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La preocupación de Estados Unidos por la pesca ilegal en aguas uruguayas alcanzará otro mojón en unos días cuando el buque más moderno de su Guardia Costera navegue en aguas territoriales uruguayas para realizar actividades conjuntas con la Armada Nacional. Se trata del U.S. Coast Guard Cutter (USGC) Stone, que estará en el país aproximadamente del jueves 21 al miércoles 27.
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El barco ya partió de Pensacola, Misisipi, y hará paradas en Guyana, Brasil y Argentina antes de llegar al país. “El principal objetivo de esta visita será generar instancias de cooperación regional para abordar el problema de la pesca ilegal”, señala el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo al Parlamento para solicitar el ingreso del barco a territorio uruguayo aprobado por la Asamblea General a fines del año pasado.
El USGC Stone estará en el puerto de Montevideo, la bahía de Maldonado y otras partes de las aguas territoriales uruguayas en el marco de una acción regional en el océano Atlántico llamada Operación Cruz del Sur. En una nota enviada a la Cancillería en noviembre, la Embajada de Estados Unidos argumenta la necesidad del recorrido para “realizar simulacros de tareas de control y actividades vinculadas a la lucha contra la pesca ilegal junto con las fuerzas armadas uruguayas y la recepción de combustible y suministros”. Según señalaron fuentes oficiales a Búsqueda, Estados Unidos solicitó poder colaborar directamente con la Armada en la vigilancia y detención de barcos que pesquen ilegalmente, pero el pedido fue denegado al tratarse de maniobras militares que corresponden “únicamente a las Fuerzas Armadas uruguayas y no a fuerzas extranjeras por tratarse de jurisdicción uruguaya”.
La Operación Cruz del Sur se organiza en conjunto entre la Guardia Costera y el Comando Sur de Estados Unidos, encargado de administrar las operaciones del Departamento de Defensa en América Central y del Sur. Según afirmó la Guardia Costera en un comunicado de prensa, se trata “en la memoria reciente” de su primera patrulla en el Atlántico Sur. El comunicado agrega que será un despliegue de varios meses “para combatir la pesca ilegal, no reglamentada y no declarada, al tiempo que fortalecerá las relaciones por la soberanía y la seguridad marítimas en toda la región”.
“La Guardia Costera está comprometida con la protección de los recursos marinos vivos. La pesca ilegal amenaza la salud de las poblaciones de peces e impacta negativamente a quienes siguen las normas mundiales y las leyes nacionales. Solo trabajando juntos podemos proteger los medios de vida, garantizar que los puertos sigan siendo económicamente productivos y apoyar la industria pesquera sostenible”, afirmó el vicealmirante Steven Poulin, comandante del área atlántica de la Guardia Costera.
Agresividad
Los 3.680 kilómetros de costas, 153.034 km2 de zona económica exclusiva y 103.000 km2 de plataforma continental suponen un problema sin solución para Uruguay, que con una flota disminuida en su Armada Nacional no puede hacer frente a los pesqueros ilegales que “roban millones y millones de dólares” de merluza, atún, calamar, pescadilla, corvina y otras decenas de especies en sus aguas, según admitió ante el Parlamento el ministro de Defensa, Javier García.
En su mayoría se trata de barcos chinos, que al operar masivamente en distintas partes del mundo ocasionaron la alarma de Estados Unidos. En junio los departamentos de Estado y de Comercio, junto con otras agencias federales de ese país, lanzaron una estrategia global contra la pesca ilegal, inquietos por el rol de China. Durante un evento virtual en Uruguay sobre el tema, el embajador Kenneth George expresó que se trataba de un área de potencial cooperación entre ambos países por lo cual Estados Unidos iba a trabajar en combatirla junto con el gobierno y otros socios locales. El Observador informó en octubre que Uruguay pretende que Estados Unidos le done tres lanchas guardacostas.
En diciembre, la Armada, el Cuerpo de Marines y la Guardia Costera de Estados Unidos publicaron su nueva estrategia marítima, en donde afirman la importancia de centrarse en China y Rusia, “dos de las amenazas más importantes” para una era de paz y prosperidad mundial. “Priorizamos la competencia con China debido a su creciente fuerza económica y militar, su creciente agresividad y su intención demostrada de dominar aguas internacionales y rehacer el orden internacional en su favor. Hasta que China elija actuar como un actor responsable en lugar de blandir su poder para promover sus intereses autoritarios, representa la amenaza más completa para los Estados Unidos, nuestros aliados y todas las naciones que apoyan un sistema libre y abierto. Su flota pesquera subsidiada por el Estado roba recursos vitales de naciones incapaces de defender sus zonas económicas exclusivas”, sostiene el documento, llamado Advantage at Sea.
Una de las primeras iniciativas para paliar la situación en el Atlántico Sur será la excursión del USGC Stone, terminado de fabricar en noviembre por Huntington Ingalls Industries, la empresa de construcción naval militar más grande de Estados Unidos. Con base en Charleston, Carolina del Sur, el buque de clase Legend “es el barco tecnológicamente más avanzado de la flota de la Guardia Costera, lo que le permite satisfacer las altas demandas requeridas para las misiones de seguridad marítima y nacional, aplicación de la ley, seguridad marina, protección del medioambiente y defensa nacional”, explicó la empresa. Tiene 418 pies de largo con una velocidad máxima de 28 nudos, un alcance de 12.000 millas, un rendimiento de 60 días y una tripulación de 120 personas. La nota que la embajada estadounidense envió a la Cancillería explica que la visita a Uruguay también es parte de las pruebas de navegación y desempeño del nuevo barco.
Se espera que una vez fondeado en el puerto de Montevideo se armen dos carpas para que los oficiales estadounidenses capaciten a los uruguayos. En cuanto a los protocolos sanitarios, el proyecto de ley aprobado en el Parlamento indica que se seguirán los procedimientos sanitarios de la Guardia Costera, así como las normas y procedimientos vigentes en Uruguay para el Covid-19. En las paradas que se tengan durante el recorrido la tripulación no tendrá permitido desembarcar y mezclarse con la población local, y ninguna persona tendrá autorización para abordar al buque si no ha restringido sus movimientos durante 14 días previos y si no cuenta con un resultado negativo del virus.