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Desde su inauguración, poco más de un año atrás, el Centro de Convenciones de Punta del Este nunca estuvo así de exigido. Ya en los días previos, el gobierno anunciaba que este China-Lac, un encuentro entre empresarios chinos y latinoamericanos, sería el de mayor participación entre las ediciones latinas. Más de 1.200 reuniones habían sido agendadas a través del instituto Uruguay XXI y se anticipaba la presencia de 2.200 personas, con al menos 500 empresarios asiáticos.
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El viernes 1º, los pasillos del centro estaban abarrotados de empresarios locales y de otros países latinoamericanos. Y muchos chinos que, además de negocios, intercambiaban opiniones sobre su primera visita a Uruguay.
En los 5.400 metros cuadrados destinados a stands, ellos tenían la mayor presencia. Allí estaba la China Railway Construction Company (CRCC), una de las ferroviarias interesadas en construir el tren que transportará la producción de la segunda planta de celulosa de UPM en Uruguay; la automotora Lifan, que llevó tres prototipos de autos eléctricos; y la telefónica Huawei, que permitía a los transeúntes explorar sus nuevos modelos de teléfonos celulares.
El resto eran pequeños stands de firmas uruguayas que buscaban al menos un primer contacto con el gigante asiático. Los dos días de charlas y reuniones dejaron pocos negocios cerrados, aunque se firmaron algunos convenios marco que podrían ayudar en el futuro. Hubo también reuniones que se cancelaron a último momento y barreras culturales difíciles de transitar. Pero los empresarios consultados lograron lo que buscaban: ser parte de la “vitrina” de las inversiones chinas posibles en este lado del mundo.
“Fue un paso más hacia la concreción de los negocios, que en general es un trabajo de largo aliento”, dijo Ruben Azar, presidente de Grupo Ras. Con clientes en China desde hace dos décadas, el ejecutivo viaja a ese país más de una vez al año. Consideró que “siempre es positivo” integrar estos eventos, ya que sus contrapartes asiáticas valoran el relacionamiento personal. Así, la empresa aprovechó para dar a conocer sus proyectos en el puerto capitalino y en el parque industrial Ruta 5.
Para quienes estuvieron en el stand de las zonas francas (World Trade Center, Aguada Park y Parque de las Ciencias) la instancia fue una “buena oportunidad” para acercarse a empresarios que buscaban conocer las características del régimen comercial, así como las actividades y beneficios permitidos. Sin reuniones agendadas, lo que más tuvieron fueron consultas en el stand y un networking con latinoamericanos. La “efectividad de estos eventos es difícil de medir”, consideraron, aunque son instancias para “sembrar” a futuro.
“Muchos vinieron con el mandato de explorar lo que estaba pasando en la región y otros interesados en proyectos de infraestructura. Por ese lado fue por donde más se le sacó provecho”, comentó Juan José Varela, experto en mercados del escritorio de bolsa Gletir. También para esa firma, hubo un valioso intercambio con empresarios latinoamericanos, y algunos encuentros con firmas asiáticas.
“Había que ir muy preparado, llevar la información bien detallada y concreta. Algunas empresas chinas cancelaron, y nos quedó lugar para coordinar otras reuniones”, comentó.
También la empresa de logística Bilpa tuvo que reacomodar la agenda, frente a cancelaciones inesperadas de empresas chinas. Lo más fructífero fueron los contactos con marcas locales como Zonamérica y algunas consultoras.
“Ya importamos de China, pero queríamos conocer más proveedores y ver cómo podíamos aprovechar más los productos. Así que previamente agendamos reuniones que lamentablemente no sucedieron a último momento. Pero se dieron intercambios valiosos, sobre todo con firmas uruguayas que prestan servicios para facilitar negocios con China”, comentó Martín Sartori.
Firma de acuerdos.
Algunas gremiales empresariales firmaron acuerdos con agencias de promoción chinas. La Unión de Exportadores rubricó un memorándum de entendimiento con el Consejo para la Promoción del Comercio Internacional, con el fin de fortalecer las relaciones bilaterales e intensificar la colaboración en la promoción.
El Instituto Nacional de Carnes (Inac) firmó un acuerdo con la empresa China Certification & Inspection Group para establecer una plataforma de trazabilidad comercial para los productos cárnicos. El mercado chino es el principal destino de las exportaciones de carne vacuna, soja y celulosa. Y aunque si bien el acuerdo podría favorecer un posicionamiento mayor de la carne uruguaya, algunos empresarios del sector dudan sobre su efectividad porque consideran que se podría incurrir en eventuales costos adicionales.
También hubo avances en la incursión de inversores chinos para la reactivación del frigorífico Florida, actualmente en manos del grupo Zambrano de Venezuela, comentaron a Búsqueda operadores del sector cárnico.
Contaron, además, que el frigorífico San Jacinto estableció un acuerdo comercial con importadores chinos de carne para la venta de ese producto con un sello de calidad diferencial en un intento de generar nichos de mercado.
También Uruguay XXI firmó acuerdos con algunas provincias chinas y plataformas tecnológicas que aseguran una mejor comercialización de los productos locales. El organismo planea participar de la próxima edición del China-Lac, que se realizará en el país asiático, y volverá a invitar a una comitiva de empresarios uruguayos. Su director, Antonio Carámbula, comentó a Búsqueda que la celebración de los 30 años de relación bilateral entre China y Uruguay también servirá de marco para posicionar al país.
“Es difícil que en una primera reunión cara a cara cierres negocios y más por cómo funciona China. Estas reuniones sirven para el acercamiento. Es una oportunidad de generar contactos para estrechar relaciones a futuro. Sabemos las dificultades de un mercado que está lejos y tiene barreras culturales, por lo que ponemos foco en pequeñas y medianas” empresas, dijo.
