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En uno de sus primeros discursos públicos como director de la Policía Nacional, Julio Guarteche afirmó que una de las prioridades de la gestión es “romper con la incomprensión y los prejuicios” y “restablecer” la confianza que la sociedad le retiró a la institución policial. “La confianza se compone de integridad y capacidad, y ambas deben ser atributos inseparables del perfil y virtudes de un policía”, dijo el jerarca el 22 de noviembre del 2010 en el acto homenaje a los caídos de la Policía.
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El objetivo planteado por Guarteche parece estar un poco más cerca de concretarse, a juzgar por los resultados de una encuesta de la consultora Cifra. Según el relevamiento, el 54% de los consultados aprueban el desempeño de la Policía, un respaldo superior al registrado en dos encuestas anteriores y a la opinión que tiene la población sobre los jueces.
El desempeño de los magistrados “es evaluado mucho más negativamente que el de los policías: apenas el 24% aprueba la forma en que los jueces se desempeñan y el 46% la desaprueba. También en el caso de los jueces la opinión es más crítica en Montevideo que en el interior”, señala el informe de Cifra de la encuesta. “Los grupos que más aprueban el desempeño de los jueces son los ciudadanos de nivel educativo terciario (uno de los grupos menos positivos en su evaluación de la Policía) y los adultos de 45 a 59 años de edad (el grupo que mejor evalúa a la Policía)”.
“Es más difícil explicar por qué los policías son tanto mejor evaluados que los jueces. Una razón posible es que el Policía tiene una función sencilla y clara, todo el mundo tiene alguna vez en su vida contacto directo con un policía (y muchos tienen familiares o amigos en la Policía), mientras que el juez tiene una tarea mucho más alejada del contacto con los ciudadanos y pocos conocen personalmente a un juez”, añade.
Los datos surgen de una encuesta telefónica a 1.000 uruguayos de 18 o más años de edad realizada entre el 8 y el 15 de febrero. Para comparar los resultados de febrero con datos anteriores se utilizó información recabada mediante encuestas de características similares realizadas en mayo de 2001 y noviembre de 2006, con preguntas directamente comparables.
Tanto para los jueces como para los policías, la visión que tienen los encuestados acerca de su trabajo empeora si ellos o alguien en sus hogares víctima de un delito durante el 2013. Así, el 56% de las personas que no sufrieron la delincuencia tienen una opinión favorable sobre los policías y el 27% de los jueces. En el caso de los magistrados “los más negativos son las víctimas de delitos: el 55% de ellos no están de acuerdo con la forma en que los jueces cumplen su tarea”, afirma el informe de Cifra.
Evolución.
La evaluación de desempeño de jueces y policías no se ha mantenido estática en los últimos años, de acuerdo con los estudios de la empresa de opinión pública. En el caso de la Policía, en 2001 aprobaba su desempeño el 51% y desaprobaba el 24%; en 2006 disminuyó un poco la aprobación, pero en 2014 los juicios “son aún más positivos” que 13 años atrás. Al analizar los datos, Cifra destaca que “desde que el Frente Amplio asumió el gobierno, las personas que se identifican con la izquierda, que antes estaban divididas sobre la actuación de la Policía, mejoran su juicio y hoy la mayoría absoluta de la izquierda aprueba el desempeño de la Policía. La Policía, como otros organismos públicos, es juzgada (también) en términos políticos”.
En cuanto a los jueces, la evolución es distinta. “En 2001 apenas el 22% aprobaba su desempeño, pero en la medición de 2006 mejoró mucho, y una mayoría relativa (39%) pensaba que se desempeñaban bien. Ahora la opinión sobre los jueces volvió a caer, y se encuentra en niveles similares a 13 años atrás”, informa Cifra. Después de preguntarse qué pasó en 2006 para que mejorara la opinión sobre los magistrados, el informe sostiene que “es probable que la mejora puntual se deba a algunas resoluciones judiciales que condujeron al procesamiento y encarcelamiento de militares vinculados a la represión. Poco después de esa medición se produjo el encarcelamiento del general Gregorio Álvarez”. Y añade: “Efectivamente, la imagen de los jueces mejoró en 2006 en particular entre las personas que se identificaban con la izquierda”.