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Con una industria que “cambió de signo” y vive una “leve caída” de su nivel de actividad, el presidente de la Cámara de la Construcción, José Ignacio Otegui, advierte en el horizonte que la situación del sector se puede “complicar” si los trabajadores “siguen hostigando” al inversor “pidiendo más” aumentos y beneficios sin contrapartida.
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“Con un convenio vigente, no es de recibo que me paren y hostiguen y me pidan más”, dijo Otegui a Búsqueda al otro día de que el sector celebrara el “Día de la Construcción” y los trabajadores sindicalizados festejaran en el Velódromo Municipal la aprobación de la ley de responsabilidad penal empresarial y los aumentos salariales —superiores al 10%— que rigen desde el 1º de octubre.
Otegui señaló que entre los empleadores y el Sunca la relación es “de respeto” pero aclaró que los separan “visiones diferentes de la actualidad y del mediano plazo”.
“El convenio es para cumplirlo las dos partes, ellos y nosotros. (…) Si se cree que porque viene cualquier proyecto de cierto porte se puede pedir por encima de lo que está pactado, se equivocan. Estamos matando a la gallina de los huevos de oro, estamos matando al inversor, hostigándolo”, advirtió.
“No nos tiembla el pulso”, prosiguió. Y reflexionó: “Si no firmamos más convenios, el trabajador que está en una obra visible va a tener un salario un poco mejor, y cuando lo agarre en una obra escondida por ahí, le van a pagar un salario de hambre. Esas son las leyes del mercado, si es a eso que se quiere llegar, como ha pasado en otras épocas, y se llegará… o mantenemos una industria ordenada y equilibrada”.
Lenta caída.
Actualmente, el personal directo ocupado en obra por la industria se ubica en 60.815, según datos de la gremial. Y de acuerdo con las proyecciones realizadas por el empresariado, el sector empleará a fines de 2015 a unos 53.000.
A juicio de Otegui, el sector “bajó un escalón” este año y atraviesa una etapa de “leve caída” que seguirá en 2015.
Dijo que la “industria empezó a caer lentamente, no dramáticamente” y hay que evitar que continúe por ese camino para que no se vuelva “preocupante”.
El ejecutivo consideró que las relaciones laborales tienen que volver a una senda de “equilibrios”, a estructurarse a partir de la “tolerancia” y con “acuerdos bilaterales”.
“Si eso no se logra para adelante vamos a tener más dificultades”, alegó.
Consideró que se han “consagrado por ley derechos sin contrapartidas” y opinó que el nuevo gobierno deberá considerar que “los salarios no pueden seguir creciendo contra nada”.
“En el caso de la construcción, no hay ninguna tarea que cumpliendo con el horario y sin faltar esté por debajo de los $ 24.000 o $ 25.000”, ilustró.
Dijo que como contrapartida, el empresariado espera que “no se siga aumentando (la remuneración) contra nada, que la industria sea productiva, que pueda trabajar en paz y que no se esté instigando al inversor pidiendo más por las dudas”.
A su juicio, en los últimos años el gobierno cambió “el eje de la balanza” en materia de relaciones laborales y dijo que ello es un “problema severo” que Uruguay tiene por delante para resolver.
Otegui consideró que el sector es de los que más han sufrido la conflictividad por la creciente sindicalización, que sumó “gente joven y sin preparación”, y porque en momentos en que mostró una curva de crecimiento importante, los trabajadores obtuvieron mayores beneficios, por encima de lo laudado, pero apuntó que ahora la industria se desaceleró y “llega un momento” en que no es posible seguir “tirando de la cuerda”.