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Los Corrales de Abasto en la Barra de Santa Lucía, hoy pueblo Santiago Vázquez, fueron inaugurados en el año 1878. Todo ese entorno, que hace parte en la actualidad de una de las zonas del Montevideo rural, en aquel entonces hervía de ganaderos, troperos, arrieros, jinetes, peones, pulperos, lavanderas y la presencia determinante de las miles de reses que llegaban al lugar.
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Aún no existía el puente que sería inaugurado en 1925 y para ese entonces, y por diferentes causas, todas las actividades llevadas a cabo en el Abasto de Santa Lucía paulatinamente se habían ido desplazando a la zona de La Tablada.
Los Corrales de la Barra, como centro de concentración de ganado para el abasto, fueron eliminados por completo en el año 1929. Luego de años de una febril actividad ganadera en la zona, solo quedaron sus muros y mangas de piedra y palo a pique, como mudos testigos de un tiempo de bonanza.
Geográficamente, la Tablada Nacional, que fue durante décadas un hormigueo constante de gente y animales, seguía haciendo parte de un radio cuyos ejes eran la llamada Ruta 1 vieja y el legendario Camino de las Tropas. Pero lo cierto es que en toda una vasta región que abarcaba las zonas limítrofes de Montevideo —con San José y Canelones—, y buena parte de los mencionados departamentos, se podía aplicar aquello de que “todos los caminos conducen a La Tablada”.
Ocupaba una extensión de campo abierto en uno de los parajes más altos del departamento de Montevideo, una lomada que venía de la Cuchilla Pereyra, rodeado de pastoreos para dejar provisoriamente las haciendas.
El predio se consiguió por compraventa a Adolfo del Campo, en 1867, por el precio de $ 8.386,875.
Anteriormente, la Tablada Norte de Montevideo ocupaba el terreno donde hoy se encuentra la Facultad de Agronomía, en Sayago, pero dado que la vía de entrada de ganados se hacía inconveniente por el aumento de la población en la zona, se pensó trasladarla al lugar donde se encontraba hasta sus últimos años.
Por acuerdo de gobierno del 25 de setiembre de 1860, se ordenó que la administración de Corrales y Tabladas dependiese de la Junta Económica-Administrativa de Montevideo. Un decreto ley, de 1942, quitó a la Intendencia Departamental la Administración de la Tablada Nacional, que pasó a constituir una sección dentro de la Dirección de Ganadería del Ministerio de Ganadería y Agricultura.
En agosto de 1916 se inauguró oficialmente el ferrocarril a La Tablada, obra sumamente reclamada. La nueva línea, de cuatro kilómetros de extensión, trazada y ejecutada según planos del ingeniero Wilson, unió la estación Sayago y su punto terminal. La primera máquina que llegó a La Tablada —la locomotora número 25— fue conducida por Pedro Irigoin y llevó como jefe del convoy a Luis Balbiani.
Muchos años después, hacia 1972, la escalada de precios del ganado provocó el endeudamiento de los frigoríficos privados, y determinó la intervención del Estado, que los financió y empezó a fijar los precios del ganado a los productores. Esto significó la desaparición definitiva del mercado nacional de haciendas, conocido como La Tablada.