Con mejor tecnología, cuadros más capacitados y mayor sustento normativo para realizar sus operativos, la Dirección General Impositiva (DGI) logró en los últimos años aumentar la recaudación de tributos y nutrir la caja del Estado. De cara a 2013 el “desafío conceptual pasa por gestionar cada vez mejor la información” e incrementar la eficiencia en la “explotación de los datos”, dijo a Búsqueda su director, Pablo Ferreri.
En esa línea es que dicha repartición del Ministerio de Economía y Finanzas se propone para este año desarrollar una “base general donde todos los contribuyentes tendrán un legajo con las observaciones que vayan ocurriendo con su comportamiento tributario”, contó. Añadió que “la clave está en la gestión de la información. En definitiva, eso es lo que tiene que ser la DGI: un gran gestor de información para transformarla en conocimiento útil, apoyado en tecnología de punta y personal calificado”.
La DGI es la principal ventanilla de entrada de dinero para el Estado y el cobro de impuestos ha crecido por encima de la inflación en los últimos años (también en 2012, si bien los números finales todavía no fueron publicados, aunque fueron “muy buenos” según Ferreri), como reflejo de un aumento de la actividad económica y de los ingresos de las familias. También contribuyó a ello una mejora en la gestión de la oficina recaudadora que es valorada por los propios contribuyentes cuando responden a encuestas de opinión.
Factura electrónica.
El jerarca define como el proyecto “estrella” de su gestión la factura electrónica, por la cual las empresas documentan las transacciones con proveedores y compradores, lo que les permite ahorrar costos en papel y su almacenaje, y le aportan información en tiempo real a la DGI.
El plan tuvo durante 2012 un puntapié inicial con una experiencia piloto que abarcó a cerca de una decena de grandes empresas, que en conjunto emitieron hasta ahora más de cuatro millones de documentos electrónicos.
El objetivo para 2013 es extender el sistema. Con ese fin, en diciembre la DGI envió cartas a otras 215 firmas consideradas grandes contribuyentes para obligarlas a adoptar el régimen de facturación electrónica.
Las empresas que participaron del plan piloto y las que deberán facturar electrónicamente sus operaciones este año representan, sumadas, cerca de 40% de la facturación total. Alcanzar ese nivel de cobertura representará un “paso gigantesco que además pone a Uruguay a la cabeza entre los países que utilizan la facturación electrónica” y al mismo tiempo aportará “volúmenes de información muy importantes que generan bases de datos para nuevos cruzamientos”, destacó Ferreri.
Paralelamente, a las empresas que sigan facturando exclusivamente en papel se les exigirá que incluyan el código QR (por la sigla del inglés quick response code) en sus facturas para que los contribuyentes puedan obtener información sobre las mismas. Dicho requisito se implementará en una fecha a definir de 2013, dijo.
Trámites más simples.
El jerarca aseguró que en 2012 la DGI trabajó intensamente en la mejora de la asistencia a los contribuyentes y mencionó como acciones concretas la creación de una división específica para esta temática dentro de la institución, la habilitación de cuatro portales en Internet, la apertura de nuevos locales de atención al público y la opción de realizar algunos trámites on line. Sobre ese último punto informó que unos 300 contribuyentes por día solicitaron por esa vía el certificado de vigencia anual, es decir que “hubo 300 personas menos haciendo cola en la DGI”.
Una encuesta encargada a la consultora Equipos Mori mostró que el 85% de los contribuyentes considera que es “adecuada” o “muy adecuada” la calidad de la atención que brindan los funcionarios de la Impositiva, que el 70% de los trámites en esta oficina duraron menos de 10 minutos y que 65% completó la gestión sin necesidad de concurrir más de una vez. El 64% tiene una opinión positiva sobre el funcionamiento general de la DGI.
Su director atribuye parte de esa valoración positiva al hecho de contar con equipos cada vez más profesionales. El año pasado unos 600 de los aproximadamente 1.300 funcionarios de la Impositiva recibieron cursos de capacitación, pero a diferencia de lo que era tradicional, en lugar de recibir instrucción sobre tributos lo hicieron en procedimientos administrativos, trabajo en equipo, liderazgo o atención al cliente. “Vamos generando habilidades directivas y administrativas”, destacó Ferreri.
