Tras un período de “vacas gordas”, con el precio del barril por encima de los U$S 100, que provocó una expansión histórica de las inversiones petroleras a escala mundial, los últimos años fueron un freno de mano para la industria.
, regenerado3Tras un período de “vacas gordas”, con el precio del barril por encima de los U$S 100, que provocó una expansión histórica de las inversiones petroleras a escala mundial, los últimos años fueron un freno de mano para la industria.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEs que con el precio del barril de crudo en el entorno de los U$S 55, la “inestabilidad geopolítica” del continente y los tipos de contratos que ofrecen los Estados, las compañías están pensando muy cuidadosamente dónde realizar sus próximas inversiones, en una industria donde cada proyecto se mide en años y cientos de millones de dólares.
Eso explica por qué la palabra “cautela” fue la más reiterada por los expertos y ejecutivos del sector energético regional que se reunieron la semana pasada en la Conferencia de Petróleo y Gas Arpel 2017, un encuentro organizado por la Asociación Regional de Empresas del Sector Petróleo, Gas y Biocombustibles en Latinoamérica y el Caribe.
Con este panorama, las perspectivas uruguayas de conseguir nuevas inversiones son “complicadas”, según dijeron a Búsqueda fuentes de Ancap y varios ejecutivos del sector.
“Pasamos del repechaje a estar casi eliminados”, ilustró uno de los informantes.
Ancap lanzará en setiembre su tercera Ronda Uruguay, un proceso licitatorio que busca atraer petroleras interesadas en explorar el mar uruguayo.
En 2009, Ancap hizo la primera Ronda. La decisión se tomó en función de estudios sísmicos y un análisis geopolítico en el que el país quería aprovechar el boom exploratorio que estaba surgiendo entre las petroleras.
Con los precios del barril por encima de los U$S 90 y un impulso mundial de avanzar hacia áreas menos convencionales, las petroleras empezaron a ver cuencas como la uruguaya con mayor interés. Así, ese año se adjudicaron dos bloques de los que estaban en licitación.
En 2012, Ancap volvió a lanzar otra Ronda en medio de un contexto internacional idílico para el país: el crudo había alcanzado un pico de U$S 140 el barril y todo proyecto parecía rentable ante la necesidad de abrir nuevos mercados.
Allí se adjudicaron 8 bloques que se sumaron a los dos de la primera ronda y Ancap completó una superficie de 60.000 metros cuadrados de mar listos para ser explorados y, llegado el caso, explotados.
Hoy la realidad es muy distinta, y lleva algunos años así. Los problemas políticos en Brasil y Venezuela, que llevaron a un repliegue en las inversiones de sus respectivas petroleras (Petrobras y Pdvsa) a escala regional, junto con la caída del precio del crudo, terminaron de “congelar” las cuencas como la uruguaya, por las que se ha perdido mucho interés en la industria, dijeron varios expertos a Búsqueda.
Desde Ancap tienen la misma visión. De hecho, la Ronda estaba prevista para 2015 pero se resolvió postergarla para ver si mejoraban las condiciones, dijeron fuentes de la estatal.
“Ya no íbamos a esperar más porque las perspectivas de cambio del panorama mundial son muy bajas. Saldremos este año a pelearla y ver”, dijo una fuente que participa en la elaboración del proyecto.
Otro golpe a las expectativas de conseguir más interés en la zona fue el anuncio, en junio de 2016, de la francesa Total (una de las petroleras a las que se le adjudicaron bloques en la segundo Ronda) de que sus resultados de búsqueda de petróleo en el mar uruguayo fueron negativos.
Los especialistas entienden que Uruguay tendrá “mucha suerte” si logra concretar un acuerdo en esta Ronda, en la que se ofrecerán 17 áreas offshore. Desde la petrolera estatal quieren apelar a compañías de “mediano porte” y no ir por las más grandes, en donde ya consideran que es un “caso perdido”.
Tampoco se descarta hacer cambios a las condiciones de los contratos con los interesados, reduciendo los porcentajes de ganancias de Uruguay para hacer un poco más atractiva la oferta de los bloques, dijeron las fuentes.
La Ronda será oficialmente lanzada en Houston (Texas, Estados Unidos) en setiembre de este año.
Los especialistas y ejecutivos reunidos en la conferencia de Arpel observan un escenario de precios bajos y una “sobreoferta” de hidrocarburos.
“Hasta 2020 vamos a tener precios bastante bajos. Si eres consumidor, es una buena noticia. Si eres un productor, es un desafío”, dijo el vicepresidente de la consultora global IHS Markit, Carlos Pascual.
Esos precios han forzado una reducción de costos y aumentaron la competitividad entre las empresas, algo que los gobiernos “no pueden ignorar”, advirtió Pascual.
“Hoy trabajamos sobre un horizonte cuyo rango son los U$S 55 por barril, y con ese horizonte planeamos inversiones”, manifestó el presidente de Tecpetrol, Carlos Ormachea.
Ormachea reconoció que en esa planificación “hay que ser mucho más cuidadoso” con los proyectos en los que se decide invertir.
Por su parte, el vicepresidente de Investigación Fiscal Global de la consultora Wood Mackenzie, Graham Kellas, dijo que las inversiones en la parte de exploración y producción “están retornando de la hibernación”, pero que la competencia para atraer a esos inversores “será muy intensa”.
John Martin, vicepresidente del Consejo Mundial de Petróleo, sostuvo que “la matriz de consumo seguirá dependiendo del petróleo durante décadas” y que eso “otorga una certeza a largo plazo” de que la industria “se podrá mantener”.
Sin embargo, advirtió que “en los próximos años la incertidumbre geopolítica, los precios bajos y los retrasos técnicos” serán “importantes desafíos” a superar por las compañías.
“Hoy ya existen 60 ofertas para explorar en todo el continente. Para el año que viene se espera que haya 40 más”, añadió. La uruguaya sería una de este centenar.
Rondas de licitación, nuevos modelos de contratos, regímenes fiscales más flexibles y ajustes a los marcos regulatorios son algunos de los mecanismos que los países encaran para brindar mayor seguridad jurídica, esquemas de inversión atractivos, relaciones contractuales y de largo plazo entre países y empresas. A juicio del presidente de Petrobras México, Joao Araújo Figueira, “se percibe esa disposición de buscar rutas de relación ganar-ganar entre las empresas y los Estados”.