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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEsperando el tren. Un veterano dirigente, me contó que en épocas de la dictadura lo visitó un militante partidario a consultarle, porque le había hecho una propuesta para una designación, agregando la conocida frase:“El tren pasa una vez”. El veterano dirigente le contestó que antes de subirse, lo más importante es saber para dónde va el tren.
Desde las últimas elecciones la interna del Partido Nacional está en permanente discusión. La creciente ofrenda de la izquierda de perder las elecciones, y la certeza de que si el partido no cambia es muy difícil ganar, es la circunstancia que principalmente impulsa el debate y la acción. Aunque lo más importante que está en cuestión es la búsqueda de los cambios que logren encontrar el nuevo rumbo, adecuado a las épocas que corren, una nueva etapa para dejar de ser opción por descarte y transformarse en expectativa de progreso para la gente. Un cambio que logre una idea de país y un abanderado creíble.
Desde que a mediados del año pasado cuando un grupo de intendentes, legisladores y dirigentes plantearon su decisión de tomar su propio camino en lo nacional movilizó a toda la interna partidaria. No lo hicieron proclamando candidatos, lo han hecho proclamando su visión transformadora del viejo instrumento partidario. Empezamos a ver una opción creíble, con el suficiente peso político y electoral para considerarlos la cara de la renovación partidaria, y la única posibilidad de cambiar el rumbo monocorde y electoralmente gastado que han llevado los blancos desde 1994 hasta hoy. Un rumbo destinado a repetir la historia.
Este debate es parte del normal desarrollo de una organización auténtica, dinámica como lo es la vida. Donde los dirigentes que han adquirido relevancia nacional por su trayectoria, su capacidad y los logros, proponen su visión del partido y del país. Para verlo desde otra perspectiva, la diferencia en votos del Partido Nacional entre las elecciones nacionales y las municipales, es el nacionalismo popular que los candidatos nacionales hoy no representan. Es el alejamiento del partido de la sociedad, del que tanto se habla desde 1994 en las parodias de autocrítica. Eso es lo que representa este grupo de dirigentes, la posibilidad de un verdadero cambio hacia una nueva etapa.
Se perfilaron dos corrientes fuertes en el ala acefeista, los que acompañan a Larrañaga y los que se agrupan en la movida de los intendentes. La senadora Alonso ha recorrido el Uruguay sin poder concretar acuerdos importantes por esa misma razón, la expectativa está centrada en dos corrientes de probada fuerza política y electoral, integrada por dirigentes que han sido protagonistas de la vida partidaria desde los 80 hasta hoy.
Gran parte de la militancia, los dirigentes, y sobre todo los votantes, estamos a la expectativa de las decisiones que a su tiempo vayan tomando estos intendentes, dirigentes y legisladores, generando certeza en el camino de juntarse y cambiar el rumbo del Partido Nacional para bien del Uruguay.
Estamos esperando el tren. Y no el primero que pase por más adornado y cómodo que sea. Estamos esperando el tren que puede cambiar la historia.
Jorge Zeballos Pereira