La papa es el producto frutihortícola más consumido en Uruguay.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn la zafra 2012/2013 se produjeron unas 100.000 toneladas, aunque la cantidad de hectáreas destinadas al rubro bajó frente a otros años.
En las zafras de otoño y primavera de 2001/2002 el área sembrada había alcanzado a 10.903 hectáreas, mientras que en 2012/2013 fueron 3.969, según datos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
La proyección de siembra para el otoño de 2014 es de 2.407 hectáreas, según una encuesta publicada recientemente por esa secretaría de Estado. Esto implicaría una baja de 11% en el área sembrada si se compara con este año y supondría, además, el menor registro desde 1997.
Pero al mismo tiempo que bajó la superficie dedicada al cultivo, los paperos alcanzaron mejores rendimientos. En 2013 la productividad fue de 24,2 toneladas por hectárea, casi dos toneladas por encima que el año anterior, y el mayor nivel desde 1997.
“Está habiendo cambios en la tecnología” y también hubo una “mejora en la semilla”, dijeron a Campo de Búsqueda especialistas del sector.
De todos modos, el panorama del rubro en el país es de declive en los volúmenes de producción y en ello inciden varios factores.
En la zafra de otoño de este año se cosecharon 64.839 toneladas de papa, mientras que en el mismo período de 2001 se habían producido cerca de 80.000. “Calculo que los uruguayos comen la misma cantidad” de esta verdura que antes, pero ahora optan por el producto ya procesado que proviene principalmente del exterior, explicó el asesor de agricultores del rubro Alfonso Grela.
“En 2006 y 2007, por problemas que se dieron en la producción, el precio del tubérculo aumentó mucho. Ya no era un artículo que se podía comprar en grandes cantidades” y la papa “congelada y prefrita era más accesible”, señaló en la misma línea Alfredo Pérez, especialista del Mercado Modelo (MM). “Mucha gente que se pasó al consumo de productos ya elaborados no volvió al consumo de papa fresca” y de esa forma se reafirmó una tendencia que “ya venía de la década de los 90”, añadió.
“En las sociedades occidentales y en los países más ricos se está incrementando el nivel de consumo de productos elaborados. Pero no solo en papa, sino también de otros alimentos”, dijo a Campo de Búsqueda otro técnico del MM, Pablo Pacheco. “Todo esto tiene que ver con que la gente tiene menos tiempo y está dispuesta a pagar para que alguien más le haga las tareas, el proceso de cortado y de lavado”. Esto se “va a seguir dando” en el mundo y en Uruguay, proyectó.
En 2001 las importaciones de papa procesada alcanzaron a 8.000 toneladas, mientras que en 2012 superaron las 20.000 (lo que equivale a más de 45.000 toneladas de papa fresca), según datos del Observatorio Granjero que dirigen el MGAP y el MM. Para este año se espera una cantidad apenas inferior.
En tanto, la importación de papa fresca no fue significativa y en lo que va del año ronda las 4.000 toneladas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), el consumo anual por persona de este tubérculo es de 34 kilos, en promedio. La variedad rosada es la más demandada.
“En Uruguay se consume muchísima papa. Su comercialización equivale a casi un cuarto del total de productos que se venden en el Mercado Modelo”, apuntó Pérez.
Otra parte de la papa que se cultiva en el campo uruguayo se destina a la producción industrial nacional: fueron 1.800 toneladas en la zafra 2012/2013.
“Somos un país que no tenemos las condiciones agroclimáticas como para producir” este producto de “forma barata” y poder instalar una industria de gran tamaño dedicada a la elaboración de productos con mayor valor agregado, aseguró Grela.
En la última década, en el mercado mayorista los precios de la papa fresca giraron en el entorno de $ 10 el kilo, según datos del MM. En 2011 el valor de este tubérculo se ubicó algo por encima y alcanzó a $ 14. En 2013 se dieron variaciones significativas, con un primer trimestre con valores cercanos a $ 20, en abril empezaron a caer, hasta situarse entorno de $ 10 el kilo desde junio y hasta agosto. En las últimas semanas osciló cerca de los $ 15.
Alto costo
El cambio de hábitos de los consumidores y el aumento de las importaciones de papa procesada no fueron los únicos factores que explicaron la disminución del área cultivada. El incremento de los costos también incidió.
“La rentabilidad es cada vez más baja” y “todo sube: el combustible, la mano de obra, los insumos, las rentas (de los campos) y los fletes”, se lamentó al ser consultado por Campo de Búsqueda el presidente de la Asociación Nacional de Semilleristas de Papa del Uruguay, José Lourenco. “Como hay otros rubros con mejor rentabilidad” los productores se diversificaron con “la soja y van bajando el área de papa”, apuntó. “Como un buen empresario te diría que no se podría seguir” con este negocio, pero como “en algún momento se anduvo bien, cuesta abandonar”, reconoció.
“No dejan de producir papa, pero se reestructuran”, coincidió Grela. “Bajan un poco el área” y “empiezan a hacer agricultura de secano. Los resultados globales de las empresas por ese lado están cerrando”, señaló ese asesor. “Si hubieran seguido dedicándose exclusivamente a la papa calculo que, sobre todo acá en el sur, estarían en problemas”, opinó.
“El cultivo de papa es el de más inversión y el más complicado que tenés. Nosotros ya estamos planificando la compra de la semilla que vamos a plantar a febrero y que encargamos a Canadá. Lleva todo un proceso que lo tenés que ir armando con anticipación”, comentó Lourenco.
A su vez valoró que el gremio de los productores de papa es “desunido” y “desprolijo”, y que eso genera dificultades a la hora de plantear las “inquietudes” del sector al gobierno. Además dijo que en los encuentros que han mantenido con los jerarcas, éstos no han aportado ninguna solución. “Ya estamos aburridos de ir a reuniones y entrevistas” y que “no te den ni bolilla. No conseguís nunca nada”, se quejó.
“Buscando una nueva variedad”
Para sortear el problema de los costos de la mano de obra, algunos productores están apostando nuevamente a la mecanización, afirmó a Campo de Búsqueda el asesor agrícola Alfonso Grela. Con ese fin, agregó, están “buscando imperiosamente variedades de papa que se adapten a la cosecha mecánica”. Explicó que por problemas de “daños por golpes, las variedades que se cosechan actualmente no permiten utilizar esa tecnología.
“La mano de obra es un recurso que está escaseando tanto, que sube su costo y nos está dejando fuera de competencia”, pero “hemos calculado que el costo de la cosecha”, con la mecanización, baja 50%, dijo.
Grela indicó que el monto de la inversión varía, pero informó que “una máquina automática estándar de un surco vale alrededor de U$S 140.000”. No obstante, no todos pueden recorrer ese camino porque para utilizar esta maquinaria se necesita una buena calidad en la tierra y cierta cantidad de hectáreas que “justifiquen la inversión”, apuntó.
Agregó que este proceso se está dando principalmente en San José, donde se concentra la mayor parte de la producción papera. En esa zona existe una situación climática más favorable para la zafra de otoño porque se precisa menos riego, dijo Grela.