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    El papel de López Mena, el hombre tras el “caballero de la derecha”

    El empresario, que negoció por los aviones de Pluna y gestionó el aval, puede volver a declarar al juzgado

    “Tengo 137 millones. 137 millones, tenemos una primera oferta para el caballero a mi derecha. Pregunto, ¿hay quien supere esta oferta? ¿No hay quien dé más? Vamos a vender entonces. ¿Definitivamente no? Para el caballero 137 millones de dólares tres... ¡Vendido!”

    El rematador Mario Stefanoli golpeó su martillo contra la mesa y confirmó aquel 1º de octubre del 2012 la venta de siete aviones de Pluna al señor que estaba sentado a su derecha de traje y gomina, a quien nadie conocía. Detrás del imperturbable silencio de ese hombre se escondía una sorpresa: la intervención del empresario argentino Juan Carlos López Mena en la historia que terminó con el pedido de procesamiento del ministro de Economía y el presidente del Banco República.

    Días antes de que el gobierno celebrara la subasta —que debió postergar unas semanas para encontrar oferentes— el presidente José Mujica se había reunido con López Mena, propietario de la naviera Buquebus y de la aerolínea BQB, para que propusiera una solución que rescatara los bienes de Pluna y pusiera otra vez en el aire a sus aviones. López Mena dijo que no estaba interesado.

    El día del remate se presentó Antonio C. Sánchez, representante de la aerolínea española Cosmo, con un aval del Banco República por U$S 13,6 millones y se quedó con el lote. Días después radio El Espectador reveló que el nombre completo del postor es Hernán Antonio Calvo Sánchez y que aparecía en notas de la prensa española como director de Buquebus en Europa. También se supo que es padrino de dos nietos de López Mena y que había obtenido el aval presentando una póliza de la compañía argentina Boston Seguros, vinculada a Buquebus. En los meses siguientes, al acceder a un intercambio de correos electrónicos y a los datos de un registro de empresas en España, Búsqueda confirmó que Calvo Sánchez seguía vinculado a Buquebus cuando se presentó a la subasta.

    Meses más tarde, el 30 de abril del 2013, Calvo Sánchez declararía ante la Justicia que no tenía experiencia en negocios aeronáuticos pero que, aún así, no era un “testaferro” de López Mena ni trabajaba ya para Buquebus. No obstante, su abogado es el mismo que el del empresario naviero y Calvo reconoció que pocos días antes de la subasta López Mena le dijo que hablara con un funcionario del Banco República de apellido García porque se estaba tramitando un aval para Cosmo.

    El 3 de octubre, dos días después de la subasta, el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, fue sorprendido por un fotógrafo de “El Observador” almorzando en el restaurante Lindolfo con un asesor suyo, Calvo Sánchez y el propio López Mena, que estaba con su hijo. Ese día Buquebus difundió un comunicado en el que afirmó que intentaba gestionar que algunos de los aviones adquiridos por Cosmo se quedaran en el país. Dos días después el empresario argentino convocó a los líderes de la oposición y les informó de sus planes para arrendar algunos de los aviones: pagaría U$S 500.000 por mes pero quería las frecuencias de Pluna sin costo.

    Para entonces la subasta y el misterioso oferente —una empresa española que ni siquiera tenía un sitio web en funcionamiento— ya despertaban sospechas. Lorenzo dijo luego ante la Justicia que nunca había oído hablar de Cosmo antes del remate, aunque también reconoció que intercedió para que el Banco República le diera el aval.

    En una conferencia de prensa que brindó en la semana siguiente a la subasta junto al ministro de Transporte, Enrique Pintado, Lorenzo fue consultado sobre si había tenido contacto con Cosmo y qué sucedió en aquel almuerzo.

    “Lo que recibí fueron los lineamientos de una propuesta que el señor López Mena le hacía al gobierno. Pero yo no puedo decir que un contacto con alguien que simplemente subastó es un contacto con la empresa”, respondió.

    Por esos días el presidente del Banco República, Fernando Calloia, explicó al diario “El Observador” cuál fue la lógica que siguió para otorgar el aval a Cosmo: “No es obligatorio dar un crédito o un aval con garantías. A un amigo que te pide una garantía de alquiler, ¿qué le pedís? Le pedís lo que entiendas del caso. Si es una persona de tu confianza no le pedís nada y le das la garantía de alquiler. El banco funciona igual”.

