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En el marco del Día Internacional de la Mujer, se inauguró el martes 12 en el Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) la muestra La herida más profunda, con 21 ilustraciones de 17 artistas israelíes que representan la violencia sexual y de género sufrida por mujeres en el atentado de Hamás el 7 de octubre de 2023. Con algunas variantes, la muestra se exhibió en diciembre en México con el título Voces del dolor, en la antigua sede del Senado, y en enero de 2024 en San Pablo, con el nombre Uniendo voces contra la violencia de género, en el complejo Conjunto Nacional de la avenida Paulista.
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La muestra surgió como una propuesta de la embajadora de Israel en Uruguay, Michal Hershkovitz, a Mariana Wainstein, directora de Cultura del MEC, quien estuvo de acuerdo en que se exhibiera en el MNAV. La exposición tiene la curaduría de María Frick, coordinadora del Instituto Nacional de Artes Visuales (INAV), quien trabajó con la colaboración de Patricia Jones, encargada de Cultura de la Embajada de Israel.
Las hijas de Be’eri (tributo a Las señoritas de Avignon, de Pablo Picasso), de Keren Shpilsher, 2023. Foto: cortesía de la artista
Dos grandes tablas pintadas de negro con datos de la muestra cubren en parte la Sala 1, donde se instalaron las obras. Entre esas mamparas, un espacio estrecho solo deja entrever una de las ilustraciones más impactantes. Ese detalle, sumado a la presencia policial en el exterior, son señales de que esta muestra no es como las que habitualmente ofrece el MNAV.
“Las ilustraciones surgieron como una expresión espontánea de los artistas frente al atentado”, explicó Frick a Búsqueda. “Desde el INAV se concibió esta muestra como una continuación del Premio de Ilustración, que se basa en la colaboración entre países y que ha tenido un diálogo con Corea del Sur y Portugal”. Hasta fines de febrero, en la misma Sala 1 estuvieron montadas las obras del IX Premio de Ilustración, que tuvo a Portugal como país invitado de honor.
En cuanto al proceso de selección de las obras, Frick explicó que el criterio fue elegir las que se destacaban por su nivel artístico y que más se ajustaban al objetivo temático y curatorial. “Queríamos centrarnos en los crímenes sexuales. El atentado del 7 de octubre es el eje, pero también para nosotros es un caso concreto para hablar de un fenómeno más amplio e histórico, independientemente del conflicto y de la identidad de las víctimas, que está presente en muchos países y no solo en conflictos bélicos. También queríamos que las obras fueran claramente representativas de un lenguaje contemporáneo dentro de la ilustración”.
Los ilustradores tienen trayectorias, técnicas y edades diversas. Se inspiraron en sus experiencias propias o cercanas con el atentado y también en las imágenes y videos que circularon en las redes sociales. Es el caso de la ilustración de Omer Zimmermann sobre Yaffa Adar, la abuela de 85 años secuestrada en un carrito de golf cuya imagen se hizo viral. El artista la retrató cubierta con la misma manta rosada que llevaba en el secuestro y con su rostro tranquilo. Frick recuerda que, cuando la liberaron, Yaffa explicó que había mantenido la calma porque sabía que sus familiares iban a verla.
Por su parte, Or Yogev representó el secuestro de Shiri Silberman con sus bebés Ariel y Kfir, rodeados de hombres armados y de caras tapadas. Otras ilustraciones muestran explícitamente la violencia física, como Víctima de violación, de la artista Zoya Cherkassky, o Israel sangrando, de Tamar Kharitonov.
Víctima de violación, de Zoya Cherkassky. Foto: cortesía de la artista
Una técnica diferente es la de la artista Keren Shpilsher, quien elige obras conocidas del arte occidental para darles otro significado. “Las convierte en escenas del crimen. Aparece la cinta que usa la policía para preservar esas escenas. El más duro, quizás, es el tributo a Las señoritas de Avignon, de Pablo Picasso, un cuadro muy estudiado. Me llevó un tiempo procesar esta imagen. Avignon era una calle donde habían prostíbulos. Con la cinta de “No pasar”, la artista está representando la protección de los cuerpos de mujeres que fueron usados como objetos. En la ilustración están como esperando el análisis de la escena del crimen. En momentos de disputa por la veracidad o no de los hechos, es como si la artista estuviera resguardando las evidencias. Son resignificaciones muy dolorosas”, explicó Frick. Obras de Vincent van Gogh y Marc Chagall también fueron fuente de inspiración para esta artista. En su misma línea, Marian Boo reproduce una ronda de mujeres salpicadas de sangre, como un símil macabro de La danza de Henri Matisse.
La herida más profunda se exhibe en un momento de alta tensión por la guerra en Gaza, que se ha manifestado recientemente en marchas a favor de Palestina o en demostraciones el 8 de marzo que derivaron en denuncias de antisemitismo en Fiscalía. En este contexto, la exposición despertó controversias en la cuenta de Instagram del MNAV, donde figuran más de 130 opiniones. Algunas son en apoyo a la exhibición, otras cuestionan, con mayor o menor virulencia, que se exponga en el principal museo nacional y estatal o que no se mencione la situación de las mujeres en Gaza por los ataques de Israel.
Consultada sobre estas reacciones, Wainstein se preguntó: “¿La polémica es mala? El hecho artístico casi como condición genera polémica. Yo creo que el arte tiene vocación de ser provocativo, y lo creo en general, no es específico de esta exposición. Muchas de las protestas me hacen pensar en las dictaduras totalitarias donde se quemaron libros y obras de arte sencillamente porque no coinciden con el pensamiento que querían fuera el dominante. Pensemos también que el arte eventualmente tiende puentes. En la propia polémica que se desata se tienden puentes y se da la posibilidad de diálogo”.
Con respecto a la pertinencia de hacer la muestra en este momento de tensión se preguntó cuál sería el momento adecuado. “¿Es 100 años después? Picasso presentó el Guernica en 1937, el mismo año que sucedió el bombardeo nazi sobre la ciudad: 26 de abril de 1937”. También recordó otras exposiciones que han provocado rechazo. “Pienso en muestras que estuvieron meses y no 20 días como estará esta, que no les parecieron equilibradas a todos, como las que hubo sobre la dictadura o la exposición Giro gráfico: rumores y clamores del sur en el Espacio de Arte Contemporáneo, que estuvo tres meses con banderas palestinas incluidas y consignas varias. Siempre mantuvimos la defensa de la libertad de expresión por encima de todo”.
Wainstein prefirió no dar datos sobre temas de seguridad ni responder si la policía continuará custodiando el museo. La herida más profunda continuará en exhibición hasta el domingo 31.