La carrera judicial no es una opción atractiva para la gran mayoría de los abogados egresados de las facultades de Derecho, que en general prefieren trabajar en el ámbito privado. Además, entre quienes se interesan por estudiar para convertirse en jueces, son pocos los que aprueban el examen de ingreso a la escuela judicial. Eso ha llevado a que el número de candidatos para incorporarse a la magistratura sea bajo, un dato que, frente a una reforma del proceso penal que requerirá decenas de jueces nuevos, preocupa a las autoridades del Poder Judicial.
De los alrededor de 100 aspirantes que se inscriben para cursar en el Centro de Estudios Judiciales del Uruguay (CEJU), solo unos 20 aprueban el examen de ingreso. El CEJU dicta cursos de dos años para formar a los abogados que quieren ser jueces, y aunque no es excluyente ser egresado de la escuela, la Corte prioriza designar a quienes lo son. Para ingresar los aspirantes deben rendir una prueba de conocimientos y una prueba psicológica. La escuela tiene cupo para 30 estudiantes por generación, pero siempre quedan varias vacantes.
En el último llamado para ingresar al CEJU se anotaron 99 abogados. Este viernes 3 realizaron la prueba y, teniendo en cuenta los antecedentes, muchos quedaron por el camino. Es que los números previos no son alentadores. En 2015 hubo dos llamados: al primero se inscribieron 89, de los cuales 77 se presentaron a dar el examen. Solo 21 aprobaron (27,2% del total de los que dieron el examen). Al segundo se inscribieron 107, se presentaron 74 y aprobaron 16 (21,6%). Los datos de años anteriores son similares (ver recuadro).
La prueba de conocimientos consiste en resolver tres casos prácticos, uno sobre Derecho Civil, otro sobre Penal y otro Procesal. La directora del CEJU, Nilza Salvo, dijo a Búsqueda que “hay un mito de que la prueba es difícil, pero no es así”. Es una prueba que se podría poner en las materias de la universidad, y que los estudiantes deberían estar capacitados para resolver, aseguró.
La principal dificultad que tienen los aspirantes es la “aplicación de los conocimientos teóricos que traen de la universidad al caso concreto”, explicó, aunque considera que es un problema que se arrastra de toda la educación. También tienen dificultades para “argumentar de forma coherente y seguir un hilo de pensamiento”, afirmó.
La ministra de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) y docente universitaria, Elena Martínez, considera que la razón fundamental por la cual son pocos los aspirantes que pasan la prueba de ingreso “es el actual nivel de conocimientos de los egresados de la Universidad de la República, que es de donde egresa casi la totalidad de quienes se presentan a rendir el examen”.
“La formación excesivamente teórica es característica de toda la enseñanza en nuestro país y creo que lo es desde siempre. Pero el nivel de conocimientos es independiente de esta circunstancia, porque hoy ni siquiera existe un nivel aceptable de formación teórica”, opinó al ser consultada por Búsqueda. “Las causas de esta situación se remontan a toda la formación que recibe un estudiante, desde Primaria hasta la enseñanza terciaria”, añadió.
De acuerdo a las previsiones del Poder Judicial, para el nuevo Código del Proceso Penal (CPP) que empieza a regir en julio de 2017 serán necesarios, como mínimo, unos 40 magistrados nuevos.
Por eso, la Corte “está siguiendo el proceso de calificación y analizando alternativas para incrementar la cantidad de estudiantes sin bajar el nivel de la prueba de ingreso”, dijo a Búsqueda el presidente de la corporación, Ricardo Pérez Manrique. “Es un tema de preocupación”, afirmó.
Una de las medidas que resolvieron los ministros fue aumentar los llamados para inscribirse en la escuela. “Se hacía un llamado anual. Ahora se hacen dos llamados por año, a los efectos de las necesidades del nuevo CPP”, explicó Salvo. Así, en la actualidad hay dos grupos estudiando en simultáneo. La Corte aspira a que de este modo se “puedan cubrir los nuevos cargos de jueces con personas egresadas de la escuela judicial”, dijo Martínez.
