Indignados en el Prado

Indignados en el Prado

La columna de Pau Delgado Iglesias

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Una vez más, como cada año desde hace algún tiempo, grupos animalistas se reunieron en la Criolla del Prado para manifestarse contra el espectáculo de las jineteadas en la 97ª Semana Criolla organizada por la Intendencia de Montevideo.

Algunas personas estaban ubicadas en la entrada, con carteles donde se podía leer "semana de la tortura", "basta de tradiciones violentas" o "Uruguay sin jineteadas. La violencia no distingue de especies".

Otro grupo de activistas había decidido pagar la entrada, acercarse al predio y saltar las vallas, donde desplegaron carteles que decían: "Basta de violencia", "Basta de esclavitud", "Jineteadas=Tortura", "No más jineteadas". La acción duró apenas dos minutos, como se puede ver en videos publicados en los portales de noticias. Cerca de diez personas, mujeres y hombres jóvenes, sostenían los carteles y vociferaban algunas cosas por completo inaudibles entre el griterío del lugar y las voces de los altoparlantes. Entre lo confuso de la situación, se ve pasar por el ruedo un caballo corriendo desbocado. Según se explicó en las noticias, habían sido los "gauchos" quienes soltaron a los caballos para asustar a los manifestantes.

En los videos se puede ver a trabajadores municipales que se acercan al grupo de activistas y lo van guiando hacia la salida, mientras un gaucho tironeaba de los carteles, un hombre de boina les tiraba desde las gradas una botella de plástico y otro montón de gente gritaba desde los asientos y les hacía gestos para que se vayan.

Lo que no se logra ver en los videos que circularon, es cuando desde las gradas tiran algo que le da tan fuerte en la cabeza a una de las funcionarias municipales que la tienen que hospitalizar y darle ocho puntadas. Tampoco se ve cuando funcionarios de Convivencia se acercaron a los gauchos para evitar que soltaran más caballos, y éstos los atacan con "rebencazos y agua caliente", como informó la secretaria general de Adeom.

En la transmisión en vivo para TV Ciudad, los dos presentadores tienen un momento de desconcierto mientras miran lo que va ocurriendo, y después comentan: "se retiran en forma pacífica", "tranquilos con respeto nomás, los muchachos se van". Y después agregan: "Esas cosas no pasan en el interior". "No, jamás. Están donde están las cámaras". Tiene sentido que los grupos activistas elijan los momentos de mayor concentración mediática para hacer una manifestación de este tipo, porque precisamente lo que se busca es generar una reflexión que alcance a la mayor cantidad de personas posible.

Eso no significa que se trate de una moda, o que no hagan otro tipo de acciones en defensa de los demás animales, que sí las hacen. De hecho, los grupos animalistas son casi las únicas personas que se movilizan en defensa de otros animales. Y sin embargo, como afirma Jorge Fierro en su libro Ellos Miran. Reflexiones sobre la cuestión animal: "Si los animales tienen poca y mala prensa, los activistas la tienen aún peor. Se los homogeiniza y se construyen sobre ellos muchos mitos. Se los presenta como amantes de los animales. Fanáticos que humanizan a las bestias con proyecciones infantiles". Pero "amantes" de los animales, dice Fierro, son las personas que los coleccionan. Ser antiespecista, en verdad, es otra cosa.

Ser antiespecista es defender la idea de que nacer en una especie no te da derecho a dominar y someter a otras. Saben que "la sociedad todavía no está preparada" para muchas de las medidas que proponen, pero es la única forma de avanzar hacia una vida más justa para todos los seres vivos, básicamente.

Tampoco las sociedades estaban preparadas para que las mujeres votaran, o para que las personas afro fueran consideradas igual que las demás personas y dejaran de ser sometidas a la esclavitud. Se necesitaron muchas personas tratadas de fanáticas para que se pudieran dar los cambios que hoy nos parecen de un nivel mínimo de respeto.

En noviembre del año pasado, el Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA) encargó a la empresa Cifra un estudio para conocer las opiniones de la población uruguaya respecto a estos temas. Los resultados mostraron que 58% se posiciona en contra de las jineteadas. Este rechazo es alto tanto en el sur del país (56%) como en el norte (47%), e incluso asciende a 26% en zonas rurales, lo que evidencia que ya no se trata de un enfrentamiento "campo-ciudad" como se suele decir, sino de un cambio de consciencia de la sociedad toda.

El resultado de la encuesta está disponible en la página del Ministerio de Ganadería, y es interesante descargarlo. En especial, vale la pena una de las últimas diapositivas que muestra que al 86% de la población le parece positivo que "Uruguay dé prioridad al bienestar animal en todas las especies e implemente políticas públicas para ello". Ahí, al pie de la página, alguien hizo una anotación, probablemente para no olvidarse lo que tenía que decir, y escribió así, todo en mayúscula: "RESALTAR QUE ES EN TODAS LAS ESPECIES NO SOLO EN PERROS Y GATOS Y QUE ES EN TODAS LAS REGIONES DEL PAÍS. Y EL COMPROMISO ES AÚN MAYOR PORQUE CUANDO SE DISCRIMINA POR EDAD Y POR NIVEL EDUCATIVO ESTAMOS EN EL 91-93% DE ACUERDO. ES EL URUGUAY DEL FUTURO. NO HAY VUELTA ATRÁS".

Tal vez sí estamos un poco más cerca de ese mundo con el que sueñan quienes se toman el tiempo para ir un domingo a que les tiren cosas por la cabeza y les insulten. Y quizás, esos grupos de jinetes y público indignados por tal osadía, puedan dejar de sentirlo como un ataque personal al que tienen que responder a rebencazos, y entender que el cambio a un mundo menos violento exige el esfuerzo de todas las personas. Aunque eso implique dejar atrás algunas tradiciones. Porque todos somos parte de esta sociedad que construimos, y solo la vamos a cambiar en conjunto.