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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáPobre Silvita. Juan Silva, alias Silvita, bajito, rubio, de pelo crespo, era aquel compañero de facultad que cuando viajamos a Cuba en el 63 y dejamos las valijas en el hotel, corrió hasta la rambla (el famoso Malecón, en La Habana), y abriendo los brazos al cielo gritó: “¡Aquí el mar es más grande!”. Silvita nunca perdió el entusiasmo por todo, pero desde hace un par de años está desilusionado con la izquierda y no sabe cómo salir del placard y confesar públicamente que va a votar a la derecha, dice que es un voto vergonzante. Yo le dije “no seas boludo, dejá todo como está, por dos o tres años que te quedan de lucidez no vas a quedar como el culo con tus amigos de toda la vida”. Pero Silvita dice que no es un problema de lucidez, dice que quiere cumplir con su conciencia antes de que el cáncer de próstata se lo lleve a la chingada. Ahora que tiene pila de tiempo al pedo porque está jubilado, se pasa las horas en Wikipedia buscando viejos textos marxistas que digan que no se puede construir el socialismo sin pasar por la etapa democrático burguesa. Que si él pudiera demostrar eso la derecha liberal pasaría a ser la izquierda y la izquierda pasaría a ser la derecha. “No seas nabo”, le digo. “¿A quién le importa hoy lo que hizo Lenin hace 100 años? Si vas a votar al Cuquito o al Borda decilo y chau, lo peor que te puede pasar es que tus nietos que están en la facu no pasen contigo en Navidad. Además, si seguís con eso, la gente se va a dar cuenta de que sos un viejo de mierda con las neuronas trancadas en los años 60. No jodas más con la lucha de clases, eso se terminó en los 90, boludo. ¿Conociste alguna vez en Uruguay un burgués, un proletario o un campesino? ¿No te avivaste de que ahora el enemigo es el hombre blanco anglosajón capitalista, patriarcal, racista, xenófobo y misógino, y la izquierda es el movimiento feminista, LGBTI, la diversidad, el matrimonio igualitario, la despenalización del aborto y la marihuana? Lo que tenés que hacer es entrarle a Google y leer todo lo que aparece sobre colonización epistemológica y patriarcalismo heteronormativo. Después vas a varias manifestaciones LBGTI con mujeres de negro o de blanco y te hacés ver con una de esas banderas de 7 colores. Recién al tiempo empezás a militar en algún grupo de Larrañaga o de Novick, pero ya te legitimaste con las activistas y los académicos, que son los que tienen la hegemonía cultural, ¿me entendés?” No quedó muy convencido. Pobre Silvita, lo mandé a la guerra con un tenedor, ¡pero lo hago por su bien!
Daniel Heide