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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn El País del domingo 22 de este mes, Pedro Bordaberry en artículo titulado “Ladran Lito, buena señal” termina recordando a Cervantes con estas palabras: “Ladran Lito, señal que cabalgamos”.
Suelo estar siempre de acuerdo con lo dicho y lo actuado por Pedro Bordaberry, cuya actuación como senador basada en una sólida formación jurídica, fue excelente.
Pero, en esta ocasión, tengo con él una parcial discrepancia, porque cuando el autor del Quijote escribió: “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”, no le ocurría al escudero del Quijote en la inmortal novela cervantina lo que le está pasando a Lito Alfie. A saber, que no obstante ser clara la falta de fundamento de las acusaciones que contra él se dirigen, se siguen reiterando. Quizás, por aquella conocida afirmación del siniestro Goebbels, en el sentido de que una mentira repetida cien veces se transforma en verdad.
Tal vez, mi defensa de Alfie resulte innecesaria después del clarísimo alegato que en su favor hizo Pedro Bordaberry, pero de todas maneras me siento obligado a recordar que Lito Alfie desempeñó con brillantez todos los cargos públicos que ocupó y en el gobierno actual es el director de la OPP, cargo para cuyo desempeño debió abandonar su actividad profesional privada, seguramente mejor remunerada.
¿De qué lo acusan los catones de la oposición frenteamplista? De haber evacuado una consulta sobre el régimen de exoneración de impuestos vigentes, dictamen técnico que emitió cuando no ejercía cargo público alguno y posteriormente declaró como testigo en el juicio promovido por una empresa contra el Estado uruguayo, que se consideró perjudicada por algunas desprolijidades del gobierno de José Mujica.
El asunto, pues, es muy claro, mal que les pese a los detractores de este gran servidor del Estado y brillante profesional.
En cierta oportunidad, allá por 1936 ante una victoria de Chiang Kai-shek, el Dr. Eugenio Petit Muñoz como si fuera conocido urbi et orbi, le dirigió al generalísimo chino el siguiente telegrama: “Estoy con usted, felicitaciones. Petit Muñoz”.
Muy disitinto es nuestro caso, porque en el Uruguay somos de sobra conocidos Lito Alfie y el firmante de esta carta.
Gonzalo Aguirre Ramírez