Además, la Corte y el CEJU decidieron realizar charlas informativas con los aspirantes a ingresar a la escuela, previo a que realicen la prueba, para explicarles en qué consiste el examen. La idea es “facilitar un mejor rendimiento, como alternativa para que ingrese más gente”, dijo Pérez Manrique.
El grupo que dio la prueba el viernes 5 es el primero que tuvo esa instancia previa. En la charla participaron docentes de cada una de las materias “para explicar la mecánica de la prueba y qué es lo que se espera de ellos”, informó Salvo. “Insistimos en la importancia de visualizar el caso concreto, en dar respuestas fundadas, en la argumentación coherente”, dijo. También se les proporcionó a los aspirantes ejemplos de pruebas anteriores. Después de que rindan el examen se evaluará qué resultados tuvo la nueva dinámica, señaló Salvo.
Vocación.
Martínez también se refirió al problema de la falta de interés de los estudiantes por la carrera judicial. En general, aseguró, la idea de ser jueces no los seduce. “Salvo casos bastante excepcionales —que cuento con los dedos de una mano después de 35 años de docencia— en los cuales está presente la vocación por la judicatura”, afirmó.
“Estimo que la vocación de servicio y un alto compromiso con la función que se va a desempeñar no están presentes en la mayoría de los casos y, cuando lo están, se ven opacados por la idea de que el sacrificio de ir a vivir al interior es demasiado importante, unido a la consideración de que los ingresos de un juez solo permiten una vida digna”, opinó. “Un estudiante recién recibido, en general, tiene altas expectativas de éxito profesional asociado al económico, razón por la cual intenta canalizar su futura actividad por vías distintas a la de la magistratura”, añadió.
La directora del CEJU coincidió con Martínez en que la carrera judicial no es atractiva para los jóvenes. Aunque destacó que es una profesión que da seguridad, que tiene un ingreso estable y que la remuneración es buena. Un juez letrado del interior gana unos $135.000 nominales (entre salario y compensaciones) y un juez letrado de la capital gana unos $155.000.
El CEJU difunde entre los profesionales recién recibidos, luego del juramento, la opción de la carrera judicial y del ingreso a la escuela. “Creo que esa actividad no cae en saco roto porque normalmente se presentan más de 100 postulantes a ingresar al CEJU, no obstante lo cual, solo aprueban dicho examen alrededor de 20 personas”, señaló Martínez.
La Corte planea incorporar a esa instancia de difusión, otras actividades de promoción de la carrera judicial en las universidades, para intentar conseguir que más estudiantes conozcan y se interesen por la magistratura. “Las facultades, sobre todo las privadas, no tienen instancias docentes que informen sobre la carrera judicial”, dijo Pérez Manrique. La Facultad de Derecho de la Universidad de la República tiene una materia sobre el tema. “Tal vez sería bueno generar instancias en las facultades que informen sobre la judicatura, de forma de generar vocaciones entre los estudiantes”, afirmó. “Hemos conversado con algunas universidades y tuvimos buen resultado”, añadió.
De todas formas, el presidente de la Corte es optimista en que habrá suficientes candidatos egresados del CEJU para ocupar las vacantes. “Tenemos varios egresados y hay dos cursos en marcha, y estamos convocando a otro más. Pensamos que llegamos a cubrir los cupos”, afirmó.
En el caso de que no sean suficientes, quedarían sin cubrir los Juzgados de Paz, que son los primeros en la carrera judicial (los magistrados empiezan como jueces de Paz y a medida que van ascendiendo pasan a los juzgados Letrados del interior y luego a los de la capital). Ante esa situación “de forma excepcional tendríamos que recurrir al ingreso directo de abogados que no sean egresados del CEJU”, explicó Pérez Manrique.
“Si resulta necesario acudir a personas no egresadas del CEJU porque, por ejemplo, se agotó la lista vigente en ese momento, se dispone la realización de una prueba psicológica y luego puede resolverse su ingreso a la judicatura”, indicó Martínez. “Existe la posibilidad de apelar a ese recurso en caso de que los egresados del CEJU no alcancen para cubrir los nuevos cargos de jueces”, añadió.