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La realidad actual de la agricultura demandará un mayor grado de financiamiento para mantener su nivel de actividad, dijo a Campo el director de la firma Fadisol SA, Carlos Foderé, haciendo referencia a ciertas restricciones que ya comienzan a advertir los productores en el sistema financiero.
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Dijo que la situación es “compleja y difícil”, pero diferenció la zona de influencia de la firma Fadisol, radicada en Ombúes de Lavalle y con fuerte presencia en varias zonas de Soriano y Colonia, corazón agrícola con los mejores campos y la zona “más próspera” y “mejor” del Uruguay, con respecto a otras partes del país.
En la zona netamente agrícola, dijo Foderé que se encuentran los productores “más sanos”, con áreas más chicas, con gente “más conservadora” y con muy buenos campos, lo que marca una diferencia muy clara respecto a otros departamentos donde se hace agricultura, en los que no dudó de que pudiera verse afectada la cadena de pagos de acuerdo con los resultados de las cosechas y las dificultades surgidas por efectos de la seca de enero y las copiosas lluvias de abril.
No obstante, señaló que los problemas son generales, con distinto grado de importancia, y que incluso en el núcleo agrícola, que “debería ser el último en tener problemas”, se observa una significativa falta de liquidez que preocupa seriamente a los productores. Dijo que agrava aún más la situación el hecho de que actualmente estén “todos” los rubros afectados, ya que al bajo precio del trigo y tres años de malos resultados en la agricultura, se suman la situación de la ganadería y la lechería, que también están pasando por un mal momento desde el punto de vista comercial.
Foderé hizo hincapié en la necesidad de disponibilidad de dinero para continuar con la actividad y expresó que el crédito es el “oxígeno” para la subsistencia de los productores. Destacó que hasta hace unos meses no había ningún tipo de problemas para obtener recursos del sistema financiero, pero que ahora, frente a la realidad, los bancos comenzaron a restringir las líneas, lo que genera complicaciones adicionales, ya que los productores “serios” necesitan financiamiento, que de acuerdo con su percepción va a estar muy acotado de aquí en adelante.
Sostuvo que Fadisol, que ya cuenta con 40 años en la actividad y ha vivido muchas situaciones complicadas, sabe lo indispensable que es “apoyar” y “sostener” a sus clientes.
Sinceramiento
Foderé afirmó que después de la soja va a haber un “sinceramiento” muy importante, donde muchos productores que deben renegociar la renta de los campos van a encontrar un escenario difícil, donde va a haber “mucha gente” que “no va a poder cumplir”, y que además va a tener restricciones de capital para plantar cultivos de invierno o la próxima siembra de verano. Dijo que “la situación en general es muy grave”, aunque reconoció que en Fadisol están “rodeados” de agricultores “sanos” financieramente que no deberían tener mayores dificultades, pero que “todos los aventureros” o muchos contratistas que decidieron sembrar van a tener problemas serios para poder hacer frente a sus compromisos y mantenerse en la actividad.
Empresas como Fadisol, que financian semillas, insumos y servicios a los agricultores, ya en los últimos dos o tres años comenzaron con una “limpieza” de sus carteras frente a problemas surgidos sobre todo de fuera de su zona de influencia directa, cortando la asistencia crediticia a muchos productores del este y norte del país, donde en zafras anteriores registraron hasta un 50 % de incumplimientos. En la zona núcleo, si bien se ven obligados a continuar refinanciando deudas, no consideran que puedan darse problemas de esas características, donde el índice de cobranza se ubica por encima del 70% y el resto demanda más plazos pero cumple. En tanto, se da una situación inversa en otras zonas, donde apenas un 30% cumple con sus obligaciones y el restante 70% no hace frente a sus compromisos. Esto llevó a Fadisol a “replegarse” y elegir “muy bien” a los productores a los que se brinda asistencia, porque “no hay otra solución”.
Foderé entiende que este año la empresa va a tener resultados muy por encima de los dos años anteriores, debido a que ya eliminó de entre sus clientes a aquellos que no cumplieron, pasando a “incobrables” las deudas generadas por ellos. La estrategia frente a estas circunstancias es “achicarte y meterte en la cueva”, sostuvo el empresario.
Dijo estar convencido de que en esta zafra va a haber varios actores de la cadena agrícola que no van a poder seguir en la actividad, especialmente muchos contratistas y productores que arriendan campos y contratan maquinaria.
“No nos podemos quejar”
El empresario señaló que frente al panorama que se veía 10 días atrás, las cosechas están dando algunas sorpresas positivas en la zona. Aunque se constatan mermas en los rendimientos, estas no son de la magnitud de lo que podía suponerse, e incluso son más atribuibles a la seca sufrida durante enero, “que golpeó muy duro” en la zona, que a los excesos de lluvia de abril.
Los rendimientos por ahora están ubicándose en el entorno de los 3.000 kilos en los mejores campos, mientras que en aquellos con menor aptitud los resultados son del orden de los 2.200 a 2.500 kilos. Sin la seca de enero y las lluvias de abril, probablemente esos rindes hubieran sido un 10 % o un 15 % superiores a los que se están registrando. “No nos podemos quejar, porque a pesar de estar por debajo de lo que esperábamos inicialmente, estamos dentro de resultados normales”, sostuvo. Dijo que también se constata un porcentaje de grano dañado por exceso de lluvias, que aun dentro de los límites, está “bastante” por encima de los años “normales”. Ahora esperan que el tiempo permita avanzar en las cosechas, ya en una época donde los días están más acotados y permiten únicamente unas seis horas de trilla, que no habilitan a tener la velocidad que se desearía.