Para 2013 “la idea es continuar avanzando para aprovechar las plataformas informáticas para generar más y mejores servicios. Por ejemplo, para la declaración jurada borrador del Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas (IRPF), que pasamos de 10.000 a 25.000 contribuyentes, la intención es llegar en torno a unas 40.000 y con la posibilidad de que puedan realizársele cambios”, adelantó Ferreri.
En realidad, en la DGI se habla de una “estrategia multicanal” de atención a las empresas e individuos que va más allá de Internet y los escritorios o mostradores para la respuesta presencial en sus locales.
En esa línea, durante este año el organismo pondrá a disposición una “agenda integrada” para solicitar día y hora para realizar trámites vía web o telefónica, y se prevé instalar un sistema de certificación de firmas de profesionales para que puedan completar gestiones on line.
Otro avance previsto para 2013 es que los contribuyentes puedan pagar algunos impuestos y recibir notificaciones o novedades de la DGI en su teléfono móvil, anunció Ferreri. Para ello deberán contar con una aplicación específica.
Fiscalización.
El director de Rentas señaló que en el nuevo año se mantendrá la “impronta” que tuvo el organismo en materia de fiscalización en 2012 y que fue “recaudar los tributos que marca la normativa vigente pero también generar un marco de competencia leal y transparente, donde no haya ventajas competitivas sustentadas en la capacidad de evadir impuestos”.
La DGI se apoyará para ello en la “utilización intensiva de tecnología de punta”, el “cruzamiento de base de datos” y el “rediseño de procesos internos” de fiscalización, esto último con la colaboración de dos consultores españoles contratados en el marco de un programa con el Banco Mundial, informó. “Lo estamos haciendo muy bien, pero podemos modernizar estos procesos y hacerlo todavía mejor”, afirmó Ferreri.
A partir del cruzamiento de datos que los señalaron como sectores con mayor evasión que el promedio, en 2012 fueron fiscalizadas con más énfasis las empresas agropecuarias, las cooperativas financieras, la construcción de torres de lujo, el transporte carretero de cargas y la organización de fiestas y eventos.
Destacó que el año pasado fue récord en cantidad de fiscalizaciones, con unas 10.000 actividades inspectivas, la mayoría en el interior del país. Esos operativos arrojaron como resultado reliquidaciones de tributos por un monto cercano a los U$S 135 millones, según dijo.
Entre las empresas que debieron reliquidar impuestos adeudados a la DGI se destacaron por los montos involucrados la financiera Cash y el frigorífico Centenario.
La Impositiva planea incrementar la cantidad de inspecciones masivas, como hizo el año que pasó con “muy buenos resultados” en el agro y el control del pago del IRPF.
Informó que a partir de definiciones adoptadas en 2012, en el nuevo año construirá un “sistema integral de gestión cuya primera fase será la realización de una base general, donde todos los contribuyentes tendrán un legajo con las observaciones que vayan ocurriendo con su comportamiento tributario, con información proveniente de distintos orígenes, ya sea porque fueron fiscalizados, porque no pagaron en fecha un impuesto, porque realizaron una importación o porque no presentaron una declaración jurada. Todas las cuestiones van a impactar en una única base que nos van a aportar un legajo de vida mucho más detallado del contribuyente. Es un desarrollo informático muy fuerte”. Esta base abarcará a las personas jurídicas y físicas.
Contar con una “historia completa de un contribuyente se puede usar para fiscalizarlo, pero también para brindarle servicios que vayan más con su perfil”, alegó.
Devolución.
Por otra parte, en estos primeros meses del año la DGI hará una revisión “integral” del proceso de emisión de certificados de crédito para contribuyentes, dijo su director.
Se apunta a detectar eventuales “fallas” que puedan provocar reintegros indebidos. “La administración debe tener mucho celo en esto, ya que devuelve aproximadamente U$S 750 millones por año”, sostuvo.