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El ministro de Salud, Daniel Salinas, llamó a su despacho al coordinador de Relaciones Internacionales y Cooperación del Ministerio de Salud Pública (MSP), Franco Alaggia. Fue en la tarde del lunes 21. El ministro tomó su celular y le hizo escuchar un audio del presidente de la República, Luis Lacalle Pou. Era un mensaje enviado por el presidente a Salinas donde le cuestionaba que un funcionario de su cartera le había respondido mediante correo electrónico al laboratorio Pfizer que Uruguay no estaba interesado en sus vacunas. Lacalle Pou —el gobierno uruguayo— fue alertado por el propio laboratorio de esta situación, según confirmaron fuentes políticas a Búsqueda. Después de escuchar el audio del presidente, Salinas, que había sido el que llevó a Alaggia al ministerio, le dijo que lo tenía que despedir. Que la decisión ya estaba tomada y venía directamente del piso 11 de la Torre Ejecutiva.
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El funcionario, amigo de uno de los hijos del ministro, se mostró sorprendido y algo confundido ante la noticia. Según contaron distintas fuentes del MSP, quiso defenderse. Dijo que su comunicación con Pfizer no había sido inconsulta, que no mandó ese correo motu proprio. Pero tanto Salinas como el subsecretario de Salud, José Luis Satdjian, sostienen que ellos, que son la autoridad máxima, nunca fueron avisados por Alaggia. Y todo parece desembocar en la palabra de uno contra la de los otros.
Un día después, el martes 22, la resolución de su cese ya estaba firmada y publicada. Y ya se había designado en su lugar a la magíster Gabriela Gómez, que cumplía funciones en el área de comunicación.
Alaggia, de 26 años, es licenciado en Relaciones Internacionales. “De espíritu proactivo, responsable, dinámico y con gran gusto por el trabajo en equipo”, se define en su perfil de LinkedIn. Y es algo que suscriben funcionarios del MSP que trabajaron con él desde que asumió en marzo en un cargo que durante la última administración del Frente Amplio fue ocupado por Gilberto Ríos, que también supo ser director general de Salud.
El episodio del correo a Pfizer, y que el laboratorio haya sido el que pusiera arriba de la mesa del gobierno esa información, tensó la relación entre la Torre Ejecutiva y Salinas. El miércoles 23, cuando Búsqueda publicó la noticia, hubo varios llamados y reuniones entre las partes durante buena parte de la jornada. Salinas prefirió el silencio. Pero el que salió en defensa del funcionario cesado fue el senador y líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos. En declaraciones a Radio Montecarlo dijo que Alaggia “actuó en el marco de otra situación (sanitaria), cuando todavía no había estallado la curva de contagios”. Y agregó: “Era un momento en que Uruguay apostó al Covax, la compra en conjunto con varios países, y había hecho un pago para reservar determinada cantidad de dosis”, dijo.
El senador reconoció que “el gran error” fue no haber comunicado a las autoridades del ministerio” este mensaje, y que “por esta razón es que fue cesado”.
Vacunas
Salinas tenía previsto reunirse hoy miércoles con los senadores del Frente Amplio para informar sobre los planes de vacunación. El propio ministro había dado la luz verde a ese encuentro y fue también el ministro quien a último momento canceló. Fuentes políticas dijeron a Búsqueda que la suspensión obedece a una orden desde la Torre Ejecutiva. El gobierno, con Salinas a la cabeza, tiene previsto informar al Parlamento sobre los avances en la compra de vacunas el próximo martes 5 de enero. El gobierno no descarta ninguna de las que están en el catálogo. “Estamos negociando. A varios frentes”, dijo a Búsqueda una fuente de Presidencia, que agregó que no hay una fecha prevista para empezar a vacunar, aunque el objetivo es que sea alrededor de abril del 2021. El plan del gobierno es obtener unas 1,5 millones de dosis. Otro informante señaló que la negociación más avanzada, en una etapa casi concluyente para obtener al menos buena parte de las vacunas, es justamente, después de tantos desencuentros, con el laboratorio Pfizer.