Sr. Director:
, regenerado3Sr. Director:
, regenerado3Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLos países tienen íconos testimoniales que se repiten, ellos representan y se representan por su significado y por su expresión material, que en su conjunto materializan su institucionalidad. Se destaca su Parlamento y su edificio, su Poder Ejecutivo y su Casa de Gobierno, su Justicia y su Palacio de Justicia, la enseñanza superior y su Universidad y facultades, y así podemos seguir destacando actividades y testimonios físicos, que nacionales y extranjeros distinguen como naturales de un país con sus estructuras desarrolladas. Entre estos están las escuelas de formación de oficiales, que son muy emblemáticas y respetadas para la ciudadanía donde se entiende la importancia de las mismas para la formación de sus cuadros, que garantizan el funcionamiento profesional de las actividades a las cuales después integran.
Los ciudadanos de un país demuestran respeto por estas instituciones y sus estructuras patrimoniales como suyas propias, los ciudadanos sienten como propios su Palacio Legislativo su Universidad y su Escuela Naval, porque esos conceptos se fueron integrando generación por generación y por el esfuerzo constante y patrimonial que hizo el país, el Estado y las instituciones a las que pertenece para que existan en la actualidad.
En el año 1966 el Estado dispuso el canje del viejo edificio de la escuela situado en Sarandí 122 por el edificio del antiguo Hotel Miramar ocupado parcialmente por la Escuela de Nurses Caries Nery y ciertos laboratorios de infectología, estando el resto del edificio en gran estado de abandono. La Escuela de Nurses se mudó a Sarandí 122, que era por su ubicación más apropiada para tales fines.
En esa época, la zona donde estaba emplazada la Escuela Naval no tenía construcciones privadas de ningún tipo y solo estaba plantada de pinos como montes.
La Armada Nacional a partir de ese momento con presupuestos muy limitados, pero con gran esfuerzo, se mudó y comenzó la transformación del edificio en la Escuela Naval, haciéndola apta para todas sus actividades intelectuales, físicas y militares.
Desde ese tiempo empieza en las zonas aledañas a la escuela un crecimiento en la construcción de viviendas de buen y alto nivel, lo cual le dio un valor a una zona que antes no había despertado interés para el sector privado por su lejanía y soledad. La Escuela Naval le dio otra vida, otro prestigio y otra seguridad al barrio.
La Escuela Naval en sus actividades necesita profesores, instructores, médicos, etc., en un número importante que solo Montevideo se lo puede proveer a un costo simple de tiempos, traslados y complementarios a sus actividades personales, más si se tiene en cuenta que en ella además del curso de Oficiales Navales y Mercantes Civiles que dicta durante cuatro años para su formación también integra un bachillerato Naval abierto, al cual acuden quienes desean entrar a la Escuela Naval y quienes no, pero si prefieren un estilo de educación en particular. Además, en la Escuela Naval la Organización Marítima Internacional ha transferido su autoridad para la instrucción y validación de títulos y certificados para oficiales mercantes nacionales y extranjeros, válido para todo el mundo y, con tal propósito y a costo de la Armada Nacional, se ha instalado un simulador de navegación y de pruebas, de los más adelantados del mundo, donde acuden todo quienes necesitan hacer esos aprendizajes para lograr esas certificaciones.
La Armada Nacional ha tratado en su trayectoria de lograr el máximo aprovechamiento de sus escasos recursos y con gran esfuerzo estableció en el área de la Escuela Naval la Escuela de Guerra Naval, con propósitos profesionales propios del arma e integrando al Ejército, Fuerza Aérea, civiles públicos y privados y a países amigos. La Escuela de Guerra debería ser destinada además de sus funciones actuales como instituto marítimo de estudios superiores, con una finalidad de mayor interés al país e internacionalmente. Esta institución, la Escuela de Guerra, en su funcionamiento necesita numerosos profesores civiles y militares año a año, como conferencistas nacionales y extranjeros de alto nivel.
La Escuela Naval y la Escuela de Guerra en su área Miramar han logrado un funcionamiento perfeccionado por el tiempo para la institución, para los interesados y para los intereses del país. Este logro fue posible por el constante esfuerzo de la Armada Nacional que con exiguas posibilidades económicas rescató una zona abandonada de Montevideo y le dio gran valor patrimonial, como así también desarrollo de toda índole, que vale porque ella está ahí.
Todos los países muestran con orgullo su Escuela Naval, como nosotros lo hacemos, y en el lugar más importante del país para su fácil acceso, utilización y reconocimiento.
La Escuela Naval no es la obra de un día, es la obra de años y sus adecuaciones e incorporaciones, entre las que se cuentan en dicha área el campo deportivo, la construcción de la pileta olímpica y moderno gimnasio de acuerdo a sus exigencias crecientes y a sus posibilidades.
La Liga Marítima Uruguaya mira con respeto el área Miramar donde está actualmente la Escuela Naval y considera que el Uruguay consiguió ubicarse con su escuela y su jerarquía donde corresponde, para conocimiento de nacionales y extranjeros.
Es mucha la actividad de funcionamiento que se realiza en ella y representativa de la Armada Nacional, del gobierno y del país.
La Escuela Naval y su área es una realidad solucionada: tuvo su costo de décadas, donde está es de gran utilidad y es un problema para el país modificarlo. Llevó años, pero se logró.
Deseamos larga vida a la Escuela Naval actual y deseamos que la Armada Nacional encuentre la comprensión y receptividad para solucionar sus necesidades de otro tipo.
Sabemos que el gobierno atraviesa dificultades a solucionar y esperamos que se encuentren formas mediatas e inmediatas que le permitan cumplir con su misión.
La Armada Nacional sabe de sacrificios y de esperas, muchas de ellas más allá de lo recomendable y comprensible, pero ella siempre actuará leal al gobierno democráticamente establecido, como siempre lo hizo.
CN(R) Marcelino Capdevielle Méndez
Presidente