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    La Intendencia realizó más de 4.000 operativos en seis meses para sacar a las personas que viven en la calle

    El Mides y el Monumento a los Desaparecidos se desocuparon unas 140 veces; la tarea se torna “cada vez más difícil debido a la gran cantidad de personas en situación de calle”, dice un informe elaborado por la comuna

    escribe Victoria Fernández

    Un equipo de Inspección General de la Intendencia de Montevideo (IMM) circula a diario por las calles de la ciudad desalojando los espacios públicos que son ocupados por personas que viven en la calle. En los últimos seis meses de 2011 se realizaron 4.103 operativos en distintos puntos de la ciudad, lo que equivale a un promedio de unas 20 intervenciones por día.

    Algunos lugares son desocupados en forma recurrente porque las personas se instalan allí una y otra vez. El Dique Maua, en la Rambla Gran Bretaña, fue desocupado por la Intendencia 151 veces en medio año. La entrada del edificio del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), ubicado sobre 18 de Julio, y el Monumento a los Desaparecidos, son los que siguen en la lista de los más ocupados, con 144 y 138 operativos respectivamente.

    La información está reunida en un informe elaborado por la Inspección General de la IMM sobre la desocupación de espacios públicos en el período entre junio y diciembre de 2011, cuyos resultados están siendo analizados por las autoridades de la comuna para estudiar posibles soluciones al problema.

    En el documento —al que accedió Búsqueda— se da cuenta del trabajo realizado por el Servicio Central de Inspección General junto a la División Limpieza de la Intendencia.

    “Sentimiento de arraigo”.

    Las modalidades de la operación dependen de cada situación particular. Cuando se trata de personas que están ocupando el espacio público con pocas pertenencias, se les informa que no pueden estar allí. “La persona recoge sus pertenencias y la división limpieza se encarga de limpiar el lugar”, se explica en el informe.

    Estos casos son los que requieren de la mayor cantidad de operativos, ya que son personas que “deambulan de un lugar a otro” y muchas veces se los encuentra el mismo día en distintos lugares.

    Otro caso es el de las personas que “tienen un fuerte sentimiento de pertenencia con el lugar”, que “los lleva a realizar campamentos juntando objetos que los vecinos les regalan o que encuentran en la calle”.

    Cuando se trata de esas situaciones, la Inspección General se encarga de desocupar el lugar y luego interviene el equipo de limpieza. Estos casos son los “más difíciles” —se explica en el informe— debido al “sentimiento de arraigo” que generan con el lugar, a veces por los vínculos que se forman con los vecinos o con los diferentes comercios de los alrededores.

    Por esa razón, los recorridas deben ser “habituales” para que esos lugares no acumulen “una gran cantidad de basura”.

    Según se detalla en el informe, en el transcurso de los operativos “se fue desestimulando la continuidad de personas viviendo en situación de calle” y se logró que algunos ingresaran al sistema de refugios del Mides.

    A veces se logra la desocupación por un período de tiempo largo, hasta que otra persona llega y se “adueña” de ese lugar. En otros casos se consigue una “desocupación parcial”, porque el grado de arraigo de las personas con ese sitio hace que casi siempre vuelvan a instalar campamento pocas horas después de que se realizó el operativo.

    En el informe se destaca que la “tarea se vuelve cada vez más difícil debido a la gran cantidad de personas en situación de calle”. También se dificulta por “la falta de información que los entornos vecinales tienen sobre el tema”, que facilitan todo tipo de elementos para que las personas realicen campamentos “en lugar de instruirlos” sobre los pasos para ingresar a un refugio.

    Por otra parte, se indica que también complica la tarea el hecho de que “se trabaja con una población que se encuentra en extrema vulnerabilidad”. Incluso “se generan instancias de agresión o violencia”, señalan.

    El documento incluye un detalle de la cantidad de operativos que debieron realizarse en cada uno de los puntos de la ciudad elegido por las personas para instalarse.

    En el local del CCZ1, en Ciudad Vieja, el equipo de la Intendencia efectuó 135 operaciones. En la esquina de Paraguay y la Rambla, Inspección General fue 121 veces a retirar gente. Entre los lugares más recurrentes están el puente de la calle Sarmiento, la sede de la Asociación de la Prensa Uruguaya, ubicada en San José a metros de la intendencia, la Plaza Cagancha y el Parque Rodó.

    También son puntos habituales la esquina de Eduardo Acevedo y Gonzalo Ramírez, los canteros de Ricaldoni y Avenida Italia y la Plaza España.

    “Esfuerzo descomunal”.

    “La Intendencia es responsable de los espacios públicos, y esto demuestra que estamos haciendo un esfuerzo descomunal por protegerlos”, señaló el prosecretario de la Intendencia, Jorge Rodríguez, al ser consultado por Búsqueda sobre la información detallada en el informe.

    Pero también dijo que la gran cantidad de veces que debe ser desocupado un mismo lugar evidencia que se debe abordar otro aspecto del problema para arribar a una solución: a dónde van las personas una vez que se las saca del lugar.

    Para eso, afirmó Rodríguez, “es imprescindible que el problema se aborde de forma integral” con la participación de otros organismos como el Ministerio del Interior y el Mides, con quienes la Intendencia mantiene “un diálogo muy fecundo”.

    Además dijo que la situación revela la necesidad de perfeccionar la normativa sobre la ocupación de espacios públicos. Dijo que la Intendencia, la Junta Departamental y el Poder Ejecutivo están trabajando en ello.

    “Este es un tema crucial, tanto por las consecuencias sociales que implica, como por el uso y acceso de los espacios públicos por parte de todos los ciudadanos, que la intendenta ha fijado como central para la administración”, añadió el jerarca.

    La semana pasada el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, declaró que su cartera está manteniendo reuniones con integrantes de la Intendencia para encontrar una solución (Búsqueda Nº 1.657).

    Sebastián Pereyra, director de Integración Social del Mides y encargado del tema de las personas en situación de calle, explicó a Búsqueda que “hay una confusión general” sobre a dónde tiene que ir la población que vive en los espacios públicos. “Se piensa que todas las personas que están en situación de calle tienen que ir a un refugio del Mides y eso está equivocado”, afirmó.

    Hay gente viviendo en la calle “que no puede ser beneficiaria del Mides”, sino que debe ir a casas de salud “porque tiene patologías psiquiátricas agudas y/o crónicas”, explicó Pereyra.

    “Tuvimos que enrejar”. El director de Espacios Públicos de la Intendencia, Daniel Espósito, explicó a Búsqueda cómo funciona la operación: “Les explicamos que no es un lugar para acampar, para instalar sus cosas, ni para hacer sus necesidades. Cuando están las pertenencias pero no sus dueños, se las retira. Cuando sí está la gente se les da un tiempo prudencial para que se retire del lugar”.

    En el Monumento a los Desaparecidos había dos personas que “cocinaban, dormían y hacían sus necesidades allí”. Cuando los retiraban, volvían, y hubo que poner rejas.

    “Hay otro grupo de indigentes en el entorno de Tres Cruces que iban al monumento a La Loba y jugaban ahí, se bañaban, rompían absolutamente todos los implementos de la fuente —informó—. También la tuvimos que enrejar”.