finalmente el multimillonario divorcio. Todo ello repercutió negativamente en su estado de ánimo y en su rendimiento, cuya consecuencia fue una abrupta caída en el escalafón mundial. Y ya no se volvió a hablar sobre la rivalidad Woods-García.

    No se volvió a hablar públicamente. Sin embargo, los periodistas que siguen de cerca las alternativas del PGA Tour semana tras semana y que están al tanto de las simpatías y rivalidades de los golfistas fuera de las canchas saben de sobra que García no figura entre las amistades de Tiger.

    El título del Players Championship —el cuarto en lo que va de la temporada— quedó en manos de Tiger, mientras que García echó a perder sus posibilidades luego de irse dos veces al agua con su tiro de salida en el famoso hoyo isla del 17 de Sawgrass, lo cual finalmente le costó un terrible cuádruple bogey.

    Durante la tercera vuelta en el hoyo 2, finalizada la ronda, García se quejó de que, mientras él se preparaba para pegar su tiro, Tiger cambiara de palo despertando el bullicio del público que lo seguía.

    “No digo que no me haya visto, pero de todos modos hay que tener siempre cuidado y respeto”, declaró el español.

    “Obviamente no conoce cómo fueron los hechos, ya que un oficial me dijo que él ya había pegado. En realidad no me sorprende que se queje por algo”, contestó Tiger.

    “No voy a mentir, no es mi tipo favorito para jugar. Woods no es la persona más simpática dentro de la gira”, resumió García.

    Críticas en el Masters

    Durante el Masters de Augusta, el primer Major del año, el español había sido uno de los más severos críticos del comportamiento de Tiger, cuando este decidió continuar jugando pese a haber realizado un dropeo incorrecto en el hoyo 15. “Me da risa lo que ha pasado. Si me pasa a mí y firmo una tarjeta incorrecta, sería incapaz de salir a jugar la ronda siguiente. El fútbol es un deporte de mentirosos y de tramposos, pero el golf ha de ser otra cosa”, comentó García.

    La acción de Tiger despertó críticas entre la prensa y los aficionados, pero nadie del ambiente fue tan duro como El Niño, al vincular a su colega con la palabra “tramposo”. Y en el mundo del golf se sabe cuánto pesa una acusación de ese tipo.

    Por otro lado, algunos atribuyen el fastidio del estadounidense por el español debido a un comentario de este en la previa de la Copa Ryder disputada en el 2006 en Irlanda. “Por suerte, Woods no tiene un gran récord en la Ryder”, afirmó el español. Su afirmación no dejaba de ser cierta, pero molestó y mucho al deportista estadounidense.

    No conforme con la situación, García continuó con la polémica y el martes 21 en ocasión de la entrega de premios del European Tour de la temporada pasada, al ser consultado si estaba dispuesto a reconciliarse con Tiger y a invitarlo a cenar durante el próximo US Open, García contestó: “Sí, a cenar pollo frito todas las noches”. Una frase que supone un juicio que se emplea para inferiorizar a los afroamericanos. Dadas las repercusiones de sus declaraciones, el español debió llamar al día siguiente a una conferencia de prensa en la que se disculpó públicamente.

    “Pido disculpas a Tiger y a todos aquellos que se hayan ofendido. Sé que mi respuesta fue totalmente estúpida. Intenté ser divertido y me equivoqué”, declaró. Negó además, cualquier intención racista en sus dichos.

    Woods por su parte respondió a través de su Twitter: “No creo que sea una tontería su comentario sino algo incorrecto y doloroso. La disputa con García lleva ya más de dos semanas, creo que es tiempo de dar vuelta la página y hablar solamente de golf”, afirmó el número uno mundial.

    El periodista del diario “El País” de Madrid Juan Morenilla describió duramente la forma en que Tiger Woods se relaciona con sus colegas:

    “Tiger basa sus relaciones con el resto de los jugadores del circuito en los principios de la meritocracia”. Tanto consigues, tanto vales. Él con sus 14 Majors está por encima de todos. Por eso comenzó a mirar por ejemplo con otros ojos a Phil Mickelson, a quien antes ninguneaba, hasta que este sumó títulos importantes como sus cuatro Majors, incluidos tres Masters”. Por ello, Tiger también piensa que García tiene una actitud en el circuito que no se corresponde con sus méritos”, sentenció Morenilla.

    La prensa y

    sus rivales

    En tanto, hasta el presente, por lo general sus relaciones con la prensa han sido bastante diplomáticas. Pero Woods no olvida un episodio ocurrido en los comienzos de su carrera como profesional. Charles Price, periodista de una reconocida revista, compartió con él varios días en el circuito para luego escribir una nota que fue tapa de la publicación en 1996.

    Un Tiger totalmente despreocupado hizo en su presencia algunos chistes de contenido sexista y racista. El periodista los reprodujo en su artículo y al jugador no le hizo ninguna gracia, más allá que la revista lo presentaba en la portada como “el nuevo mesías del deporte”.

    Con sus colegas de juego suele tener algunos roces, aunque la discreción habitual del golf los minimiza. Por ejemplo, el sudafricano Rory Sabbatini declaró en el 2007 antes de enfrentar a Tiger: “creo que es más vencible que nunca”. Woods no se lo perdonó.

    Tampoco le gustó que Stephen Ames lo desafiara antes de enfrentarlo en el 2006 en un torneo de la Serie Mundial de Golf, el Accenture World Match Play Championship.

    Pero tal vez el mayor enojo lo haya tenido con el fidjiano Vijay Singh. En la Presidents Cup del 2000 disputada en el Robert Trent Golf Club de Virginia, el caddie de Singh usó una gorra con la inscripción: “¿Tiger cuánto? Si bien fue una idea de su colaborador, Woods entendió que Singh estaba en condiciones de advertirle a su caddie que no la usara.

    Tanto la ironía como la aceptación de las críticas no parecen ser puntos fuertes del nuevamente número uno del golf mundial.

    Hasta su escándalo matrimonial, Woods era incluso protegido por los medios. Una figura intachable, ganador en la cancha, un hombre por demás respetuoso y un perfil bajo fuera de los campos, eran sus cualidades más destacadas en forma permanente. Pero esa imagen se desmoronó de golpe y hoy ya no tiene aquel escudo que lo protegía de las críticas y de los comentarios negativos de sus colegas.