    Luego de más de una semana de incertidumbre por el destino de los aviones de Pluna, Cosmo anunció que, debido al “ruido mediático” que se había generado, no los iba a adquirir.

    El gobierno se quedó entonces sin comprador. En los días siguientes intentó conseguir que alguien se hiciera con el boleto de venta, entre otros el propio López Mena. Incluso desde el Frente Amplio se llegó a manejar que el Estado lo comprara. Pero la solución no llegó.

    El martes 16 de octubre el senador comunista Eduardo Lorier, molesto con López Mena, dijo a El Espectador: “Hay ocultamientos que se fueron revelando y elementos ocultos que descalifican a los actores de la operación. Comprendemos la necesidad de rescatar los dineros que se ponen como garantía pero ahora hay que tener sentido de la oportunidad, por eso decimos ‘hermano retirate o te vamos a retirar’. No es solución, es un verdadero problema el que esta persona controle todo”.

    Al día siguiente el Departamento de Operaciones Especiales de la Policía desplegó una custodia sobre López Mena en todas sus actividades diarias y dispuso una guardia especial en su casa de Carrasco.

    El miércoles 31 de octubre los pasajeros que esperaban en la sala de embarques para subir a un barco rumbo a Buenos Aires se sorprendieron al ver que tanto Calvo Sánchez como Calloia junto al secretario de la Presidencia, Homero Guerrero, llegaban a la terminal de Buquebus para reunirse con López Mena en su despacho.

    Calloia dijo en diciembre en una entrevista con el programa “Tiempo Presente” de radio Oriental, que López Mena tramitó “directamente” el aval en nombre de Cosmo. “El que retiró la fianza fue Hernán Calvo. Dicho sea de paso, bajo indicaciones de él”, agregó.

    El presidente del banco dijo que “esperaba una respuesta mucho más positiva” de López Mena: “Si él se comprometió a algo, para mí lo tiene que cumplir, no porque lo haya firmado, sino por el nombre que tiene cada uno. (...) Yo creo que la palabra cuenta para todos, esa es mi posición y por eso discuto si realmente hay que buscar un papel firmado o sencillamente cada uno tiene que ser responsable de sus actos”.

    López Mena declaró ante la Justicia el 7 de diciembre y dijo, según informó al día siguiente “El País”, que él compró el pliego de la subasta y se lo cedió a Cosmo.

    En marzo del 2013 se supo que el Banco República había concedido un préstamo de U$S 20 millones a Buquebus para “financiar la importación de un barco de última generación”. Ese mismo mes López Mena llegó a un acuerdo con el gobierno para hacerse cargo del pago del aval al Banco República, que Cosmo había dejado impago, en cuotas de U$S 1,5 millones durante cuatro años.

    “El aval perfecto es el que se cobra. Calloia tenía razón; el aval era perfecto, lo tienen que repetir toda la mañana como una prenda”, dijo entonces Calloia en una entrevista en radio Sarandí.

    “Yo más éxito no puedo conseguir”, sostuvo.

    Pero la Suprema Corte de Justicia empañó el éxito de Calloia cuando el 7 de noviembre declaró que la ley que había creado el fideicomiso para los aviones de Pluna antes de la subasta era inconstitucional, lo que amparaba a López Mena a recuperar el dinero del aval. El 27 de noviembre, según informó Lorenzo en la última interpelación de la que fue protagonista, López Mena notificó con un acta notarial que había operado la “resolución de acuerdo”, por lo que a su juicio debe recuperar el dinero que pagó por las cuotas del aval. Sin embargo, agregó el ministro, el Banco República respondió por la misma vía sosteniendo que “no se han verificado los supuestos previstos contractualmente”.

    Ante el juzgado especializado en Crimen Organizado, donde en los últimos días se pidió el procesamiento de seis personas vinculadas al caso, López Mena declaró como testigo en diciembre del 2012. Fuentes judiciales dijeron a Búsqueda que estudian la posibilidad de que vuelva a declarar. El senador blanco Sergio Abreu anunció que está dispuesto a denunciar al empresario en la Justicia, porque, según dijo a “El País”, es “el autor de un delito de estafa”.

    Política
    2013-12-26T00:00:00